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Alexei Navalny |
A base de recomponer escuchas telefónicas y de seguir la pista a a las listas de pasajeros de los aviones que tomó el opositor ruso Alexei Navalny, algunos periodistas de investigación de Bellingcat han encontrado la pista de quienes le envenenaron el pasado mes de agosto 2020, que llevaban varios años siguiéndole. Bellingcat es una web especializada en la verificación de hechos y fuentes informativas fundada en 2014 por el periodista británico Eliot Higgins. Representantes del Kremlin han negado la veracidad del informe de Bellingcat, que el pasado lues, 14 de diciembre de 2020, publicaron la web rusa The Insider, la revista Der Spiegel en Alemania, el diario El País en España, y el canal CNN en Francia. Para Moscú « no existe ninguna prueba de que Navalny fue envenenado y no hay nada que investigar ».
Según el diario francés Libération, el envenenamiento de Navalny no fue
obra “de espías clásicos, sino químicos y médicos cercanos al FSB”,
especialistas en Novitchok, el veneno neurotóxico procedente de los
laboratorios de la inteligencia rusa, con el que en 2018 intentaron asesinar en
Amesbury (Reino Unido) al ex agente soviético Serguei Skripal y a su hija.
Un equipo de infiltrados contratados por la agencia de
espionaje ruso FSB (antigua KGB) llevaba desde 2017 siguiendo a Alexei Navalny
en sus viajes. Según el diario británico The Guardian, la operación, que se
puso en marcha tras anunciar Navalny su intención de presentarse a la elección
presidencial, consistió en seguirle a
más de treinta destinos, en vuelos que enlazaban unos con otros. Bellingcat ha
averiguado que intentaron envenenarle por primera en julio de 2020, cuando
viajó a Kaliningrado, para pasar unos días de descanso junto a su mujer, Yulia.
Durante el viaje Yulia se sintió repentinamente mal en un café a orillas del
mar, y la pareja tuvo que regresar al hotel. Al día siguiente se había
recuperado.
Un mes más
tarde, Navalny voló a Siberia en el marco de su campaña, para pedir el voto
para los candidato anti-Kremlin en las elecciones a la Duma (especie de
Parlamento de la Federación de Rusia).
El pasado
lunes, 14 de diciembre, Navalny empezó su comentario semanal en YouTube
diciendo “Sé quiénes han querido matarme, sé donde viven, sé donde trabajan,
conozco sus alias y tengo sus fotos”.
Después “con una energía no exenta de ironía”, se dedicó a relatar la
historia del intento de asesinato al que ha sobrevivido.
El
20 de agosto, Alexei Navalny empezó a sufrir fuertes dolores en el avión que le
trasladaba a Moscú desde Siberia, donde había participado en varios actos, en
llos que denunció la existencia de policías corruptos en la región.
Hospitalizado tras un aterrizaje de urgencia en Omsk, después fue trasladado a
Berlín, después de que sus familiares consiguieran vencer la resistencia de las
autoridades rusas que negaban el permiso de traslado, evidentemente en un
intento de ganar tiempo. Médicos
toxicólogos alemanes y franceses confirmaron que Navalny había sido
envenenado con Novichok, el mismo agente neurotóxico mortal que usaron
agentes de la inteligencia militar rusa GRU contra Serguei y Yulia Skripal en
Inglaterra.
Según los datos obtenidos por Bellingcat, Rusia no ha
puesto fin a sus programas de investigación de armas químicas, como había
asegurado, sino que los ha mantenido en secreto, con nombres de instituciones
gestionadas por el estado.
Al parecer, tres agentes del FSB viajaron junto a
Navalny de Moscú a Novossibirsk, y luego le siguieron a Tomsk. Al menos otros
cinco agentes sirvieron de apoyo durante la operación, algunos de ellos incluso
viajaron a Omsk, donde Navalny se encontraba en coma con ventilación asistida.
Los miembros de la unidad estuvieron en comunicación todo el tiempo. Citando
datos obtenidos en las escuchas, Bellingcat asegura que el envenenamiento de
Navalny se aprobó “en los escalones más altos del Kremlin”, y que podría ser
que Rusia tenga activado un programa de “de asesinatos domésticos”, usado
contra Navalkny y otras posibles víctimas.
En 2016, una
investigación pública llegó a la conclusión de que Putin y el director del FSB
de entonces « probablemente aprobaron el asesinato con polonio del disidente
ruso Alexander Litvinenko, quien murió después de ingerir un té radiactivo,
envenenado en Londres por dos agentes del FSB. “Uno de los centros implicados en el asesinato
de Litvinenko es el Instituto de Investigación Científica nº 2, NII-2 de Moscú,
familiarmente conocido como «’la fábrica de venenos del FSB’. Ocho de los
miembros de la unidad que se encargaba de envenenar a Navalny tenían ese
Instituto como domicilio. Los metadatos obtenidos en las escuchas sitúan al
resto de los miembros en un complejo secreto y de alta seguridad en un suburbio
al norte de Mytishchi”, la quinta ciudad más grande de Rusia. .
Bellingcat ha
asegurado también que el coronel Stanislav Makshakov, científico militar ,
supervisó el programa secreto: había trabajado anteriormente en un instituto
químico en la ciudad cerrada de Shikhany-1, donde los científicos soviéticos
desarrollaron una generación de agentes neurotóxicos mortales, incluido el
Novichock. El resto de la célula eran
médicos y expertos en armas químicas y operaciones espaciales, que viajaron
unas veces con sus nombres auténticos y otras con pseudónimos.
En su intervención
del pasado lunes en YouTube, Navalny definió el intento de asesinarle como
« terrorismo de estado » que solo pudo llevarse a cabo con “la
aprobación personal de Putin” , quien habría dado la orden al jefe del FSB,
Alexander Bortnikoov.
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