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El 17 de marzo de 2017, cuando se
cumple un año del acuerdo entre Turquía y la Unión Europea (UE), la
organización humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) denuncia las graves
consecuencias que está teniendo para los migrantes y los refugiados, en Grecia
y en los Balcanes.
Hace un año, el Consejo Europeo
declaraba que el acuerdo por el que Turquía se comprometía a reducir el flujo de
refugiados y migrantes hacia Grecia, y a aceptar a los que fueran devueltos por
las autoridades griegas, iba a ofrecer a esas personas «una alternativa a poner
en peligro sus vidas». Pero hoy, muchos hombres, mujeres y niños se encuentran
bloqueados en los países fronterizos con Europa, donde no tienen ninguna
protección, o inmovilizados en las islas griegas, en campos de retención
superpoblados.
Los retrasos en el registro y el
tratamiento de las demandas de asilo han transformado las islas griegas de
lugares de tránsito en centro de confinamiento, donde la población, que se ha
duplicado en el espacio de seis meses, se amontona en campamentos. Algunos
refugiados y migrantes han pasado hasta un año en refugios temporales,
inadecuados para las condiciones invernales, sin calefacción ni agua caliente.
El sistema de gestión de las
demandas de asilo y de traslado de refugiados a otros países europeos, lento y
opaco, deja a miles de personas en una espera indeterminada, sin ninguna
perspectiva.
«Con frecuencia, esas personas han
padecido violencia extrema, tortura y guerra, y han sobrevivido a unos viajes
extremadamente peligrosos -explica Jayne Grimes, psicóloga de MSF en Samos-
Ahora, su ansiedad y sus angustias aumentan con la falta de información
respecto a su estatuto jurídico y las mala condiciones de vida en que se les
mantiene».
En un informe publicado este 17 de
marzo, MSF subraya que, con el paso de los años, sus psicólogos en la isla de
Lesbos han atendido a un aumento significativo de pacientes que presentan
síntomas de ansiedad y depresión, o de stress postraumático. Los equipos de MSF
en Samos, que pasan consulta de salud mental, han constatado en los últimos
meses un neto aumento de autolesionados e intentos de suicidio.
Por otra parte, a lo largo de la
ruta de los Balcanes, en Serbia y Hungría, ha aumentado en las últimas semanas
el número de pacientes que han denunciado a los equipos de MSF traumatismos
debidos a la violencia padecida durante el viaje.
Médicos sin Fronteras trabaja con
los solicitantes de asilo y migrantes en Grecia desde 1996. En 2015, respondió
a la afluencia diaria de miles de personas llegadas a las islas griegas,
procedentes de Turquía. Hoy, los equipos de MSF trabajan en más de 20 lugares
en Grecia, proporcionando tratamientos de salud mental, salud sexual y
reproductiva, y tratando pacientes con enfermedades crónicas fundamentalmente.
En 2016, los equipos médicos de MSF en Grecia llevaron a cabo 72.740 consultas
médicas.
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