En esta noche del 24 al 25 de junio de 2024, Julian Assange, australiano de 52 años y fundador de Wikileaks, tras años de detención en el Reino Unido ha llegado al acuerdo, con la justicia estadounidense, de declararse culpable, ha salido la cárcel de Alta seguridad de Belmarsh, en Londres, donde ha pasado los últimos cinco años, y ha abandonado el Reino Unidos en un avión que, desde el aeropuerto de Stnasted, ha iniciado un periplo que presumiblemente terminará en Australia.
En Estados Unidos, un gran jurado acusó formalmente en
2019 a Assange de la filtración de cientos de miles de documentos obtenidos por Chelsea
Manning (nacida Edward Manning), ex
soldado y analista de inteligencia del gobierno estadounidense.
En 2010, Julian Assange se
asoció con varios diarios internacionales, entre ellos The Guardian, The New
York Times, Le Monde o El País, para la publicación de esos documentos
garantizando la protección de las fuentes lo que –según el editorialista del
francés Le Monde- “contribuyó al auge de un nuevo tipo de periodismo de
investigación dedicado al tratamiento de de decenas de miles de datos digitales”.
Julian Assange ha aceptado reconocerse culpable de un
complot “para conseguir y divulgar informaciones procedentes de la defensa
nacional”, un acuerdo que revalidará un juez británico mañana, miércoles 26 de
junio, cuando Assange comparecerá, a las
9 hora local (23 horas del martes25, hora GMT), ante un tribunal federal en las
Islas Marianas, territorio estadounidense del Pacífico, donde se declarará “culpable
de complot para cons3eguir y divulgar informaciones relevantes de la defensa
nacional” de Estados Unidos”, le
condenarán a una pena de 62 meses de cárcel –que ya ha cumplido con creces- y
quedará en libertad, lo que le permitirá viajar a Australia donde tiene
previsto fijar su residencia.
La vista se va a celebrar en Marianas ante la negativa
de Assange a viajar al territorio continental de Estados Unidos y “la
proximidad del tribunal con Australia”.
“Julian Assange es libre”
Tras el anuncio del acuerdo, Wikileaks ha difundido un vídeo de 13 segundos en el que se ve a Assange subiendo la escalerilla del avión, con la siguiente leyenda: “Wikileaks publicó informaciones inéditas sobre las corrupciones de varios gobiernos y las violaciones de los derechos humanos, obligando a los poderosos q rendir cuenta de sus actos. Como redactor jefe, Julian Assange ha pagado severamente por sus principios y por el derecho del pueblo a saber”.
“Ahora que regresa a Australia, queremos agradecer a
todos los que nos apoyado, que han luchado por nosotros y que han permanecido comprometidos
en la lucha por su libertad. La libertad de Julian Assange es nuestra libertad”.
“Después de pasar cinco años en una celda de dos por
tres metros, aislado durante 23 horas cada día, muy pronto podrá reunirse con
su esposa Stella y sus dos hijos, que solo han visto a su padre entre rejas”.
El acuerdo entre Assange y la justicia estadounidense
pone fin a un periplo que ha durado catorce años y se produce solo pocos días
antes de que la justicia británica examinará, los días 9 y 10 de julio de 2024,
el recurso de los abogados de Assange contra la extradición solicitada por
Estados Unidos.
Tras pasar siete años refugiado en la Embajada de
Ecuador en Londres, donde fue invitado a permanecer por el presidente Rafael
Correa y donde le detuvieron en 2019 al tener que abandonarla una vez que
accedió a la presidencia Lenin Moreno, fue internado en la cárcel de Alta
seguridad de Belmarsh.
Desde 2010, la justicia de Estados Unidos perseguía a
Assange por haber publicado en Wikileaks más de 700.000 documentos
confidenciales sobre actividades militares y diplomáticas de Estados Unidos,
principalmente en Irak y Afganistán. Entre ellos figura el conocido vídeo que
muestra el asesinato en Irak, por los disparos efectuados desde un helicóptero
de combate estadounidense, de un grupo de civiles entre los que se encontraban
dos periodistas de la Agencia Reuters. En teoría, los cargos que se le
imputaban podían ser condenados a hasta 175 años de cárcel, por la aplicación
de la ley contra el espionaje.
Hace dos años, en junio de 2022, el gobierno británico
dio el visto bueno a la extradición de Julian Assange. En mayo de este año, dos
jueces británicos sentenciaron el derecho a apelar de Assange, convertido desde
empezó su calvario en un símbolo de las amenazas que, en todo el mundo, pesan
sobre la libertad de prensa, que no es otra cosa que el derecho de los pueblos
a estar informados.
“Julian es libre”, ha manifestado su esposa Stella –quien
lleva varios años liderando una campaña internacional para pedir la libertad
del acusado- al conocer la noticia: “No existen palabras suficientes para
expresar nuestra enorme gratitud a quienes llevan años movilizándose para su
libertad se hiciera realidad”.
Otros familiares, entre ellos la madre de Julian
Assange, han celebrado su libertad, lo mismo que varios mandatarios
internacionales, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Por su
parte, el gobierno australiano aplaude la solución de un asunto “que se ha
arrastrado durante demasiado tiempo”.
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