Campaña "Habla por Assange" |
"Liberad a Assange" .
El sábado 22 de febrero de 2020, dos
días antes de que la justicia británica examine la demanda de extradición a Estados Unidos de
Julian Assange, fundador de Wikilewaks, al que quieren juzgar por espionaje,
varios cientos de personas se
concentraron cerca de la embajada de Australia en Londres enarbolando pancartas
en las que podía leerse « El periodismo no es un delito » y “No
extraditéis a Assange”. La información publicada en la web de franceInfo añade
que espués desfilaron por diversas calles y al pasar delante de Downing Street,
donde se encuentra la residencia del primer ministro británico, gritaron:
“Boris Johnson, vergüenza a ti”.
Entre los manifestantes algunas personalidades públicas como el ex
ministro griego de finanzas Yanis Varoufakis, la diseñadora de moda Vivienne
Westwood y Roger Waters, bajista del grupo Pink Floyd. También estaba presente
el padre de Julian Assange, John Shipton, quien declaró a los medios de
comunicación presentes que la de su hijo es “una detención arbitraria”.
Julian Assange, australiano de 48 años, se
encuentra internado en la cárcel de alta seguridad de Barlmarsh, en el sur de
Londres, desde que en abril de 2019 fue detenido en la embajada de Ecuador en
Londres, donde llevada refugiado siete años. Si le juzgan en Estados Unidos -y
teniendo en cuenta las acusaciones de
traición y espionaje, además de la de haber puesto en peligro a algunas de sus
fuentes cuando en 2010 Wikileaks publicó 250.000 cables diplomáticos y cerca de
medio millón de documentos confidenciales sobre las actuaciones del ejército
estadounidense en Afganistán e Irak- pueden condenarle a hasta 175 años de
cárcel.
Coincidiendo con este difícil momento procesal,
periodistas y organizaciones profesionales de todo el mundo están firmando una
declaración internacional, titulada “Speak-up for Assange” (https://speak-up-for-assange.org/ ), que
recuerda las inculpaciones del gobierno de Estados Unidos y explica que “esto
crea un precedente extremadamente peligroso para los periodistas, los medios y
la libertad de prensa”. La declaración incluye una cita del Relator especial de
Naciones Unidas sobre la tortura, Nils Melzer, de junio de 2019: “Finalmente he
comprendido que estaba cegado por la propaganda, y que Assange ha sido
sistemáticamente calumniado para desviar la atención de los delitos que había
denunciado., Una vez deshumanizado por el aislamiento, el ridículo y la
vergüenza, como las brujas que quemábamos en la hoguera, era fácil probarle de
sus derechos más fundamentales sin provocar la indignación del mundo entero.
Está a punto de crearse un precedente jurídico, por la puerta secreta de
nuestra propia complacencia, que en el fututo puede ser, y será, aplicado a las
informaciones que divulguen The Guardian, The New York Times o ABC News”.
“Si los gobiernos –sigue el comunicado más
adelante- pueden utilizar las leyes de espionaje contra periodistas y editores,
les privan de su más importante y tradicional, la de actuar en interés del
público (…) Se trata de un caso que está en el centro de la libertad de
expresión (…) En una democracia, los periodistas pueden revelar crímenes de
guerra y caos de tortura y abusos son tener que acabar en la cárcel, ese es el
justamente el papel de la prensa en una democracia”
Antes de ser internado en la cárcel de Belmarsh, Julian Assange estuvo más de un año
en residencia vigilada y siete años en
la Embajada de Ecuador en Londres, donde el presidente Rafael Correa le
concedió asilo político. Durante todo ese tiempo estuvo encerrado, sin
poder poner un pie en la calle, ni hacer
ejercicio, ni tomar el sol. En abril de 2019, tras el cambio de gobierno en
Ecuador, el presidente Moreno autorizó que la policía británica entrara en la
Embajada de Londres para detenerle, después de lo cual permaneció aislado hasta
23 horas diarias, con el consiguiente deterioro de su salud física y
mental.
En 2015, el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas
sobre las detenciones arbitrarias (WGAD) estableció que Julian Assange había
sido detenido y privado de libertad arbitrariamente, y pidió su libertad y una
indemnización. Petición que reiteró en mayo de 2019.
Para los firmantes del comunicado, Julian
Assange ha contribuido de manera excepcional al periodismo de interés público
y a la transparencia. Le han perseguido
por publicar informaciones que nunca debieron hurtarse al público. Su trabajo
ha sido reconocido por el Walkley Award for Most Outstanding Contribution to
Journalism en 2011, el Martha Gellhorn Prize for Journalism, el Index on
Censorship Prize, el Economist's New Media Award, el Amnesty International New
Media Award, el 2019 Gavin MacFadyen Award y muchos otros. Wikileaks fue
candidata al Premio Mandela de Naciones Unidas en 2015 y en siete ocasiones al
Nobel de la Paz (de 2010 a 2015 y en 2019).
“Los informes de Assange sobre los abusos y
crímenes de guerra es de una importancia histórica, lo mismo que las
informaciones de los denunciantes Edward Snowden, Chelsea Manning y Reality
Winner, hoy encarcelados o en el exilio (…) Los tiempos peligrosos exigen un
periodismo intrépido”.
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