Manifestantes exhibiendo una pancarta contra los suicidios |
En vísperas de las
huelgas y los actos programados por ambas partes, el régimen comunista y los
manifestantes pro-democracia, para
recordar dos fechas emblemáticas, - el 28 de septiembre, los cinco años del
inicio de la revolución de los paraguas de 2014 para pedir el sufragio
universal (reivindicación que continua vigente, y el 1 de octubre, el 70 aniversario de la creación de la
república Popular de China en 1949-, la policía y los manifestantes se han
vuelto a enfrentar en las calles, el metro y el aeropuerto de Hong Kong, en
este fin de semana, que hace el número 16 de las protestas. En esta ocasión las
agencias internacionales destacan que se ha producida una rebaja en la
intensidad de los choques.
De nuevo la policía ha
recurrido a los cañones de agua y los gases lacrimógenos contra los
manifestantes que han levantado barreras y arrojado piedras en el pueblo de
Tuen Mun, al noroeste de la capital, donde tambiñen se han producido numerosas
detenciones. Por las redes ha circulado un vídeo que muestra a la policía
arrojando gas pimienta, en el pueblo de Yuen Long, a un popular hombre de 73 años, apodado “Tio Chan”, que les
pedía que no siguieran reprimiendo a los manifestantes.
Este domingo, los
mensajes de las redes sociales invitaban a los manifestantes a “poner a prueba”
la capacidad de resistencia del aeropuerto de Hong Kong, el octavo del mundo,
ocupando los edificios y los enlaces ferroviarios. En respuesta, las
autoridades han reducido los enlaces –por tren y carretera- con el aeropuerto, han reforzado los controles policiales y han
situado unidades antidisturbios ante la entrada principal del aeropuerto, que
en 2018 recibió 74 millones de pasajeros (diez veces la población del
territorio).
“Hong Kong se ha convertido en un ‘estado policial’
donde las fuerzas del orden, dirigidas por Pekín, tiene como única misión
ahogar la protesta popular legítima », denunciaron el sábado poco antes de
embarcar en un avión para Hong Kong tras ser recibidos en el Capitolio, en una
entrevista con la Agencia France-Presse en Washington, los líderes del
movimiento pro-democracia, el estudiante Joshua Wong, y la cantante y actriz
censurada en China continental e icono del movimiento LGTBI Denise Ho,
acompañados por Brian Leung, también estudiante y portavoz de la generación que
“no tiene nada que perder”, y el único que actuó a cara descubierta en la toma
del Parlamento el pasado 1 de junio, exiliado desde entonces en Washington,
según pública el digital canadiense lapresse.ca. “De ciudad mundial moderna,
Hong Kong se ha transformado en un estado policial en el que el gobierno se
esconde tras las fuerzas de policía para negarse a ofrecer soluciones”.
La
concentración pacífica en Tuen Mun, barrio cercano a China continental, de las
primeras horas del sábado acabó degenerando y siguiendo el esquema clásico de
todos los fines de semana. Un grupo de radicales arrancó y quemó las banderas
chinas de una oficina del gobierno local. En un parque de la ciudad la policía
detuvo a varios participantes en una manifestación. Por todas partes, los
contestatarios levantaron barricadas y rompieron las barreras de seguridad.
También arrojaron objetos a la vía férrea. La policía respondió con pelotas de
goma y gases lacrimógenos. Por la noche, “algunos militantes continuaban
jugando por las calles al ratón y el gato con la policía”, según
lapresse.ca.
El viernes 20,
Amnistía Internacional (AI) acusó a la policía de Hong Kong de usar contra los
manifestantes “tácticas insensatas e ilegales”, e incluso llegó a usar la
palabra “tortura”. « Existen innumerables informaciones sobre actos de
brutalidad », ha dicho Brian Leung en Washington. “Han corrompido a nuestra
policía convirtiéndola en una herramienta personal que permite a Carrie Lam
(gobernadora del territorio semi-autónomo) permanecer en el poder y abusar de
él para torturar a la población”. Leung ha denunciado la « trampa »
tendida por Carrie Lam, que propuso una plataforma de diálogo para poner fin a
las concentraciones. “Hace cinco años,
cinco responsables estudiantiles iniciaron un diálogo con la señora Lam que
desembocó en las denuncias contra cuatrocientos, dos de los cuales acabaron
entre rejas ».
AI se ha
sumado a la petición de los manifestantes de que se ponga en marcha una
comisión de investigación independiente que estudie el comportamiento de la
policía. En un encuentro con periodistas extranjeros, un responsable policial
(que pidió respetar su anonimato) manifestó sus temores: “La violencia está
alcanzando tal nivel que los agentes temen matar a alguien, o incluso morir”.
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