“El ‘cabo’ es un policía, pero también una metáfora de un sistema narrativo que trabaja con la ausencia, con lo que escapa y se resiste a cristalizarse”. (Mauro Lukasievicz, caligari.com.ar)
Estrenada en el último Festival de Venecia y Mención especial en la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián, "Un cabo suelto”, tercer largometraje escrito y dirigido por el actor y realizador uruguayo Daniel Hendler (“El candidato”, “Norberto apenas tarde”), es un thriller atípico en clave de comedia, que reflexiona sobre la posibilidad de reescribir el destino girando sobre la idea de que toda frontera —física o simbólica— es un espacio de cruce e intercambio, donde las identidades se desdibujan y el cambio se vuelve inevitable.
Sergio
Prina (“El
Motoarrebatador”)
y Pilar Gamboa (“30 noches con mi ex”, “El incendio”)
protagonizan está película que roza distintos géneros: : comedia romántica, western, road-movie y
suspense policial.
Huyendo de la otros agentes argentinos
que lo buscan, Santiago es un cabo de policía que llega a Fray Bentos, un
pueblo sitiado justo al otro lado de la frontera uruguaya, intentado borrar
todas las huellas de su pasado. Sin dinero ni un lugar para vivir, valiéndose del uniforme Santiago se
dedica a inspeccionar puestos de
comida regional, probando quesos y embutidos para sobrevivir, al tiempo que
intenta pasar desapercibido entre los lugareños. Su empatía y astucia le ayudan a sortear los
obstáculos y a intentar una nueva vida, gracias a la ayuda que recibe de
personajes locales que va cruzando en el camino entre los que está la mujer que
cree que puede ser el amor de su
vida.
“Un
cabo suelto” –ambiguo y fascinante juego de palabras con la profesión del
protagonista, uno de los dignificados de “no dejar cabos sueltos” es la
eliminación de testigos indeseados - es la historia singular de un policía que
por lo visto fue testigo de algo que no debía saber, por lo que hay dos tipos pisándole
los talones, e incluso intentando matarlo en un atropello. No es una huida
desesperada sino errática, un proceso de transformación, de reinvención: en
realidad, no es importante saber que ha motivado la huída de Santiago; lo que cuenta es el viaje
emprendido, los encuentros casuales, las personas que va conociendo, los
contrastes entre lugares, acentos y manras de vivir.
La película, contada con humor y ternura a base de saltos temporales en ambas direcciones
y con la fabricación de quesos artesanos que se venden al borde de las
carreteras uruguayas como constante, deja al espectador espacio la reflexión:
sobre las relaciones humanas y ilusión
de cambiar de vida sin importar la edad, lo mismo que en la posibilidad de
creer en el amor de Rocío, la empleada de una tienda de souvenirs libres de impuestos en la frontera, esa frontera que es
el Río de La Plata, “un espacio poroso, donde las identidades se
entrelazan y generan malentendidos o complicidades”.
Para si director Daniel Hendler “Un cabo suelto” narra la
historia de un personaje que cruza la frontera uruguayo-argentina con la
esperanza de borrar las huellas de su pasado. Es una película sobre la búsqueda
de un nuevo destino, la ilusión de ser otra persona y, al mismo tiempo, la
dificultad de hacer realidad esa utopía de disolver el territorio.
Ese entre-lugar, más que la necesidad de cambio en sí misma, caracteriza a
nuestro protagonista, quien experimentará amor, aventura y peligro en la
frontera. Como historia fronteriza en el sentido más amplio, “Un cabo suelto”
también se sitúa en la frontera de varios géneros: comedia romántica, western,
road movie y thriller policial.
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