El tribunal de apelación de
Estocolmo ha confirmado, el jueves 20 de noviembre de 2014, la orden de arresto
internacional dictada en 2010 contra Julian Assange, 43 años, australiano
fundador de Wikileaks, actualmente refugiado en la Embajada de Ecuador de
Londres, donde deberá permanecer si no quiere que le detengan y le extraditen
inmediatamente al país nórdico, donde está reclamado por dos asuntos de
presunta agresión sexual. Esa detención podría suponer igualmente un posterior
traslado a Estados Unidos, donde los cargos contra él son de mayor envergadura:
espionaje, revelación de cientos de miles de documentos militares y civiles
confidenciales, y secretos de Estado.
En relación con la denuncia por
agresión sexual, un asunto bastante confuso ya que las demandantes son dos
mujeres jóvenes, voluntarias de la organización Wikileaks que aceptaron
mantener relaciones sexuales con Assange, se le acusa de haber retirado o
agujereado (no está claro) voluntariamente los preservativos, sin advertir a la
pareja; lo que en Suecia se considera una forma de violación llamada “sexo por
sorpresa”. Assange ha negado siempre las acusaciones y ha asegurado que se
trata de una conspiración, pero no quiere acudir a declarar a Suecia ante el
temor de que se aproveche el momento para extraditarle a Estados Unidos.
Fue precisamente esa segunda
amenaza de extradición la que llevó al gobierno de Ecuador a ofrecer protección
diplomática a Julian Assange, quien lleva desde junio de 2012 recluido en el
recinto de la embajada de Londres, sin poder poner un pie en la calle, porque
sería inmediatamente detenido por la Interpol; lo que en la práctica le
convierte en un prisionero. Pese a mantener la orden de detención
internacional, el tribunal de apelación de Estocolmo ha hecho constar en su
sentencia “la incapacidad de los fiscales para examinar otras pistas”, lo que
en opinión del juez “no es conforme a la obligación que tienen de hacer avanzar
la investigación”.
Desde su retiro en la Embajada de
Ecuador en Londres, el fundador de Wikileaks ha creado la Fundación Valor,
organización internacional que quiere “apoyar a quienes arriesgan su vida o su
libertad para ayudar al público a descubrir crímenes de guerra, corrupción,
vigilancia masiva y abusos de poder” de todos los gobiernos, en todo el mundo”,
y en suma defienden el derecho a la libertad de información y expresión. Se
dedica particularmente a la defensa de quienes como él mismo, Edwars Snowden,
refugiado en algún lugar de Rusia, o el soldado Chelsea (antes Bradley) Manning,
encarcelado en Estados Unidos, han perdido la libertad por difundir documentos
secretos confidenciales, a los que tuvieron acceso en el marco de su trabajo
–el primero en la Inteligencia estadounidense, el segundo en el ejército-, que
es exactamente lo que hizo después Julian Assange a través de su publicación
Wikileaks.
En una entrevista concedida el 16
de noviembre de 2014 al semanario francés L’Obs (anteriormente Le Nouvel
Observateur), el periodista Juan Branco cuenta que Assange acababa de pasar
varios días trabajando con un equipo jurídico para preparar la denuncia sobre
su situación que van a presentar ante la ONU, y que apoyan 60 organizaciones
ciudadanas de todo el mundo, entre ellas el Movimento dos Trabalhadores Sem
Terra Brasileños, que cuenta con más de un millón de miembros. “Estoy
fundamentalmente convencido –dijo Assange al periodista- de que Internet va a
poner fin a la asimetría informativa impuesta por los poderosos del mundo. Ese
es el sentido de nuestra lucha, una inversión de la transparencia: no es el
Estado quien debe saber todo de los ciudadanos, sino los ciudadanos quienes
deben saber todo del Estado”.
El martes, 18 de octubre de 2014,
Nadezha Tolokonnikova et Maria Alyokhina, dos de las componentes del grupo
musical ruso Pussy Riot, conocido por su frontal oposición a Vladimir Putin,
visitaron a Julian Assange en la Embajada de Ecuador en Londres, y anunciaron
que el colectivo ha decidido implicarse en la Fundación Valor, a la que ya han
dado públicamente su apoyo el actor Viggo Mortensen, la compositora y cantante
británica M.I.A, el realizador Alfonso Cuarón y el disck-jockey y cantante Moby.
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