Imagen del Movimiento de los Paraguas, 2014 |
Mientras
que el régimen comunista-capitalista de Pekín se prepara para celebrar el
próximo 1 de octubre de 2019 el 70
aniversario de la fundación de la
República Popular de China, los manifestantes de la semana número 17 de
protestas en Hong Kong recordaron el sábado, 28 de septiembre, el inicio del
« movimiento de los paraguas » de 2014 con concentraciones y
manifestaciones no autorizadas por la policía, como viene siendo norma.
En
esta ocasión, y para alegría de los militantes pro-democracia, en la vecina
isla de Taiwan se ha organizado este domingo 29 una manifestación de apoyo a
sus “hermanos” de Hong Kong, según informa Eadio France Internationale. Con el slogan “Apoyemos a Hong Kong, luchemos
contra el totalitarismo”, en las calles de Taipei se ha puesto de manifiesto no
solo la solidaridad con sus iguales del territorio semi-autónomo, sino también
el temor a que aumente la influencia de Pekín en la isla.
Hay
que recordar que la situación no es la misma en ambos territorios, antiguas
colonias británicas: mientras Hong Kong pertenece a China aunque disfruta de
una cierta autonomía, Taiwan es independiente pero China reivindica
periódicamente su soberanía. Tampoco es la misma la postura de sus gobernantes:
mientras la máxima autoridad de Hong Kong, la gobernadora Carrie Lam, camina
bastante en paralelo con los deseos de Pekín el actual presidente de Taiwan,
Tsai Ing-wen, en el poder desde 2016, se muestra intransigente frente a las
aspiraciones de los dirigentes chinos. A
principios de 2019, el presidente chino Xi Jinping amenazó con anexionarse
Taiwan por la fuerza y aplicarle el mismo principio de “un país, dos sistemas”
que rige en Hong Kong.
En julio pasado, llegaron a
Taiwan, buscando refugio en las ONG’s locales, unas cuantas decenas de manifestantes que el día 1 se hicieron con el
control del Parlamento de Hong Kong durante algunas horas, arrancaron los
retratos de sus dirigentes y cubrieron las paredes de graffitti y eslóganes.
Sin confirmar si se han producido demandas de asilo político, el presidente
taiwanés habla de sus « amigos de Hong Kong », unas palabras que
molestan extraordinariamente a los « comunistas » que encabezan el
gobierno chino, para quienes Taiwan, lo mismo que Hong Kong, forma parte de
“una única China”.
A punto de comenzar la
concentración para conmemorar el quinto aniversario del inicio del “Movimiento
de los paraguas”, el sábado 28, se produjeron distintos enfrentamientos entre
la policía y los militantes pro-democracia. De nuevo la policía lanzó cañones
de agua, pelotas de goma y gases lacrimógenos, contra quienes se encontraban
congregados en un parque recordando el 28 de septiembre de 2014, cuando comenzó
la ocupación pacífica del centro financiero y político de la megalópolis, que
se prolongó durante 79 días de reivindicación
del sufragio universal para la elección de los gobernantes. También de
nuevo, los manifestantes –que tienen programados otros actos de protesta y una
huelga de estudiantes hasta el martes 1, cuando China Popular celebre el aniversario de su fundación con un
gran desfile militar- han respondido
arrojado piedras y cócteles Molotov.
En
medio de las celebraciones de unos y otros, se ha alzado la voz de la
organización humanitaria Amnistía Internacional (AI), que apoya las
reivindicaciones de los manifestantes de Hong Kong asegurando que “el proyecto
de ley de extradición (de delincuentes a China, finalmente retirado,
recordemos) solo representa una parte visible del iceberg. Desde 2014, Pekín lleva
a cabo una ofensiva contra sus derechos humanos”. Según AI, que ha presentado
las conclusiones de una investigación basada en entrevistas con periodistas,
militantes pro-democracia, profesores universitarios, estudiantes, trabajadores
de ONG’s y legisladores- la creciente influencia del discurso de Pekín sobre la
“seguridad nacional” se ha traducido en los últimos años en una multiplicación
de los casos de militantes y periodistas de Hiong Kong censurados, denunciados
ante la justicia y acosados.
“La intolerable reacción de la
policía ante las manifestaciones contra el proyecto de ley de extradición ha
atizado el temor de un deslizamiento ante el tipo de régimen represivo de China
continental –sigue el comunicado de AI- Las autoridades de Hong Kong no escuchan
las reivindicaciones de millones de manifestantes y no protegen su derecho de
reunión pacífica. Tienen que ordenar una investigación independiente y eficaz
sobre la actuación policial”.
En
la investigación efectuado por AI, que ha examinado el período entre los dos
movimientos de protesta –el de 2014 y el actual que comenzó en junio de 2019-, demuestra
que las autoridades de HongKong, bajo el impulso de Pekín, aplican
políticas cada vez más represivas. “En 2017, el presidente chino Xi Jinping
fijó una ‘línea roja’ para Hong Kong relativa a ‘cualquier intento de atentado
a la soberanía o la seguridad, de contestación del poder del gobierno chino o
de utilización de Hong Kong para fines de infiltración y sabotaje. Desde
entonces, las autoridades chinas consideran el ejercicio de los derechos como
una superación de esa ‘línea roja’, y el gobierno de Hong Kong se ha sumado a
esa política, lo que le ha llevado a violar la Ley Fundamental, así como sus
obligaciones internacionales en materia de derechos humanos”.
AI se reafirma en su creencia
de que en Hong Kong se atacan los derechos de libertad de expresión y
asociación, lo que desde 2014 ha llevado a más de un centenar de ciudadanos
ante la justicia por actividades “militantes pacíficas. La policía utiliza métodos
cada vez más y no protege a los manifestantes contra ataques de terceros
(grupos radicales)”, mientras que las autoridades “utilizan sin criterio la
legislación para acosar y denunciar a personas y grupos acusados de saltarse la
‘línea roja’ fijada por Pekín”. Además,
denuncia AI, “no sirve para nada denunciar las exacciones policiales, las
posibilidades de ganar la causa son de cero”, según el testimonio de un herido
en las protestas de 2014.
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