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Mapa de los campamentos donde actúa MSF en Bangladesh |
Médicos
sin Fronteras (MSF) acaba de publicar una primera evaluación del número de
víctimas de la represión padecida por la etnia rohingya en el oeste birmano;
una evaluación que, según la organización humanitaria, se queda sin duda corta,
y que arroja la cifra de al menos 6.700 muertos, entre ellos 730 niños menores de 5 años, en el mes posterior
al 25 de agosto de 2017 cuando los
rebeldes del Ejército de Salvación de los Rohingyas de Arakan (ARSA) atacaron
varios puestos de policía.
"El número de muertos está presumiblemente subestimado -ha
manifestado el doctor Wong de MSF- porque no hemos investigado en todos los campos de refugiados de
Bangladesh, y porque el informe no incluye a las familias que no han podido salir
de Birmania. Nos han hablado de familias enteras exterminadas, encerradas por
el ejército en sus casas, a las que luego prendieron fuego. Al día de hoy sigue habiendo personas que huyen
de Myanmar para ir a Bangladesh. Muy pocos organismos de ayuda independientes
pueden acceder al distrito de Maungdaw, y nos preocupa la suerte de los
rohingyas que siguen todavía allí”.
El estudio se ha llevado a
cabo interrogando a los 11.426 miembros de 2.434 familias acogidas al otro lado
de la frontera, en los campos de Bangladesh, donde 640.000 musulmanes rohingyas han encontrado
refugio desde finales de agosto huyendo de lo que Naciones Unidas ha calificado
como “depuración étnica”. Entre las
muertes violentas, el 69,4 % han fallecido por arma de fuego y
el 8,8% ha sido quemados vivos, la mayor parte en el interior de sus viviendas;
un 5% fueron golpeados hasta morir y el 2,6% fueron víctimas de violencia
sexual o de las minas antipersona.
Las
autoridades de Myanmar prohíben a las organizaciones humanitarias, excepto la
Cruz Roja birmana, el acceso a la zona del norte del estado. MSF publica estos
datos cuando el gobierno birmano sigue negando que exista represión contra los
rohingyas, población minoritaria musulmana a la que denomina “bengalis”, que
carece de nacionalidad y se considera inmigrada del Bangladesh vecino.
Lo musulmanes rohingyas son
la mayor población apátrida del mundo desde 1982, cuando la Junta Militar birmana
les retiró la nacionalidad. Carecen de documento de identidad, y no pueden casarse
ni viajar sin autorización. También carecen de acceso al mercado de trabajo y a
servicios públicos, como escuelas y hospitales.
En
estas circunstancias –dice el comunicado de MSF- el reciente acuerdo entre los
gobiernos de Bangladesh y Myanmar sobre la repatriación de los rohingyas nos
parece prematuro. Nada garantiza hoy que no se vean de nuevo expuestos a todo
tipo de violencia y graves violaciones de sus derechos”.
El
resultado completo del estudio se puede consultar, en inglés en
https://www.msf.org/en/article/rohingya-crisis-bangladesh-6-pooled-surveys-analysis-summary-findings
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