En Baviera, la ciudad alemana de Friedberg ha instalado tres semáforos
con la silueta de Elvis Presley, en un acto de homenaje al Rey del Rock que hizo
su servicio militar, entre 1958 y 1960, en la base estadounidense instalada en
la localidad.
Los semáforos se encuentran cerca de Elvis Presley Square, la plaza que
lleva su nombre desde 1995. Cuando el semáforo está en verde la figura de Elvis
exhibe su icónico movimiento de caderas; en rojo, la estrella tiene un
micrófono delante.
Estos no son los únicos homenajes de Friedberg, ciudad de 30.000
habitantes cercana a Frankfurt, a quien fue uno de sus residentes hace ahora
sesenta años: en una rotonda a la entrada, una estatua del Rey guitarra en
mano y un letrero: “Residencia militar
de Elvis Presley”. Muy cerca de allí, en Bad Nauheim, donde Elvis conoció a
Priscilla, con quien contrajo matrimonio en 1967, todavía quedan fans del
cantante que depositan regularmente flores y velas ante un memorial levantado
en su nombre.
En las dos ciudades funciona desde 1998 una asociación que organiza
anualmente un Festival Presley que reúne a miles de nostálgicos y seguidores
del rockero más famoso de todos los tiempos.
Lo de la figura de Elvis en los semáforos alemanes es menos novedoso de
lo que puede parecer: hace ya tiempo que el rostro de Beethoven ilumina algunos
cruces en Bonn y la localidad de Treveris, en Renania, colocó el pasado mes de mayo de 2018 la
efigie de Karl Marx para celebrar el 200 aniversario del nacimiento del
filósofo en la ciudad. En otras ciudades alemanas aparecieron parejas del mismo
sexo en los semáforos para celebrar el último día del orgullo gay.
En cuanto a la más conocida de las figuras utilizadas en los semáforos
alemanes, el anónimo “Ampelmännchen” u «hombrecito de los semáforos”, que lleva un
gran sombrero y data de los años 1990, los de la reunificación, ha pasado a
formar parte del repertorio de recuerdos turísticos de Berlín y se puede
encontrar en envoltorios de caramelos, pañuelos, llaveros o tazas de café.
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