Obama y Renzi |
Declaraciones exclusivas al diario La Repubblica
“La austeridad está bloqueando el crecimiento europeo”.
Este es el titular que ha dado el presidente de Estados Unidos, Barack Obama,
en una entrevista exclusiva para el diario italiano La Repubblica, efectuada
por el periodista Federico Rampini con motivo de la visita del presidente del
Consejo Italiano (Primer Ministro), Matteo Renzi, a la Casa Blanca. Una
evidencia que también ha relacionado con la “crisis de los refugiados” y para
la que no ve otra solución que “políticas económicas inclusivas, que inviertan
en los ciudadanos dándoles instrucción, competencias y formación, necesarias
para aumentar los salarios y reducir las desigualdades”. Aunque advierte que
“unos pocos países no pueden llevar a cabo la tarea ellos solos”. La entrevista
es del tipo de las habituales en estos casos: se adelantan los temas que
tratarán las representaciones diplomáticas de ambos países y, como no puede ser
de otra manera, se generaliza sobre todo y se manifiestan muchas obviedades,
disfrazadas a veces de grandilocuentes declaraciones.
En el transcurso de la entrevista, Obama hace un repaso
minucioso de las políticas económicas de su gobierno que, está claro, le
parecen muy satisfactorias (y lo son en bastante medida, porque la economía del
país lleva siete años creciendo; aunque, no conviene olvidar nada, después del
crac que tuvo efecto dominó y generó la crisis mundial de 2007): “Poco después
de mi llegada, aprobamos la Recovery Act (maniobra de inversiones públicas)
para estimular la economía. Nos pusimos inmediatamente en marcha para salvar
nuestra industria automovilística, estabilizar los bancos, invertir en
infraestructuras, aumentar los préstamos a pequeñas empresas y ayudar a que las
familias no perdieran sus casas. Y los resultados son claros. Las empresas
estadounidenses -evidentemente, tanto Obama como la publicación italiana, toman
la parte por el todo y dicen “americanas”- han creado más de 15 millones de
puestos de trabajo, se ha diezmado el índice de paro, los trabajadores ven
finalmente como aumentan sus retribuciones (…) y se ha reducido el índice de
pobreza. Queda mucho por hacer todavía pero nos estamos moviendo en la
dirección justa (…)”.
Que no es lo que ha ocurrido en otros países “que han
optado un enfoque diverso. Creo que las medidas de austeridad han contribuido a
una desaceleración del crecimiento en Europa. En algunos países hemos visto
señales de estancamiento que ha venido a alimentar las frustraciones económicas
que se aprecian en todo el continente, sobre todo entre los jóvenes que tienen
más probabilidades de no encontrar empleo”.
Para la Unión Europea sigue siendo uno de los grandes
éxitos políticos y económicos de los tiempos modernos, y para justificarlo
recurre a un lugar común: “Ningún país de la Unión se ha alzado en armas contra
otro”, pero juzga un error la fuerte contestación europea al Tratado de libre
comercio con Estados Unidos (TTIP) así como el hecho de que las negociaciones
se encuentren “en punto muerto”. Y llegado a este punto es donde el presidente
de país más fuerte del mundo, al menos de momento, saca a relucir todo su
bagaje ideológico: “La historia demuestra que el libre mercado y el capitalismo
son quizá la mayor fuerza para la creación de oportunidades, al estimular la
innovación y elevar el nivel de vida. Los vimos en Europa occidental en las
décadas posteriores a la Segunda guerra mundial. Lo hemos visto en Europa
central y oriental tras el final de la guerra fría, y lo hemos visto en todo el
mundo, de América a África, y a Asia (…) Yo he puesto en guardia contra un
capitalismo sin alma que solo beneficia a los pocos de arriba y contribuye a la
desigualdad, y a una gran brecha entre ricos y pobres (…) en nuestra economía
global, donde gran parte del bienestar depende de los intercambios entre
nuestros países, no es posible dar marcha atrás y levantar el puente levadizo.
El proteccionismo debilita nuestras economías perjudicando a todos, en
particular a nuestros trabajadores (…) Tenemos que seguir trabajando para
frenar los excesos del capitalismo, adoptando medidas más severas para sector
bancario y, en materia fiscal, una mayor trasparencia para ayudar a prevenir
las repetidas crisis que amenazan nuestra prosperidad compartida…”.
Para Barack Obama, la colaboración internacional en otros
campos, de la salud a la tecnología, ha contribuido a una mayor longevidad de
la población mundial, otra obviedad: “El desafío es conseguir que los
beneficios de la integración se compartan más y que los eventuales problemas
económicos, políticos o culturales, se enfrenten correctamente. Se requieren
políticas económicas inclusivas (…) y un sistema de intercambios comerciales
que proteja a los trabajadores y al medioambiente. Y requiere defender nuestros
valores y tradiciones en cuanto sociedad pluralista y diversa, y rechazar la
política de “nosotros” contra “ellos”, que intenta hacer de los inmigrantes y
minorías chivos expiatorios”.
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