“La
Trilogía, de lo que trata y a fondo, desde la primera novela, Viento fuerte,
hasta la última, Los ojos de los enterrados, es de la expansión asfixiante de
la United Fruit Company -en el tríptico la Tropical Platanera S.A. y de mote la
Tropicaltanera- y de quien la encarna y, a la vez, la codicia, Geo Maker
Thompson, alias el Papa Verde. Un contrabandista que emerge de la noche más
abismal para adueñarse, con una determinación implacable, no solo de la
plantaciones de bananas del país que las mantiene, sino hasta de la omnímoda
compañía”. (Prólogo de Ramón Chao y Gastón Segura a “Viento
fuerte”).
La Trilogía, publicada por primera vez entre 1950 y 1960,
relata cómo la United Fruit Co. y su fundador, Minor C. Keith, se adueñaron de
la República de
Guatemala -incluso de El Salvador y
de Honduras-, a principios del siglo XX, hasta reducirla, en un par de décadas,
corrompiendo a todas las
estructuras del Estado y de la
sociedad, en eso que se ha venido conociendo como una “república bananera”.
Cada una de las tres novelas narra
un momento de este proceso de degradación social y civil e, incluso, la última
de ellas, “Los ojos de los enterrados”, cuenta cómo se urdió la Revolución de
1944, que entre junio y octubre, derrocó la dictadura de Jorge Ubico e instauró
una saludable democracia en Guatemala. El nuevo régimen popular y progresista
sería truncado por la CIA con un golpe de Estado, en 1954 -cuando Miguel Ángel Asturias
estaba a punto de publicar la segunda entrega del ciclo, “El Papa Verde”-, a
instancias de la propia United Fruit Co. Pues la multinacional frutera
comprobaba, como año tras año, los sucesivos gobiernos democráticos intentaban
aliviar su opresión sobre la sociedad guatemalteca
como primera tarea para cualquier desarrollo social y económico.
Con “Los ojos de los enterrados”,
Miguel Ángel Asturias ponía punto y final a la llamada Trilogía bananera,
narrando el levantamiento general de julio de 1944 que derrocó, por un lado, la
dictadura de Jorge Ubico en Guatemala, y por otro, aligeró la opresión
asfixiante de la United Fruit Company, pues instauró una breve y saludable
democracia en el país.
“Los ojos de los enterrados” es
mucho más que un relato de aquellos acontecimientos históricos. Es un colosal
retrato, por momentos calenturiento y pútrido, por momentos deslumbrante de
esperanza, de toda una nación, con una prosa frondosa e irrepetible, la misma
que, con su gran hallazgo, el «realismo mágico», granjeó a Miguel Ángel
Asturias el Premio Nobel de Literatura en 1967.
Mucho antes, en diciembre de 1949,
Miguel Ángel Asturias regresaba a Guatemala -tras años de estudio en París y
muchos viajes a otros lugares del viejo continente- para constatar, de primera
mano, el sufrimiento que padecía su pueblo con la abusiva explotación de la
todopoderosa United Fruit Company. Tan solo seis meses después publicó la
novela “Viento fuerte”, que inauguraba la portentosa Trilogía bananera, y es
mucho más que un relato de denuncia, un
aguafuerte casi térmico de la lucha por la existencia.
“El Papa Verde”, segunda
entrega de la Trilogía bananera, es la
novela de la epopeya de la construcción de una república bananera. En 1954,
apenas unos meses antes del golpe de estado que acabó con el breve gobierno
democrático de Guatemala, Miguel Ángel Asturias publicaba en Argentina “El Papa
Verde”, en la que se propuso contar los efectos del dominio de United Fruit
Company tanto para el país -reducido ya al grado de república bananera- como
para el mismo emporio frutero que pugnaba por dirigir la política
estadounidense en Centroamérica, y todo ello girando sobre su turbulento
protagonista, Geo Maker Thompson, el papa Verde, un personaje cuya ambición,
como en los héroes de la tragedia griega., es el germen mismo de su
desventurada existencia.
Miguel Ángel Asturias nació el 19
de octubre de 1899 en la ciudad de Guatemala y murió, en Madrid, el 9 de junio
de 1974. En 1967 recibió el Premio Nobel de Literatura por la novela “El Señor
Presidente”, modelo de cuantos relatos
se han ocupado de los dictadores sudamericanos. Pero si por algo merece ser
recordado, es por ser el creador del «realismo mágico».
Aunque se crió en Guatemala, los
acontecimientos políticos le llevaron a vivir gran parte de su vida en el
extranjero. Durante su primera estancia en París, en la década de los años 1920,
estudió las religiones precolombinas mientras se empapaba de las vanguardias,
conjunción de elementos que marcaría toda su obra literaria. Retornó a
Guatemala una década más tarde, pero la abandonó definitivamente tras el golpe
de Estado, de 1954. A partir de entonces sería un exiliado, con un breve
periodo como embajador de su país ante la República Francesa (1966-1971).
En su obra narrativa, aparte de “El
Señor Presidente” (1945), sobresalen “Hombres de maíz” (1949), “Mulata de tal”
(1963), “Maladrón” (1969), así como la Trilogía bananera, compuesta por “Viento
fuerte” (1950), “El Papa Verde” (1954) y “Los ojos de los enterrados” (1960);
además, legó una notable obra cuentística entre la que destaca “Leyendas de
Guatemala” (1930). También editó poemarios, como “Clarivigilia primavera”l
(1965), y teatro, del que cabe reseñar “Soluna” (1955) y “La audiencia de los
confines” (1957). Además del Nobel, fue galardonado con el Premio Lenin (1966)
y el Premio William Faulkner (1962).
Viento Fuerte
Drácena Editorial
ISBN: 9788494435522
250 páginas, 17,95€
El Papa Verde
Drácena Editorial
ISBN: 9788494435539
412 páginass, 22,95€
Los ojos de los enterrados
Drácena Editorial
ISBN: 9788494435546
720 páginas, 34,95€
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