Premio del
Jurado al mejor guión (Paul Laverty) en el Festival de San Sebastián 2018,
“Yuli”, la última película de Iciar Bollaín, es un biopic que de manera más o
menos precisa cuenta la vida del bailarín cubano Carlos Acosta, “en un
clásico de la pobreza a la riqueza, o al menos de la calle a los escenarios”
(Juan Sardá, El cultural).
Basada en
hechos reales y en el libro “No Way Home”, autobiografía publicada en 2007,
“Yuli”, que disfrutarán especialmente los amantes el ballet, recorre la ida de Carlos Acosta (que se
interpreta a sí mismo en el bailarín adulto), desde sus humiles orígenes en
un barrio de La Habana hasta ser primera figura en el Royal Ballet de
Londres, y otras grandes compañías mundiales.
Yuli es un
niño (en la película son varios niños, que van marcando el desarrollo físico
y artístico del artista), que tiene condiciones ero o quiere ser bailarín y
que, obligado a la fuerza por su padre y tutelado por su maestra, la
directora del Ballet nacional de Cuba, llega a ser uno de los mejores del
género e s generación al tiempo que rompe un tabú al ser el primer bailarín
negro que interpreta al galán en la versión londinense del clásico “Romeo y
Julieta”.
Iciar
Bollaín y su compañero, el guionista Pau Laverty, han elegido a esta gran
figura de la danza internacional para hablar del arte y de los sacrificios
que a veces exige. También de la vida familiar, la autoridad del padre y los
valores de la sociedad cubana surgida de “la revolución de los barbudos”, con
sus principales contradicciones, como la escasez económica y la desigualdad
racial. La emoción que pueda despertar “Yuli” tendrá su origen sin duda en la
relación de los dos hombres –padre e hijo-, asentada en el respeto y la
autoridad.
Yuli es el
nombre familiar de Acosta; su padre, quien practicaba el culto Yoruba, le
puso el apodo del legendario guerrero hijo del dios africano Ogún, que se
identifica con los luchadores, tras explicarle la historia de la esclavitud
de los negros en Cuba y algunas peripecias familiares.
A pesar de
su tendencia inicial a escapar de las clases en el Ballet nacional, donde su
padre le matriculó a la fuerza, Yuli termina por caer seducido en el universo
de la danza y poco a poco se va transformando en una leyenda que ha logrado hacer
historia.
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viernes, 14 de diciembre de 2018
“Yuli” de Iciar Bollaín, de la calle a los grandes escenarios
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