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Instalaciones de Petrobras en Brasil |
Los fiscales brasileños encargados
de investigar el escándalo Pretrobras han recibido el Premio Anticorrupción
2016 que concede la ONG Transparency International. El caso se conoce en el
país como “Lava jato” (Lavado expres) porque comenzó con el descubrimiento de
un sistema de blanqueo de dinero que resultó ser la punta del iceberg de la
gigantesca red que llevó al grupo público petrolero Petrobras, con la
implicación entre otros del BTP Odebrecht y un buen puñado de personajes
políticos brasileños de distintas tendencias; prácticamente de todas. Deltan
Dallagnol, que coordina el equipo de fiscales, ha dedicado el premio “a todos
los brasileños que se sienten impotentes ante la corrupción” al recogerlo el 3
de diciembre de 2016 en Panamá, donde se ha celebrado la 17 Conferencia
Anticorrupción organizada por la organización defensora de los derechos
fundamentales, informan el diario francés Le Monde y las agencias
internacionales.
El escándalo «Lava jato» -que se
parece como una gota de agua a otra a los numerosos casos de corrupción y
blanqueo que se están juzgando en los tribunales españoles- fue el motivo de
que se iniciara el proceso de destitución de la expresidenta Dilma Rousseff y
ha provocado, entre otros, la caída de Eduardo Cunha, expresidente de la Cámara
de diputados, y de Marcelo Odebrecht, antiguo Presidente y Director general de
la empresa BTP Odebrecht. Hasta el momento, han sido condenadas 118 personas
por un total de 1.256 años de cárcel.
“La investigación ha demostrado que
los mercados de subcontratas de Petrobras, en beneficio de grandes BTP, o
grupos de concepción y construcción de edificios públicos y privados,
industriales o no, y de infraestructuras como carreteras o canalizaciones, se
sobrefacturaban sistemáticamente, entre el 1 y el 5%, con la complicidad de
dirigentes de las empresas. Una parte de las comisiones ocultas, sufragadas al
margen de esos mercados trucados, se pagaban en comisiones legales a decenas de
políticos, de todos los partidos, para financiar sus campañas electorales”,
resume Le Monde.
Petrobras, primera empresa estatal
de Brasil con sede en Rio de Janeiro, multinacional con más de 70.000 empleados
en todo el mundo, es el símbolo del boom económico del país. Fundada en 1953
con el estado como primer accionista que hoy posee el 48% del capital,
Petrobras, una empresa que era el orgullo de los brasileños, se dedica a la
búsqueda, extracción, refinado, transporte y venta de petróleo.
Las primeras revelaciones del
escándalo «Lava jato» se remontan a marzo de 2014, cuando una investigación
policial desveló un gigantesca red de malversaciones en el gigante petrolero,
que imponía en sus contratos con las grandes empresas constructoras comisiones
destinadas a los partidos de la coalición gubernamental de centro izquierda,
que ocupa la presidencia de Brasil desde 2002, cuando Lula fue elegido
presidente. La investigación ha sacado a la luz la implicación en el caso del
Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), el Partido del Movimiento
democrático Brasileño (PMDB, centro) y el Partido Progresista (PP, derecha).
Aparte de Petrobras y BTP
Odebrecht, se han investigado las empresas OAS, Camargo Correia, Mendes Junior,
Galvao, Iesa, Engevix y UTC/Constran, algunos de cuyos responsables ya están
cumpliendo condena. El corresponsal de Le Monde en el país, Paulo A. Paranagua,
defendía hace unos meses en una crónica la imparcialidad de la investigación:
“La separación de poderes es real en Brasil, contrariamente a lo que sucede en
otros países de América Latina. El caso lo han llevado conjuntamente un pequeño
juez de Curitiba, Sergio Moro, y la Policía Federal, un cuerpo de élite que se
ha distinguido en otros asuntos sonados. También existe una comisión
parlamentaria que trabaja en el caso".
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