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Parlamento de Budapust, Hungría |
El Parlamento húngaro ha dado
su visto bueno, el 19 de mayo de 2020, al proyecto de ley T/9934 que prohíbe el
reconocimiento de la identidad de género de las personas transexuales e
intersexuales en el registro civil, informa Amnistía Internacional (AI)
La ley exige que, en el
momento del nacimiento, se inscriba el sexo de las personas en el Registro
Nacional de nacimientos, bodas y decesos, y que nunca pueda ser modificado
posteriormente. Los carnets de identidad de los húngaros incluirán la
información del sexo indicado en el registro, que no podrá cambiarse después
como tampoco podrá cambiarse el nombre, en caso de cambio de sexo.
A pesar de la votación del Parlamento, aún podría
impedirse la entrada en vigor de la ley si la Comisión de las Libertades
Fundamentales de Hungría recurre al Tribunal Constitucional pidiéndole que
anule el texto aprobado por los parlamentarios.
La ley
aprobada incluye una serie de artículos y disposiciones contrarias al derecho
internacional y al respeto de los derechos humanos. Entre ellos, el artículo 33
que define el género como « el sexo biológico, basado en las características
sexuales primarias y los cromosomas”. Según AI, eso significa exactamente que solo
la mención del « sexo en el momento de nacer » podrá figurar en el
registro civil, imposibilitando que pueda hacerse cualquier modificación en el
transcurso de la vida.
Para AI la ley es un atentado « a
la dignidad humana y una violación de los derechos de las personas transexuales
e intersexuales: el derecho al respeto de la vida privada y al reconocimiento
de su género –en particular en el registro civil- que debe estar basado en la
autodeterminación. Es muy probable que,
en la vida cotidiana, la ley anime muchos comportamientos discriminatorios con
las personas transexuales e intersexuales ».
Discriminación
que, por otra parte, ya se manifiesta en Hungría en el acceso al trabajo, a la
educación, y a muchos bienes y servicios, entre los que se incluye la vivienda.
Aparte de los obstáculos jurídicos, cuando los transexuales e intersexuales
intentan obtener tratamientos médicos relacionados con su identidad de género, « con
frecuencia chocan con la visión obsoleta de muchos profesionales sanitarios »,
lo que les lleva a no acudir a los médicos
más que en situaciones límite.
« La ley es contraria no
solo a los valores europeos sino también a los derechos que figuran en varios
tratados internacionales, ratificados por Hungría, y a muchas sentencias
judiciales, tanto nacionales como internacionales », y entre ellas una del
Tribunal Constitucional húngaro de junio de 2018 que declaraba “derecho
fundamental de su dignidad” el reconocimiento de una persona transexual y su
potencial voluntad de cambiar de nombre, y que pedía que las autoridades
políticas crearan una legislación adecuada “y no discriminatoria”.
« Desde
hace cerca de una década el estado de derecho se degrada continuamente en
Hungría y la actual crisis sanitaria no ha limitado los intentos del gobierno
de acabar con las libertades fundamentales, como lo demuestra la ley aprobada ».
AI recuerda que con esta ley las autoridades húngaras actúan ignorando sus
compromisos y poniendo en peligro la vida de miles de personas. Además, AI
añade que los estados tienen la obligación de vigilar que las personas transexuales
e intersexuales puedan disponer de documentos que acrediten su identidad de
género, y no imponerles nunca criterios que “en sí mismos constituyen una
violación de sus derechos fundamentales”.
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