jueves, 20 de noviembre de 2014

Julian Assange: se mantiene la orden internacional de busca y captura



El tribunal de apelación de Estocolmo ha confirmado, el jueves 20 de noviembre de 2014, la orden de arresto internacional dictada en 2010 contra Julian Assange, 43 años, australiano fundador de Wikileaks, actualmente refugiado en la Embajada de Ecuador de Londres, donde deberá permanecer si no quiere que le detengan y le extraditen inmediatamente al país nórdico, donde está reclamado por dos asuntos de presunta agresión sexual. Esa detención podría suponer igualmente un posterior traslado a Estados Unidos, donde los cargos contra él son de mayor envergadura: espionaje, revelación de cientos de miles de documentos militares y civiles confidenciales, y secretos de Estado.

En relación con la denuncia por agresión sexual, un asunto bastante confuso ya que las demandantes son dos mujeres jóvenes, voluntarias de la organización Wikileaks que aceptaron mantener relaciones sexuales con Assange, se le acusa de haber retirado o agujereado (no está claro) voluntariamente los preservativos, sin advertir a la pareja; lo que en Suecia se considera una forma de violación llamada “sexo por sorpresa”. Assange ha negado siempre las acusaciones y ha asegurado que se trata de una conspiración, pero no quiere acudir a declarar a Suecia ante el temor de que se aproveche el momento para extraditarle a Estados Unidos.

Fue precisamente esa segunda amenaza de extradición la que llevó al gobierno de Ecuador a ofrecer protección diplomática a Julian Assange, quien lleva desde junio de 2012 recluido en el recinto de la embajada de Londres, sin poder poner un pie en la calle, porque sería inmediatamente detenido por la Interpol; lo que en la práctica le convierte en un prisionero. Pese a mantener la orden de detención internacional, el tribunal de apelación de Estocolmo ha hecho constar en su sentencia “la incapacidad de los fiscales para examinar otras pistas”, lo que en opinión del juez “no es conforme a la obligación que tienen de hacer avanzar la investigación”.

Desde su retiro en la Embajada de Ecuador en Londres, el fundador de Wikileaks ha creado la Fundación Valor, organización internacional que quiere “apoyar a quienes arriesgan su vida o su libertad para ayudar al público a descubrir crímenes de guerra, corrupción, vigilancia masiva y abusos de poder” de todos los gobiernos, en todo el mundo”, y en suma defienden el derecho a la libertad de información y expresión. Se dedica particularmente a la defensa de quienes como él mismo, Edwars Snowden, refugiado en algún lugar de Rusia, o el soldado Chelsea (antes Bradley) Manning, encarcelado en Estados Unidos, han perdido la libertad por difundir documentos secretos confidenciales, a los que tuvieron acceso en el marco de su trabajo –el primero en la Inteligencia estadounidense, el segundo en el ejército-, que es exactamente lo que hizo después Julian Assange a través de su publicación Wikileaks.

En una entrevista concedida el 16 de noviembre de 2014 al semanario francés L’Obs (anteriormente Le Nouvel Observateur), el periodista Juan Branco cuenta que Assange acababa de pasar varios días trabajando con un equipo jurídico para preparar la denuncia sobre su situación que van a presentar ante la ONU, y que apoyan 60 organizaciones ciudadanas de todo el mundo, entre ellas el Movimento dos Trabalhadores Sem Terra Brasileños, que cuenta con más de un millón de miembros. “Estoy fundamentalmente convencido –dijo Assange al periodista- de que Internet va a poner fin a la asimetría informativa impuesta por los poderosos del mundo. Ese es el sentido de nuestra lucha, una inversión de la transparencia: no es el Estado quien debe saber todo de los ciudadanos, sino los ciudadanos quienes deben saber todo del Estado”.

El martes, 18 de octubre de 2014, Nadezha Tolokonnikova et Maria Alyokhina, dos de las componentes del grupo musical ruso Pussy Riot, conocido por su frontal oposición a Vladimir Putin, visitaron a Julian Assange en la Embajada de Ecuador en Londres, y anunciaron que el colectivo ha decidido implicarse en la Fundación Valor, a la que ya han dado públicamente su apoyo el actor Viggo Mortensen, la compositora y cantante británica M.I.A, el realizador Alfonso Cuarón y el disck-jockey y cantante Moby.

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