Sahar Khodayari, la "blue girl" del fútbol iraní |
Sahar Khodayari, una iraní de 29 años aficionada al
fútbol –deporte al que las mujeres tienen prohibido asistir- y tifosa del Esteghlal FC de Teherán, que
fue detenida el 12 de marzo de 2019 por intentar entrar en el estadio Azadi
disfrazada de hombre para asistir a un partido, se ha suicidado en la puerta del
Palacio de Justicia por temor a ir a la cárcel.
Desde el derrocamiento de la
monarquía del Sha y la Revolucion islamíca de 1979, las mujeres iraníes no
pueden acudir a los encuentros de fútbol, aunque no existe ninguna ley que lo
prohíba, con la excusa de que hay que protegerlas de la “atmósfera masculina” y
de la “visión de hombres medio desnudos”.
En marzo pasado, tras ser detenida, Sahar Khodayar
pasó cuatro días en la célebre cárcel de mujeres de Qarchak, de donde salió con
fianza. El pasado 3 de septiembre, acudió al Palacio de Justicia de Teherán
para recuperar el teléfono móvil, que le fue confiscado mientras estaba
encarcelada, y allí se enteró –según el digital informativo Varzesh3- de que le
habían condenado a seis meses de cárcel; una versión posteriormente
desmentida en la página del Ministerio
de Justicia, Mizan Online3, donde se asegura que no solo no existe ninguna sentencia sino que ni
siquiera se ha celebrado ningún juicio.
Sea lo que fuera que le dijeran, el
caso es que a la salida Sahar Kodayari se inmoló prendiéndose fuego en la
entrada del edificio. Con quemaduras de tercer grado en gran parte del cuerpo y
los pulmones muy dañados, fue trasladada al hospital Motahari donde finalmente
falleció el 9 de septiembre.
Al anuncio de su muerte siguió una oleada de indignación.
Su equipo, el Esteghlal, donde la conocían como la « chica de azul »,
por el color de la camiseta del club, guardó un minuto de silencio en su
memoria. En las redes sociales, el hastag #BlueGirl ha dado la vuelta al mundo
rindiéndole homenaje. “El fútbol es para todo el mundo. Descansa en paz Sahar
Khodayari”, ha escrito en Twitter Jerôme Boateng, defensa internacional del
Bayern de Munich. La leyenda del fútbol iraní, Ali Karimi, ha pedido a sus 4 millones
y medio de seguidores en Instagram que boicoteen la asistencia a los estadios.
Para Minky Worden, directora de Iniciativas Mundiales en la ONG Human Rights
Watch, “era previsible que décadas de protestas contra la prohibición de
mujeres en los estadios de Irán terminaran en catástrofe”.
La Fifa, que en un comunicado ha “lamentado
profundamente esta tragedia”, ha reiterado su petición a las ultraconservadoras
y fundamentalistas autoridades iraníes de que “garanticen la libertad y la
seguridad de las mujeres comprometidas en la lucha por conseguir el acceso a
los estadios en Irán”. En este contexto, en el país se espera la llegada de una
delegación del organismo internacional para “evaluar los preparativos que se
están haciendo para permitir que asistan mujeres” a un encuentro de
calificación para la Copa del Mundo 2022, entre las selecciones de Irán y
Camboya, el próximo 10 de octubre.
Desde finales de agosto, una petición en línea de la
asociación Let Iranian Women In, que ha recogido más de 20.000 firmas, exige
que la Fifa adopte sanciones económicas contra la Federación iraní. La
vicepresidenta Massoumeh Ebtekar, encargada de las Mujeres y los Asuntos
Familiares, en una serie de tuits asegura que el gobierno y el poder judicial
están estudiando permitir la entrada de mujeres en los estadios.
Sahar Khodayari no ha sido la primera mujer que se
disfrazaba de hombre para presenciar un encuentro de fútbol en Irán. En mayo de
2018, y a pesar de la prohibición, cinco mujeres acudieron disfrazadas al
estado Azadi de Teherán y presenciaron al encuentro entre el FC Persepolis
Teherán y el Sepidrood Rashd FC. Después, publicaron sus fotos en las redes
sociales y se creó el movimiento "Let Iranian
women enter their stadiums".
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