En el marco de la serie documental
« Cineastas contados », Félix Viscarret ( « Bajo las
estrellas », « Vientos de La abana ») ha rodado una biografía
muy particular de Carlos Saura, autor de películas inolvidables como “Los
golfos”, « Cría cuervos », « La prima Angélica »,
« Elisa, vida mía » o « La caza », por citar solo un puñado
de las más de cuarenta producciones que
ha llevado a cabo en más medio siglo de
cine español
La película nos cuenta al cineasta, que
hoy tiene 85 años cumplidos, a través de las voces de sus sietes hijos,
producto de cuatro relaciones distintas y pertenecientes a generaciones muy
distintas. Salvo la última, Ana, nacida de su convivencia con la actriz
Eullalia Ramón, que ha permanecido junto al padre a quien ayuda en la gestión
de su agenda, los otros hijos –todos hombres, todos de una u otra forma trabajando
en proyectos artísticos- recuerdan a un
padre “a quien no gustan los hijos cuando son pequeños, le gusta cuando crecen”,
con el que, a pesar de la distancia,
unos más que otros, guardan una cierta forma de cercanía, y en el que sobre
todo reconocen los rasgos de genialidad y creatividad que le han llevado a ser
uno de los grandes del cine español. El director, Viscarret, les ha preguntado
–en directo a todos, menos a uno en conversación telefónica desde Estados
Unidos- sobre los cambios que han ido marcado la vida familiar y ellos han dado respuestas
en la que no solo describen las situaciones sino también sus estados de ánimo y, en cierta forma, los sobresaltos que
los cambios de su padre producían en su intimidad. Sin olvidar mencionar las
películas y el impacto que han tenido sobre ellos.
En toda la película nos encontramos son
un Carlos Saura que lleva siempre una cámara colgada al cuello y luego dibuja siempre
sobre fotografías, antiguas o actuales. Un hombre activo, con mucha energía
todavía, que se ha prestado a revelar algunos aspectos de su vida y su alma en
este documental que para el autor, Viscarreta, es en realidad ficción: “Todo es
mentira. Hay un personaje que se llama Carlos Saura y unos actores secundarios
que son sus hijos. Todo es una gran mentira”.
También
encontramos a un hombre que no es el creador serio y bastante lacónico que
hemos conocido en entrevistas, sino un padre divertido al que gustaba jugar y
sobre todo tener cerca a sus hijos, junto a él, en la misma mesa escribiendo o
dibujando: “Yo –reflexiona en un momento del
documental- soy un padre con una
relación maravillosa con mis hijos, porque nunca he sido de estos padres
pesados que están encima de los hijos. Siempre les he dejado que cada uno
buscara su vida de la manera más libre. Quizás, a veces, hay hijos que
necesitan padres más rigurosos, pero yo no lo he sido. Mis padres eran iguales.
Yo siempre hice lo que me daba la gana y se lo agradezco muchísimo. Me gusta
mucho la idea de que ser padre es estar en los momentos en los que un hijo te
necesita”.
Da la
impresión de que lo ha logrado, porque los siete hijos parecen entender muy
bien a ese padre poco convencional que les ha tocado y sentirle cercano. ¿O no,
y todo es solo esa gran mentira que Viscarret dice que ha rodado?
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