Duterte en un gesto -"puño de hierro"- de campaña |
« Matadles », dijo
el presidente filipino Rodrigo Duterte el 1 de abril de 2020 en una alocución
teevisisada dirigida a las fuerzas del orden y a los militares. La orden tiene
objetivos a los “causantes de disturbios“ y a quienes no respeten las medidas de confinamiento
impuestas en el país el pasado 23 de marzo para luchar contra la pandemia , según
la información hecha pública en un comunicado de la sección francesa de
Amnistía Internacional (AI).
“En lugar de causar problemas os mandaré a la tumba »,
dijo Duterte refiriéndose a la oposición y
también a todos los que « protesten y cuestionen las medidas
gubernamentales ».
Para los responsables de AI « tirar a matar »
es la marca de fábrica de la presidencia de Duterte, y temen con razón que
ahora la pongan en práctica tanto las distintas policías, como los militares,
encargados de « mantener el orden » durante la cuarentena. AI cree
que no debería recurrirse a este tipo de medidas, « letales e
incontroladas », para enfrentarse a la urgencia de Covid-19.
En el mismo comunicado, la organización humanitaria se
hace eco de las cifras facilitadas por la policía filipina : en los
últimos días han detenido a cerca de 17.000 personas por no respetar el confinamiento
o el alto el fuego en varias regiones del país. AI denuncia el trato « inhumano »
que están recibiendo los detenidos, obligados a permanecer durante horas
sentados bajo un sol de justicia, y encerrándoles en jaulas para perros. “A
otros les han condenado a penas de cárcel, pero dado el elevado riesgo de
transmisión del Covid-19 en los centros de detención, internarles en nombre de
la salud pública es contraproducente”.
Finalmente AI se pregunta si en lugares como Filipinas,
donde la represión forma parte de la vida cotidiana, no se está utilizando la
lucha contra la pandemia como una excusión para intensificar el acoso y la
persecución de quienes se oponen al régimen.
Duterte: un balance
letal
Elegido presidente en abril de 2016 como candidato del partido PDP-Laban (de centro
izquierda a izquierda), el abogado Rodrigo Duterte ya había anunciado sus intenciones cuando
declaró en plena campaña electoral: “Olvidad los derechos humanos. Van a saltar
chispas”.
Se refería a lo que constituye su primera obsesión:
luchar contra la droga de una forma muy peculiar: en una conferencia de prensa
poco días después de acceder a la presidencia, exhortó a los filipinos a
asesinar “tanto a los traficantes como a los toxicómanos”. Antes ya había
pedido al Nuevo Ejército Popular, brazo armado del Partido Comunista de
Filipinas, que desarmara y detuviera a los barones de la droga. El periódico
Philippine Daiy Inquiere publicó el 7 de julio de 2016 una “kill list”, una
lista de nombres de víctimas de ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo en
los dos meses que Duterte llevaba en la presidencia, que después fue actualizada
en febrero de 2017.
Al mismo tiempo, el senador Teddy Baguilat, del
Partido Liberal, pidió a la Cámara de Representantes que investigara una serie
de ejecuciones sumarias de presuntos traficantes de droga, petición a la que se
sumó la Alianza de Partidos de izquierda Bayan. El 24 de febrero de 2017 fue
detenida, acusada de relaciones con narcotraficantes, la abogada y senadora
Leila de Lima, del Partido Liberal, principal opositora de Duterte, ex ministra
de Justicia y directora de la Comisión de Derechos Humanos durante la
presidencia de Benigno Aquino III (2010-2016). Amnistía Internacional denunció
entonces que la detención de la senadora –a la que considera “presa de opinión”,
lo mismo que el Parlamento Europeo- era una forma de silenciar a los críticos de
un régimen que se ha vuelto dictatorial.
Al día de hoy, la senadora Leila de Lima continúa detenida.
Desde la cárcel ha denunciado el fracaso de la política contra la droga del
Duterte y ha escrito en su cuenta de twitter que tiene un listado de los
responsables de su detención y que « como Arya Stark, el personaje de Juego
de Tronos, cada noche recita una letanía de los nombres con quienes un día
exigirá que se haga justicia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario