El militante ha caído en una emboscada tendida por Japón, que le persigue desde 2012
Paul Watson (Foto Wikipedia)
Agentes de la policía danesa detuvieron
el pasado domingo en Nuuk, la capital del territorio autónomo danés de Groenlandia,
al veterano militante ecologista Paul Watson -quien
posee la doble nacionalidad estadounidense y canadiense y es el fundador de la
ONG de defensa de los océanos “Sea Sheperd” y de la “Fundación Capitán Paul
Watson” (CPWF) -, de 73 años y nacido en Toronto, cuando se disponía a repostar carburante para su
barco “John Paul Dejoria” (del nombre de un multimillonario filántropo
estadounidense), antes propiedad del servicio de guardacostas de Estados Unidos,
registrado en Dominicana, que navega sin bandera conocida.
Según la organización, Paul Watson podría
ser extraditado a Japón, donde en 2012 se dictó contra él una orden de detención
de Interpol, acusándole de causar daños a un barco ballenero japonés y herir a miembros de su tripulación durante
unos enfrentamientos con cazadores de
ballenas que tuvieron lugar en el Océano Antártico en 2010. Y donde, recuerda el
comunicado de Sea Sheperd, existe la pena de muerte.
Un comunicado de la policía local
precisa que, tras ser interrogado por el juez Stig Nørskov-Jensen,
del tribunal de Groenlandia, Paul Watson de momento permanecerá detenido hasta el 15 de
agosto mientras se decide si conceder, o no, su extradición. Una decisión que corresponde tomar al Ministerio
de Justicia danés.
Según el abogado François Zimeray, uno
de los defensores de Watson, “la orden de detención japonesa es ilegal, viola
todos los tratados internacionales sobre derechos humanos”. Zimeray considera
que, de producirse la extradición, “Dinamarca violaría su propia Constitución y
la Convención Europea de derechos humanos”.
En una entrevista al diario Le Parisien, la exactriz francesa Brigitte Bardot, creadora
de una fundación de defensa de la causa animal, ha dicho que “el gobierno
japonés ha puesto en marcha una auténtica caza al hombre (…) y Paul Watson ha
caído en la trampa”.
Paul Watson fue uno de los fundadores de
Greenpeace, que abandonó en 1977 para crear Sea Shepherd (pastor de los mares),
organización de defensa de los océanos y de la biodiversidad. Perseguido judicialmente por Japón y Costa
Rica, tras pasar una temporada detenido en Alemania, protagonizar una fuga
clandestina a Holanda y pasar quince meses “exiliado” en alta mar, acrualmente Paul
Watson vive exiliado en Francia desde 2015, cuando se casó en París, por cuarta
vez, con una ciudadana kazaja de nombre Yana, treinta y cuatro años más joven
que él, con la que ha tenido una hija.
Uno de sus primeros triunfos como
militante ecologista fue el hundimiento
del ballenero “Sierra”, en pleno puerto de Lisboa. Desde entonces, Paul Watson
presume de haber hundido una decena de barcos y haber salvado la vida de
decenas de miles de ballenas
.Junto con Noruega e Islandia, Japón
es uno de los últimos países del mundo que practica la caza de ballenas con
fines comerciales.
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