“La alegría de las pequeñas
cosas” (“Momenti
di trascurabile felicità”), comedia italiana dirigida por Daniele Luchetti ““Mañana sucederá”, “La
voz de su amo”, “La nostra vita” , “Mi hermano es
hijo único”), basada en las
exitosas novelas “Momentos
de inadvertida felicidad” y “Momentos de inadvertida infelicidad” (publicadas
en España por Anagrama) de Francesco
Piccolo, quien también es responsable de al menos la mitad del guión, se
estrena este 10 de abril de 2020 en las plataformas Sala virtual de cine,
Movistar+, Vosafone y Rakuten tv.
Fantaseando con las ideas de la vida después de la
muerte y la posibilidad de una segunda oportunidad, por escasa que sea, “La
alegría de las pequeñas cosas” (un título menos afortunado que el original en
italiano, con la adaptación se han perdido algunos matices, no son lo mismo las
pequeñas cosas que las cosas insignificantes) está protagonizada por el cómico
italiano Pierfrancesco Diliberto (“La mafia sólo mata en verano”),
conocido en su país como “Pif”,
la cantante palermitana Thony
(“Tutti i santi giorni”) y el veterano actor Renato Carpentieri (“La tenerezza”).
Entre Palermo y el más allá, una fábula
siciliana en la que no aparece la mafia, que transcurre entre el cielo y la
tierra y describe algunos de esos momentos insignificantes de felicidad que
acaban por dar sentido a toda una vida.
“El paraíso no es gran cosa”, dice Carpentieri que interpreta a un burócrata celestial, reconociendo que incluso los empleados de Dios pueden equivocarse. Y justamente por culpa de un error de cálculo, Paolo (Pif, el protagonista), después de perder la vida al saltarse un semáforo en rojo, regresa a la tierra para vivir 1 hora y 32 minutos que el cielo había olvidado incluir en el expediente de su muerte. Un poco más de hora y media para repasar algunos momentos importantes de su vida, para arrepentirse de otros momentos mediocres, y buscar respuestas a las grandes pregutas que hasta no le importaban gran cosa. Un tiempo para saldar algunas deudas con su esposa Agatha, su esposa (Thony, una agradable mujer sin estridencias) y sus dos hijos adolescentes. El tema central no es la muerte sino lo absurdo de vivir como si no nos fuéramos a morir nunca.
“El paraíso no es gran cosa”, dice Carpentieri que interpreta a un burócrata celestial, reconociendo que incluso los empleados de Dios pueden equivocarse. Y justamente por culpa de un error de cálculo, Paolo (Pif, el protagonista), después de perder la vida al saltarse un semáforo en rojo, regresa a la tierra para vivir 1 hora y 32 minutos que el cielo había olvidado incluir en el expediente de su muerte. Un poco más de hora y media para repasar algunos momentos importantes de su vida, para arrepentirse de otros momentos mediocres, y buscar respuestas a las grandes pregutas que hasta no le importaban gran cosa. Un tiempo para saldar algunas deudas con su esposa Agatha, su esposa (Thony, una agradable mujer sin estridencias) y sus dos hijos adolescentes. El tema central no es la muerte sino lo absurdo de vivir como si no nos fuéramos a morir nunca.
Una historia ligera, irónica y divertida, con una
pizca de melancolía, que reúne un
puñado de pensamientos dispersos, aforismos y flash-backs que son como cuadros
de vida cotidiana (las comidas en familia, el fútbol en la televisión, los
amigos del bar y también las antiguas novias), Franjas de vida “voluntariamente
insignificantes en las que se suceden las reglas trasgredidas, los vicios, las
indolencias, los errores cometidos con los hijos, las traiciones y las
preguntas sin respuesta” (¿Por qué el primer taxi de la fila nunca es el
primero? ¿Por qué en la gasolinera te piden siempre que avances un poco
más?...)
La historia, muy entretenida, acaba sobre las palabras
de la canción “Soli”, uno de los grandes éxitos del gran Adriano Celentano
Ficha:
“La alegría de las pequeñas cosas”
Comedia, 93’
Realización: Daniele Luchetti
Reparto: Pif, Rhony, Renato
Carpentieri, Angeloca Alteruzzo, Francesco Gianmarco, Vincenzo Ferrera...
Priducción: IBC Movie con Rai
Cinema
Distribución: Sherlock Films
Sinopsis: Como
cada mañana, Paolo se sube a su escúter para ir al trabajo. Al atravesar un
cruce con el semáforo en rojo, un camión le arrolla y Paolo fallece. Pero, por
un error de cálculo en el paraíso, Paolo obtiene una hora y media más para
vivir después de la muerte. 90 minutos para conseguir lo que realmente cuenta
en la vida: estar con las personas que más importan.
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