Poster de Masha Amini (Imagen Amnistía Internacional)
Pena de muerte, lapidación, flagelación…En Irán, este 13 de diciembre de
2024 entra en vigor una nueva ley que establece sanciones extremas para las
mujeres y las niñas que desafíen la normativa sobre la forma de llevar la yihab
(velo).
Desde hace dos años y el asesinato de la joven kurda de 22 años Masha Amini en una comisaría de Teherán -detenida
por la policía de la moral por llevar mal puesto el velo obligatorio- las
autoridades iraníes llevan a cabo una represión, cada vez más violenta, sobre
las mujeres que se atreven a desafiar las normas. En una vuelta de tuerca más,
a partir de hoy entra en vigor la nueva ley destinada a la “Protección de la
familia mediante la promoción de la cultura de la castidad y de la yihab”.
Según la información publicada en el diario británico The Guardian la
nueva legislación establece condenas que llegan hasta la pena de muerte para el
“activismo”, por pacífico que sea, en contra de las leyes sobre la
obligatoriedad de llevar velo.
Según Amnistía Internacional (AI) la ley, que contiene setenta y cuatro
artículos, incluye también la flagelación, multas extraordinarias, exageradas
condenas der cárcel, prohibición de viajar y restricciones en materia de
educación y trabajo para las mujeres y las niñas.
En relación con la “castidad”, el artículo 37 de la nueva ley establece
que aquellas mujeres que animen a “la
indecencia”, a quitarse el velo o a llevarlo mal puesto en presencia de
entidades extranjeras, términos que incluyen a los periodistas de medios
internacionales y organizaciones de la sociedad civil, podrán ser condenadas a
diez años de cárcel y una multa que puede llegar a los 15.000 euros: y que podrán
condenarse a pena de muerte –se les aplicará el artículo 296 del código penal
islámico iraní- quienes tengan una conducta que las autoridades consideren “corrupción
en la tierra”.
Por otra parte, la nueva ley concede inmunidad a toda persona que, “en
cumplimiento de sus deberes religiosos”, obligue a las mujeres a llevar el velo
obligatorio. En cambio, podrá ser sancionada con pena de cárcel o una multa,
cualquier persona que intente oponerse a la detención o el acoso de mujeres o
niñas que se nieguen a llevar el velo. Se han previsto sanciones para las
empresas, conductores de taxis, medios de comunicación y escuelas que no
denuncien las infracciones cometidas por mujeres y niñas.
A pesar de los riesgos, muchas mujeres iraníes siguen formando parte del
movimiento “Mujer, vida, libertad” («Jin, Jiyan,
Azadî»), un slogan histórico del
movimiento de liberación kurdo recuperado tras el asesinato de Masha Amini el
16 de septiembre de 2022. Entre las víctimas Elahe Tavakolian, joven iraní que
ha perdido un ojo en la represión de una de las manifestaciones de protesta por
el asesinato.
En las redes sociales siguen circulando vídeos de mujeres con gestos de
desafío como el que, en los primeros días del pasado mes de noviembre 2024,
mostraba como Ahou Daryaei, estudiante de la Universidad Azad de Teherán,
acosada por algunos bassidji
(milicianos del gobierno iraní) por ir vestida de manera “no reglamentaria”, se
quedaba en ropa interior, y de esa guisa se paseaba por las calles de la
capital. Enseguida la joven fue introducida en un coche oficial sin
distintivos. Después, Ahou Daryaei ha sido internada a la fuerza en un hospital
psiquiátrico, con la colaboración de la dirección de la Universidad que le
imputa trastornos mentales y una « grave angustia psicológica ».
Considerar trastorno psicológico cualquier forma de contestación es una
práctica habitual en el régimen islámico, como históricamente lo viene siendo
en todas las dictaduras. A partir de 2022 los tribunales iraníes condenan a
seguir “terapias de reeducaión en centros médico-psicológicos” a mujeres que se
niegan a llevar el velo, y trasladan a los niños detenidos en la calle a “centros
para delincuentes toxicómanos”. Algunas ONG hablan de que se han dado casos de
detenidos obligados a ingerir substancias desconocidas, y de que varios de
ellos se han suicidado en extrañas circunstancias.
Por otra parte, varios establecimientos
escolares para niñas han sufrido ataques con gases químicos que han causado
centenares de intoxicaciones que el gobierno fundamentalista considera simple
stress o “contagio mental”
Para combatir este tipo de conductas,
las autoridades iraníes ponen en marcha
una llamadas “clínicas de la yihab”, con el objetivo de “tratar” a las
mujeres recalcitrantes.
En un informe de la ONU publicado en marzo de 2024, la institución
cifraba en al menos 551 los muertos -68 de ellos niños- en las manifestaciones
del año anterior. El número de detenciones se estima en torno a sesenta mil,
con una media de edad de quince años.
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