A veces parece que el destino la toma con una persona y le juega malas pasadas. En un ciclo doloroso que parece no tener fin, guerra y paz se suceden alternativamente en el documental “Esta lluvia nunca cesará” (This rain will never stip), de la montadora y realizadora ucraniana Alina Gorlova (“Kholodny Yar. Intro”, “No Obvious Sings”, ganador de un premio en el DOC de Leipzig en 2018).
“Esta lluvia nunca cesara » sigue a un chico de
20 años llamado Andriy –nacido en Siria de padre kurdo y madre ucraniana- que a
los 12 años tuvo que huir con toda la familia de la guerra civil en su país para instalarse en
Lyssytchansk, una pequeña ciudad del este de Ucrania, donde estuvo colaborando
como voluntario con la Cruz Roja mientras estudiaba en la universidad. Con tan
mala suerte que la guerra les ha seguido: la que en 2014 tuvo lugar en el
Donbass volvió a dar un vuelco a sus vidas. La muerte repentina del padre lleva
a Andriy a decidir acompañarle en su último viaje, de regreso a Siria.
(No
puedo evitar preguntarme que será hoy de Andriy, de su madre, de su hermano
mayor casado con una prima, del tío masajista que en Irak arreglaba como podía
los cuerpos destrozados de los soldados en combate, y de toda aquella gente,
feliz en la medida de lo posible, que de nuevo se han encontrado con una guerra
que no han buscado).
La elección de
rodar el documental íntegramente en blanco y negro me parece muy acertada como
telón de fondo de los sentimientos de dolor, traumatismo, desolación y soledad,
presentes a lo largo de toda la narración. A través de la trayectoria de este
joven aprendemos que los momentos de felicidad son escasos en una vida como la suya, con poco espacio para la
esperanza y esa inexorable sucesión de momentos alternos de guerra y paz en la
cruel realidad de los conflictos que en este siglo devastan Ucrania y Siria, y desde mucho antes
persiguen a la minoría kurda allá donde se encuentre.
Drama sobre la
desesperación de los migrantes y refugiados que huyen de las guerras y las muchas
y enormes dificultades que encuentran para reubicarse, destinado especialmente
a despertar las conciencias de quienes, hoy mismo, “vivimos seguros en casas
calientes”. Un viaje de Ucrania a Irak y Siria que termina en Alemania, recorriendo
“zonas de guerra, desfiles militares, misiones humanitarias, campos de
refugiados, y costumbres culturales, religiosas y funerarias”.
Una película emocionante,
“excelentemente rodada y montada que nos embarca en el desastre de la guerra a
través de un viaje personal y lleva al espectador a momentos alternos de
alegría y dolor (…) una película que engloba las tradiciones, la modernidad, la
muerte y el poder de seguir adelante (…) una historia potente que no nos
permite escapar a las pérdidas desgarradoras de las guerras”, en palabras del
jurado del Festival Internacional del Film Documental de Amsterdam que lo
premió en 2020.
Un documental
fascinante y provocador, de una actualidad rabiosa, dividido en capítulos donde
se mezclan paisajes y retratos y donde Andriy, el héroe de la historia, es más
un caso ejemplar que un protagonista al uso sobre el que pesa la sombra de un
fatalismo, de la soledad de unas vidas quebradas por la guerra.
“Esta lluvia
nunca cesará” –poético título que hace referencia a uno de los episodios
vividos por el personaje, cuando visita a su tío en Irak y no puede continuar
viaje a Siria porque la lluvia y las basuras han hundido el puente- se estrena el viernes,
8 de abril de 2022.
No hay comentarios:
Publicar un comentario