« Una oda dedicada a la escuela de la República, y un relato de factura muy clásica, que interpretan actores atractivos, pero que carece de emoción”. (Les fiches du cinéma)
Inspirada en la historia real de una de las primeras maestras que llevaron la enseñanza a rincones perdidos de la Francia rural, “La primera escuela” (“Louise Violet”), dirigida por Éric Besnard (“Delicioso”, “Pastel de pera con lavanda”) e interpretada por Alexandra Lamy (“Sobre ruedas”, “La habitación de las maravillas”) y Grégory Gadebois (“El oficial y el espía”, “Delicioso”) –ambos premiados como mejores actores en el BCN Film Fest (Barcelona)- es un drama histórico inspirado en los valores de la República.
“La primera escuela” cuenta la historia de Louise Violet, una maestra
encargada, en la Francia rural de 1889, de llevar la escuela laica, obligatoria
y gratuita a un pequeño pueblo remoto de la campiña francesa, en el que
encuentra una fuerte resistencia a los cambios: allí los niños trabajan igual
que los adultos en el campo y los padres se resisten a dejarles acudir a la
escuela.
“El saber representa una puerta abierta pero también
la posibilidad de marcharse”, afirma el director,
aludiendo al conflicto central de la película: cómo la educación abre
horizontes a la infancia, despertando tanto esperanzas como miedos en sus
padres.
Han pasado dieciocho años de los acontecimientos de la Comuna de París
(1871), en los que Louise Violet participó activamente. Esa participación es
precisamente la causa de que ahora se vea obligada a marcharse de la capital,
destinada como maestra a un pueblo olvidado de todos, donde su presencia
genera desconfianza y los padres en principio se niegan a confiarle a sus
hijos, temerosos de los cambios que la educación de la Tercera República
–laica, obligatoria y gratuita-puede introducir en sus costumbres
ancestrales. Y más aún porque se trata de una mujer. La de Louise Violet –“como el color”, dice a modo de presentación-, y otras maestras que, como ella, desarrollaron su importante trabajo en lugares olvidados de todos, es una historia notable que merece ser conocida por lo que tuvieron de valientes pioneras al enfrentarse a la dureza del medio rural y a la incomprensión de sus habitantes. Pero, a pesar de que los actores se esfuerzan por dar verosimilitud a los personajes, en este caso no consiguen traspasar la pantalla y despertar el interés del espectador. “La primera
escuela” (1) tiene, sin embargo, el valor de ser un testimonio de las
desigualdades culturales y sociales existentes entre las ciudades y los
pueblos, y más ampliamente entre ricos y pobres, en el siglo diecinueve como
en el veintiuno. (1) “La
primera escuela” se va a estrenar en Madrid el viernes 19 de septiembre de
2025. |
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