“La película que le hubiese gustado rodar a Luis Buñuel” (Carlos Loureda, filmand.es)
”Zafari”, la cuarta película de la venezolana Mariana Rondón –coproducción de siete países: Perú, México, Francia, Brasil, Chile, República Dominicana y Venezuela-, es una angustiosa fábula que se sitúa en el límite entre lo humano y lo animal. “Distopía inspirada en hechos reales”, según su directora, Mariana Rondón, autora del guión con Marité Ugás (la pareja ganó la Concha de Oro en San Sebastián 2013 con la película “Pelo Malo”, y acaba de presentar, en los recientes Festivales de Venecia y Toronto “Aún es de noche en Caracas”).
La
actriz chilena Daniela Ramírez (“Perra
vida”, “Madre”, “Matar a Pinochet”) encabeza un elenco coral que incluye a figuras
reconocidas del cine latinoamericano, como los venezolanos Francisco Denis (“Juana”,
series “Narcos”, “Diario de un gigoló”), Samantha Castillo (“Pelo malo”, “Mal
de ojo”), Alí Rondón (“Pelo malo”, “Los amantes de Caracas”) y la joven
revelación peruana Varek La Rosa.
La
llegada de un hipopótamo al zoológico de una ciudad que no se nombra, pero que
sin duda se parece mucho a Caracas (1), desata conflictos de consecuencias
insospechadas en un vecindario de clases sociales enfrentadas. En un mundo
distópico cercano en el tiempo y en el espacio y cada vez más
salvaje, Zafari el hipopótamo es el único que aún tiene suficiente
comida.
En un lujoso inmueble que parece abandonado, sus últimos habitantes sobreviven con dificultad mientras
en torno a ellos la sociedad está viviendo las últimas manifestación de un
fracaso. Ana, Francisco y su hijo Bruno, una familia de clase media con los
armarios de la cocina vacíos, contemplan
desde la ventana al nuevo inquilino que acaba de llegar al zoo: un hipopótamo
llamado Zafari. No pueden ocultar la envidia que sienten por la pareja que va a
ocuparse de alimentarle y acompañarle a la piscina.
Fábula angustiosa y metáfora de la lucha de clases, más agudizada que nunca cuando falta
hasta lo más elemental: la lucha es para saciar el hambre, la comida se ha
convertido en una obsesión y está
despertando el lado más animal de los humanos que, en el caso de Ana, la lleva
a inventarse una fuga de agua para, en nombre de una supuesta “comunidad de propietarios”,
entrar en las casas de sus vecinos y revisar
estanterías y armarios en busca de cualquier cosa comestible.
Sin poder rodar en Venezuela,
Mariana Rondón ha echado mano de dos escenarios diferentes: Perú para los
interiores del edificio que conoció días mejores, y la República Dominicana
para los exteriores. El conjunto muestra una realidad en la que el modelo de
familia, la estructura social y los roles de género están cambiando,
distanciándose de los que habían conocido anteriormente.
« Zafari »
es una sátira social cruel, pesimista y fiel reflejo de la peor de las pesadillas
que amenazan a la sociedad contemporánea y que muchos prefieren ignorar: la
miseria, la violencia y el hambre que se esconden tras las puertas cerradas de
apartamentos que un día fueron sinónimo de bienestar y ahora están obligando a
muchos hombres y mujeres –incluida la familia protagonista de “Zafari” (2)- a
abandonar sus hogares, para buscarse la vida en otro lugar.
(1) Aunque el país no se nombra en ningún momento,
es evidente que se trata de Venezuela donde la ONU ha asegurado recientemente
que el 82% de la población vive en la pobreza y el 53% en la pobreza extrema,
sin estar suficientemente alimentada. Cerca de 8 millones de venezolanos ya han
abandonado el país.
(2) “Zafari” se estrena en las pantallas de
Madrid el viernes 14 de noviembre de 2025

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