“Sin pies ni cabeza” resumía un espectador a la salida. Presente y pasado se mezclan en “La maldición del Queen Mary” (Haunting of the Queen Mary), película de terror dirigida por el británico Gary Shore (“Drácula: La leyenda jamás contada”, “Holidays”), hasta el punto de que nos resulta prácticamente imposible saber dónde estamos y qué está pasando. El guión parece un primer borrador y los actores – Joel Fry (“Yesterday”, “Juego de Tronos”) y Alice Eve (“Antes de que te vayas, Star Trek: En la oscuridad”)-son bastante mediocres.
En
el transcurso de un viaje el día de Halloween, la familia de los fotógrafos
Anne y Patrick, con su hijo Lukas, es víctima de una serie de incidentes
misteriosos y violentos que parecen guardar demasiada similitud con hechos ocurridos
en 1938. Un viaje en el tiempo que lleva a los protagonistas a revivir macabras
y sangrientas experiencias.
“La Maldición del Queen Mary” (1) es una película de terror, al parecer rodada
en el barco original, que se centra en
el famoso RMS Queen Mary, conocido como “el barco más embrujado del mundo”, un
paquebote que ha sido objeto de numerosas leyendas y relatos paranormales.
La película mezcla
hechos reales sobre el barco, en el pasado un crucero de lujo y hoy considerado
uno de los lugares más malditos, con una trama ficticia de terror. El film
juega con la idea de los fantasmas como símbolos de traumas no resueltos,
explorando la conexión entre el pasado del barco y las historias de sus
personajes, convirtiéndolo en un asunto para amantes del terror.
Amarrado
permanentemente en Long Beach, California, el Queen Mary recibe cerca de dos
millones de visitantes anuales, atraídos precisamente por las muchas leyendas
que a través de los tiempos le han granjeado la reputación de estar embrujado.
Influidos sin duda por la superstición,
muchos visitantes hablan de experiencias extrañas, como apariciones y
ruidos inexplicables.
Según la publicación canadiense Le Voyageur, el Queen
Mary fue construido en 1934. Desde entonces se han registrado no menos de ciento
cincuenta “fantasmas” aparecidos en sus
salones y camarotes, algunos realmente famosos como “la dama blanca”: una mujer
con un vestido blanco flotante que se aparece en el salón reservado para la
primera clase, registrada como pasajera
pero que no llegó a efectuar el viaje. Otro
de los fantasmas reincidentes es un hombre barbudo, vestido con un mono de
trabajo azul, que murió aplastado por una puerta durante un incendio.
En el barco se han denunciado otros fenómenos
aterradores, como la aparición de pisadas húmedas delante de la piscina de la
primera clase, que permanece clausurada, donde también se dice que se aparecen
el fantasma de un ingeniero fallecido en la sala de máquinas, así como algunos
niños.
Antes de que se
convirtiera en hotel, en 1984, el pasajero de tercera clase Walter J. Adamson
falleció en el camarote B340, en extrañas circunstancias. En 1966, una mujer
que ocupaba esa misma habitación, aseguró que le había despertado un hombre que
intentaba arrebatarle las sábanas. La mujer gritó y pulsó el timbre pero cuando
llegaron los camareros el hombre había desaparecido. Años más tarde, algunos
pasajeros aseguraron que oían llamar a sus puertas en mitad de la noche, o que
se encendían misteriosamente las luces de los cuartos de baño.
Cuando empezó la Segunda Guerra mundial el Queen Mary
fue pintado de gris y, conocido como « el barco fantasma », se dedicó
a trasladar soldados a las zonas de guerra
(1) “La maldición del Queen Mary” estará en la
cartelera madrileña a partir del próximo viernes 13 de diciembre de 2024.
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