Una interesante
ilustración del vértigo tecnológico . (Le Monde)
Todos conectados, todos juntos y sin embargo
siempre solos. Primer largometraje del estadounidense Benjamin Dickinson, autor
e intérprete, « Creative Control » es una hermosa película
independiente que aborda asuntos de siempre con una mirada nueva que pasa por
las nuevas tecnologías y su vertiginoso desarrollo, que evoca el abismo
creciente entre cinismo y sentimentalismo. El casting se completa con el músico
y humorista Reggie Watts y las actrices Nora Zehetner (“Los hermanos Bloom”) y Alexia Rasmussen (“Haz caso a tu corazón”, “Master Of None”).
En Nueva York, en un futuro cercano, un joven
publicitario, hipster y prepotente, tiene que encargarse del lanzamiento de
unas gafas revolucionarias que confunden lo virtual con la realidad. El
personaje, un golden boy mimado por
la industria tecnológica, que ha roto con todos los códigos y todas las modas,
se va perdiendo por los meandros de la tecnología hasta llegar convertirse en
un adicto total y llegar a utilizar el novedoso product para acercarse al
objeto de sus fantasías, que no es otra que la compañera de su amigo, a la que
convierte en su amor virtual creando una relación muy “dura”, en realidad consigo mismo.
Aunque el argumento es futurista –¿como de
futurista ? ¿qué sabemos lo que nos espera, y
cuando?-, « Creative control » no es solo una película de
ciencia ficción ; es también una obra contemporánea en la que aparecen
muchas de las angustias de estos comienzos del tercer milenio, que platea un
interesante debate sobre el futuro tecnológico y los límites entre realidad y
fantasía.
Rodada en blanco y negro, “Creative control” es una
comedia brillante, divertida y bastante inquietante que quiere demostrar hasta
qué punto los avances del progreso que nos espera van a ser incapaces de poner
fin a nuestras miserias cotidianas.
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