« Creían no tener perspectivas en Francia. En el ordenador, se consolaban en los brazos virtuales de los 'combatientes' de la organización terrorista Daesh (…) después viajaron a Siria para casarse: pero no imaginaban que acusían a una cita con el sufrimiento y la muerte. En su primera pelicula, Mareike Engelhardt cuenta la trágica desgracia de miles de mujeres jóvenes…” ( Falila Gbadamassi, France Télévisions)
“Las hijas del califato” (Rabia), primer largometraje de ficción de la cineasta alemana Mareike Engelhardt, que se presentó en la Sección Oficial del FFA (Festival de Cine Francófono de Angulema), en el Festival War on Screen (el único festival de cine dedicado en su totalidad a reflexionar sobre los conflictos de guerra y sus consecuencias), y obtuvo el Premio Ornano-Valenti en Deauville, es un thriller feminista que revela el interior de las mafadas, esas casas para mujeres destinadas a convertirse en esposas de combatientes del Daesh, centrado en el caso concreto de dos jóvenes francesas, que viajan a Siria para “casarse y procrear”.
Escrito por la directora junto a Samuel Doux (guionista de
películas como “Arthur Rambo”,
de Laurent Cantet, o “Rouge”,
de Farid Bentoumi), la película cuenta la historia real y aterradora de la
marroquí Faitha Mejjati (alias Oum Adam), quien gobernó con mano de hierro
varios hogares de mujeres durante el reinado del Estado Islámico en Raqa
(Siria).
Se trata de un thriller feminista que revela un aspecto del Estado Islámico
nunca visto en la pantalla: el interior de estas casas para mujeres destinadas
a convertirse en esposas de combatientes del Daesh.
Protagonizan la película Megan Northam (“Los pasajeros de la noche”, “Un verano con Fifí” ) y Lubna Azabal (“Incendies”, “El caftán azul”, “Adam”),
junto a Natacha Krief (“Night Call”), Lena Lauzemis (“Deutschland 89”), Christine Gautier (“Teddy”) y Andranic Manet (“La montaña”).
“Las
hijas del califato” (1) es un viaje en
nombre de Alá al infierno de la radicalización
y los matrimonios forzosos de unas mujeres llegadas mayoritariamente de países
europeos –pero también norteafricanas y de Oriente Próximo- que, decepcionadas
por sus familias o sus trabajos, deciden viajar a Siria para literalmente
inmolarse, entregándose a satisfacer los deseos de unos “hermanos combatientes”
prepotentes y zafios, que las despreciarán e incluso las maltratarán.
Estamos en Raqqa –una ciudad de palpitante
actualidad tras el derrocamiento del carnicero sirio-, en una mafada, o lo que
es igual en una casa donde están encerradas las mujeres que están a disposición
de los terroristas jihahistas, dirigida por una mujer terrible a la que llaman
simplemente “señora”, a la que ha llegado Jessica, una auxiliar de enfermería
francesa de 19 años, convertida a la religión musulmana, que sueña con la aventura utópica vendida por el Estado islámico.
Tras
el contundente rechazo de un terrorista que, nada más conocerla intenta
violarla, Jessica consigue ganarse la confianza de la “señora” (2) –lo más
parecido a una madrastra de cuento, a la que los combatientes pagan por las
mujeres que eligen- y se queda a su
servicio, lo que significa no solo que le pone inyecciones de morfina sino que
la sustituye en ocasiones cuando hay que castigar (azotar) a alguna de las
chicas que han cometido algún fallo o han intentado escaparse. Esa relación,
marcada por la sumisión y el control, empuja a Jessica más allá de sus propios
límites, enfrentándola a una realidad cada vez más oscura, muy alejada de las
promesas de una vida mejor.
Interpretada por dos actrices con talento,
la película describe el mecanismo del reclutamiento de mujeres que han ido
convencidas de haber elegido lo mejor y esperan cualquier cosa menos la
horrible realidad que les espera junto a los combatientes: ya solo les queda
ser víctimas o mártires.
Basda en hechos reales,
“Las hijas del califato es una película necesaria para entender a esas jóvenes
europeas que desaparecen, abandonando familias y trabajo, y tiempo después se
sabe que están en algún lugar de Siria, sirviendo a algún terrorista y dando a
luz unos niños que el engranaje ha decidido que serán los futuros combatientes,
cuando no han acabado convertidas en esclavas sexuales.
En su reflexión en torno a la película, la
directora se hace varias preguntas muy pertinentes: “Básicamente, la pregunta
es la misma que nos golpea a todos los alemanes de mi generación: ¿Qué tiene la
vida que hace que la gente se pase al bando equivocado? ¿Cómo es posible
dejarse absorber por un sistema que nos despoja de nuestra humanidad? Y, sobre
todo, ¿por qué la gente se queda allí?”
(1) “Las hijas del
califato” se estrena en Madrid este viernes 13 de diciembre de 2024
(2) Entre la proclamación en 2014 du Califato (territorios
controlados por Daesh en Siria e Irak) y
la liberación de Raqqa por la coalición internacional en 2017, sucede esta
historia que protagonizan Jessica y « la señora », un personaje
demoniaco que quiere arreglar cuentas con un Occidente que pretende destruir, y
que en realidad es una ficción calcada de la marroquí Fatiha Meijati, alias Oum
Adam, conocida como “la viuda negra” que dirigió una de las mafadas de Eaqqa, considerada
una criminal por el derecho internacional y hoy fugada y en busca y captura.
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