Oleg Orlov (Imagen Wikipedia)
El pasado 11 de julio de 2024 la juticia rusa ha
confirmado, en apelación, la condena de dos años y medio de cárcel para el
disidente ruso Oleg Orlov, de 71 años, uno de los fundadores, hace tres décadas, de la ONG Memorial para la
defensa de los derechos humanos, galardonada con el Premio Nobel de la Paz en
2022 a los pocos meses de ser ielgalizada, en diciembre de 2021, por la
dictadura de Putin. Los jueces han
confirmado la condena dictada en febrero pasado por las repetidas denuncias de
Orlov de la “ofensiva militar” rusa en Ucrania iniciada en febrero de 2022. .
“Han hecho de su sistema judicial un elemento indispensable
de su dictadura”, ha manifestado Oleg Orlov en vídeoconferencia desde su celda
de la cárcel de Syzran –a cerca de mil kilómetros al sur de Moscú- al conocer
la sentencia.
Activo militante desde los años ’70 en Memorial, asociación
no gubernamental creada para preservar
la memoria de la represión soviética y documentar la que actualmente ejerce el
régimen ultraconservador y dictatorial de Putin, según la crónica del juicio
publicada en el diario francés Libération, Orlov ha recordado las palabras
pronunciadas por el abogado estadounidense Telford Taylor durante los juicios
de Nurenberg, donde se juzgó a los principales responsables de los crímenes
cometidos por los nazis durante la Segunda Guerra mundial: “Los tribunales que
crearon y dirigieron estaban sometidos a los diktats políticos del régimen, abolieron cualquier apariencia de
independencia judicial”. Palabras que considera “notablemente adecuadas para
caracterizar el estado actual del sistema judicial ruso”.
Negándose a responder a las
preguntas del tribunal, que ha calificado de “inicuo”, el disidente –quien, al
contrario que otros de sus compañeros, siempre ha decidido permanecer en Rusia
para “continuar el combate”- es, tras el asesinato de Alexei Navalny el pasado
16 de febrero, la figura con mayor prestigio de la oposición al régimen de
Putin. Bajo su presidencia, Memorial recibió en 2009 el primer Premio Sajarov
del Parlamento Europeo para la defensa de los derechos humanos.
Oleg Orlov, nacido en Moscú en
abril de 1953, hijo de un ingeniero y una profesora de filosofía, fue
presidente del consejo de administración del Centro de Derechos Humanos
Memorial hasta su ilegalización. Anteriormente perteneció al Consejo
presidencial para la sociedad civil y los derechos humanos de la Federación de
Rusia.
Biólogo de profesión terminados
sus estudios trabajo enel Instituto de Fisiología Vegetal de la Academia de
Ciencias de la URSS. En 1979, tras el inicio de la guerra en Afganistán, Oleg
Orlov consiguió un “hectógrafo” -artilugio manual bastante artesanal para
copiar documentos que aquí llamábamos “vietnamita” durante dictadura- y durante
dos años estuvo reproduciendo panfletos de denuncia de la guerra, la situación
en Polonia y las actividades del movimiento –después sindicato- Solidarnosc.
Desde su fundación en 1988,
durante la perestroika, Orlov era miembro de Memorial, asociación que también trabajaba
en la rehabilitación de las víctimas de “purgas” en el período soviético y la
creación de monumentos a esas víctimas, así como de un museo y una biblioteca,
llegando a presidir su Consejo de administración. En 1990 participó en la
coalición electoral “Elecciones 90” como representante del defensor de los
derechos humanos Serguei Kovalev y posteriormente en la elaboración de leyes
para “humanizar el sistema penitenciario ruso” y para “la rehabilitación de las
víctimas de la represión política”.
En 2004 se convirtió en miembro
del Consejo del Presidente de la federación de Rusia para el desarrollo de la
sociedad civil y las instituciones de defensa de los derechos humanos. Consejo
que abandonó dos años más tarde en señal de protesta por unas manifestaciones
del presidente, Vladimir Putin, en las que negaba la responsabilidad del estado
ruso en el asesinato de la periodista Anna Politkovskaya, que tuvo lugar el 7
de octubre de 2006 cuando entraba en el portal de su domicilio en la capital
rusa.
Observador voluntario en zonas
en conflicto, en particular en el Caúcaso, en la noche del 24 de noviembre de
2007 Oleg Orlov y un grupo de periodistas del canal RENTV fueron secuestrados en
un hotel de Nazran por un grupo de hombres enmascarados y armados que les
colocaron sacos negros en la cabeza, les amenazaron y les llevaron a un descampado,
donde les agredieron brutalmente y les robaron los vídeos, documentos,
teléfonos móviles y efectos personales. Como en ningún momento fueron
interceptados por las patrullas de vigilancia, todos los secuestrados están convencidos
de que los autores eran agentes de los servicios especiales chechenos.
En 2009, Oleg Orlov denunció
ante la justicia al dirigente checheno Ramzan Kadyrov –en el poder desde hace
diecisiete años, uno de los aliados más fieles de Vladimir Putin, al parecer
aquejado de una grave enfermedad terminal- al que acusó de ser el responsable
del asesinato de la periodista rusa Natalia Estemirova, eminente defensora de
los derechos humanos que trabajaba para Memorial en Chechenia, llevando a cabo
investigaciones sobre torturas, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones
forzosas llevadas a cabo por agentes rusos durante el conflicto checheno
(1999-2009), “secuestrada por hombres armados no identificados” el 15 de julio
de 2009 en Grozny, la capital chechena, cuyo cadáver apareció ese mismo día en
Inguchia, al otro lado de la frontera.
Como respuesta, el dictador
checheno denunció a Orlov y al comité de Memorial por atentar “contra su honor,
su dignidad y su reputación”, al tiempo que pedía una indemnización por “perjuicios
morales”: el juez le dio la razón y condenó a Orlov a pagar daños y perjuicios
por valor de 20.000 rublos, y a Memorial al pago de 50.000 rublos por el mismo
concepto.
A partir de 2022 Oleg Orlov se
manifestaba en contra de la “invasión
rusa “ de Ucrania y sabía que le estaban vigilando. En 2023 la policía efectuó
registros en los domicilios de los miembros de Memorial, acusándoles de “rehabilitar
la ideología nazi”. En el registro, los agentes se incautaron del ordenador portátil,
tres discos duros, varios USB, pegatinas de la organización, un pin con el lema
“No a la guerra” y un libro titulado “Rusia-Chechenia: encadenamiento de
errores y fracasos”. Fue detenido y en
febrero de 2024 condenado a dos años y medio de cárcel y a no poder salir del
país por ser un “agente del extranjero, difundir informaciones falsas sobre las
actuaciones del gobierno y desacreditar al ejército ruso” en una entrada del 14
de noviembre de 2022 en su blog titulada
“Querían el fascismo y lo han tenido”, en la que hacía referencia a la “invasión
rusa” de Ucrania; sentencia que acaba de ratificar el tribunal de apelación.
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