Imagen de YouTube del directo del funeral de Navalny
Miles
de personas se han congregado a mediodía de hoy (hora española) ante la iglesia
ortodoxa del distrito de Marino, en el sudeste de Moscú, donde habitaba cuando
estaba en libertad y donde se ha
celebrado el funeral por el disidente ruso Alexei Navalny, fallecido repentinamente,
y en circunstancias que no se han aclarado el pasado 16 de febrero de 2024 en
la colonia penitenciaria del Artico, donde se encontraba cumpliendo una condena
de 19 años por « extremismo ». Sus colaboradores en la Fundación anti
corrupción, su viuda, Yulia Navalnaia, y los presidentes de varios gobiernos
occidentales han señalado a Vladimir Putin como responsable de la muerte de
quien estaba considerado como su « enemigo número uno ».
Algunas
televisiones europeas han transmitido todo el acontecimiento en directo, desde
primeras horas de la mañana cuando empezaron a llegar los asistentes, que
formaron una larga cola de espera, muchos de ellos portando flores y sin
esconder las lágrimas. Siguiendo el rito ortodoxo, el cuerpo de Alexei Navalny
ha estado descubierto dentro del ataúd durante toda la ceremonia, a la que han
asistido diplomáticos occidentales, entre ellos algunos estadounidenses,
franceses y alemanes, así como Yekaterina Duntsova, cuya candidatura a la
elección presidencial, prevista para mediados de marzo, ha sido anulada.
A la
salida de la ceremonia religiosa la multitud ha tirado las barreras metálicas,
clocadas por la policía en varios centenares de metros del camino que lleva de
la iglesia al cementerio cercano de Borissovo. El Kremlin había alertado contra
cualquier manifestación “no autorizada”: “Cualquier manifestación no autorizada
constituirá una violación de la ley. En consecuencia, quienes participen en
ella se considerarán responsables, de acuerdo con la ley en vigor, declaró a la
agencia oficial TASS el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov. Los
periodistas de agencias internacionales han constatado la existencia de varias
decenas de policías, algunos antidisturbios, desplegados por la zona.
A pesar
de todo ello, el equipo de Navalny –que denuncia casos de corrupción de las
élites rusas apoyándose en investigaciones minuciosas, y que está siendo
desmantelado por las autoridades en los últimos años, deteniendo a sus miembros
o forzándoles al exilio- había hecho un llamamiento a los moscovitas para que
acudieran a despedir al opositor, y había pedido que quienes les apoyan en el
extranjero se reunieran delante de memoriales dedicados a otras víctimas, para
honrar su memoria
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