Orpheus XXI en el festival Arabesques |
El 16 de abril de 2016, el
músico catalán Jordi Savall acudió al lugar francés conocido como la “jungla de
Calais », el principal punto de paso entre Francia e Inglaterra, junto al
Canal de la Mancha, donde se concentra un número importante de migrantes y
refugiados que esperan una oportunidad para conseguir pasar clandestinamente al
otro lado.
Allí, Jordi Savall,
improvisó un concierto con su viola de gamba junto a unos cuantos músicos refugiados. Como
resultado de la experiencia, Savall –gambista, director de orquesta y
especialista de música barroca que en octubre de 2014 rechazó el Premio Nacional de Música por
no estar de acuerdo con la política cultural del gobierno de Mariano Rajoy,
pero en cambio ha recibido la Legión de Honor francesa y es Caballero de las
Artes las Letras del país galo, además
de estar en posesión de varios galardones catalanes- decidió crear una orquesta
europea, “Orpheus XXI, música para la vida y la dignidad”, en la que
jóvenes músicos refugiados e inmigrantes tocan junto a músicos
profesionales y actúan habitualmente en los más importantes festivales de
música europeos .
Considerando
que no se puede « tener el privilegio de tocar en las mejores salas del
mundo y permanecer al margen de la grave crisis que atraviesa nuestra
sociedad », Jordi Savall acudió a la Unión Europea donde encontró ayuda para
la financiación del proyecto
“Orpheus XXI”, apoyada por asociaciones de ayuda a
migrantes, tiene como objetivo facilitar la inserción de músicos refugiados y,
más allá, poner en valor la música como medio de comunicación entre los
pueblos.
Entre los objetivos
de la emocionante aventura que es « Orpheus
XXI » está dar a los músicos refugiados la posibilidad de expresarse y
comunicar por medio de la música con personas que no hablan su lengua y tienen
otras referencias culturales; hacer que, a pesar de la guerra y el exilio, los
refugiados comprendan que la música es un vector de comprensión de su pasado,
que les ayudará a convertirse en ciudadanos del país que le4s acoja; ofrecer
oportunidades de inserción profesional a los músicos jóvenes refugiados; dar a
los refugiados la posibilidad de conocer músicas y tradiciones de sus propios
países, para que luego puedan compartirlas con los europeos que así
comprenderán mejor a la población refugiada.
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