El pertiodista Ronson Chan rociado con gas pimienta |
En Hong Kong el conflicto se encuentra en punto muerto. Ya han
pasado casi siete meses de las primeras manifestaciones, de los días 9 y 16 de
junio de 2019, en protesta por el proyecto de ley que introducía en el código
penal las extradiciones de delincuentes a China continental; un proyecto
impulsado por el gobierno de Pekín, aunque sus portavoces lo hayan desmentido. A
pesar de que el proyecto fue retirado en los primeros días de septiembre, una
mayoría de la población se agrupa en torno a las principales reivindicaciones
esgrimidas por los estudiantes y los jóvenes en general : elecciones
democráticas, que se realice una investigación independiente sobre la violencia
policial y una amnistía para todas las personas detenidas en estos siete meses,
que sobrepasan el número de cuatro mil.
Las manifestaciones se han repetido todos los fines de semana
desde entonces y otra vez acabaron con actos violentos en las organizadas los
pasados días 24 y 25 de diciembre en centros comerciales de los barrios más
frecuentados, y en las cercanías de algunos almacenes que los manifestantes
consideran alineados con las tesis del gobierno del Partido Comunista Chino. La
policía detuvo a 310 manifestantes a quienes
la gobernadora Carrie Lam, manifiestamente a las órdenes de las
autoridades de Pekín, ha acusado de “arruinar las celebraciones navideñas”.
Para el próximo 1de enero, el Frente Civíco de Derechos Humanos
ha organizado una gran concentración en Victoria Park, el lugar donde
tradicionalmente se reúne un número importante de opositores.
En el territorio semiautónomo de 7,4 millones de habitantes,
donde rige la fórmula “Un país, dos sistemas” desde la retrocesión inglesa de
la isla del 1 de julio de 1997, las
autoridades chinas presionan a la gobernadora Carrie Lam para que aplique el
artículo 123, relativo a seguridad nacional, de una Constitución que nunca ha
entrado en vigor, y que permitiría a la policía intensificar la represión y
prohibir cualquier apoyo de ONG’s extranjeras a los manifestantes.
Una policía que, según la información de la agencia Notimex
reproducida en el diario mexicano Pulso, ha admitido que durante la represión
en los enfrentamientos de las jornadas navideñas puso en peligro la seguridad
de los manifestantes, reconociendo que fue inapropiado mostrar la
identificación de u reportero frente a una cámara que transmitía en directo
desde dentro de un centro comercial en el distrito de Tai Po.
El periodista Ronson Chan, del Stand News, fue acorralado por
hombres encapuchados, mientras cubría los acontecimientos, que mostraron a las
cámaras su nombre, tarjeta de identificación y fecha de nacimiento, lo que ha
motivado la protesta de la Asociación de Periodistas de Hong Kong y la
Asociación de Fotógrafos, convencidos de que la policía actuó deliberadamente “al hacer pública la información personal del
reportero”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario