“Sin el cine me habría vuelto loco » (Rithy Pamh) “Camboya 1978” ("Rendez-vous avec Pol Pot"), película dirigida por Rithy Panh (“La imagen perdida”, “Duch, el dueño de las forjas del infierno”, “Bophana, una tragedia”, “Las tumbas sin nombre”, “Un barrage contre le Pacifique”), película sobre el genocidio camboyano de la década de los 70, se estrenó en el pasado Festival de Cannes y va a representar a Camboya en los Premios Oscar de este año. El realizador, Rithy Panh es conocido por sus documentales sobre la historia reciente del país, en concreto sobre la dictadura camboyana (1975-1979) y el genocidio cometido por el régimen de los Jemeres Rojos. “Camboya, 1978” está protagonizada por Irene Jacob (“La doble
vida de Verónica”, “Adiís muchachos”, “Tres colores. Rojo, 2Más allá de las
nubes”, Grégorie Colin (“Oliver, Oliver”, “Nenette et Boni”) y Cyril Guei
(“Como me convertí en superhéroe, “A tiempo completo”). Inspirada en una historia real y permitiéndose
algunas libertades, la película de Rithy Panh sigue a tres periodistas
franceses que, tras recibir una invitación del régimen genocida de Jemeres
Rojos, viajan a Camboya, embarcándose en una peligrosa aventura contada a
través de una mezcla de ficción, archivos, reconstituciones, maquetas y figuritas de
arcilla -que recrean el recorrido efectuado por los tres periodistas- con
ojos espantados ante el espectáculo que están representando los “oficiales” enviados por el gobierno para guiarles y
vigilarles: una manera eficaz de representar el drama que tiene lugar en el
país y que las autoridades se esfuerzan en esconder: el hambre, el terror y
la muerte. “La película –dice su realizador- se pregunta sobre lo que se ve y lo que no
se ve. El genocidio es también el silencio. Con frecuencia, a los grandes
terrores corresponde un terrible silencio ». “Camboya 1978” se inspira en un capítulo del libro “Las
lágrimas de Camboya- historia de un autogenocidio”, publicado en 1986 por
Elizabeth Becker, periodista del Washington Post quien, en diciembre de 1978, recibió autorización
para entrar en lo que entonces se
llamaba la Kampuchea Democrática acompañada de otros dos occidentales:
James Alexander Malcolm Caldwell, profesor escocés de la Universidad de
Londres, marxista, escritor y considerado “amigo del régimen” que encabezaba
Pol Pot, y Richard Beebe Dudman, periodista del St.Louis Post-Dispatch. El trío debía permanecer dos semanas en Camboya y
estaba obligado a visitar lo que se conocía como “poblados Potemkin”. Aunque el motivo del viaje era la
posibilidad de entrevistar a Pol Pot, la entrevista no tuvo lugar hasta el
último día, el 22 de diciembre de 1978. Al día siguiente Caldwell fue
misteriosamente asesinado, veinticuatro horas después los dos supervivientes
y el ataúd tomaron un avión hacia Pekín. En la película, que transcurre en verano, en una
casa cerca de un aeródromo situado en mitad de ninguna parte, mientras que el
libro habla del frío de la capital, Phnom Penh, en invierno, son tres franceses los que
viajan a Camboya: una periodista llamada Lise Delbo, un fotógrafo de nombre
Paul Thomas, que desapareció misteriosamente y un militante comunista, Alain
Cariou, que había estudiado con algunos Jemeres rojos, entre ellos Pol Pot, en la Sorbona y que era considerado “amigo
del régimen” . Durante todo el tiempo que permanecen en el país, siempre
rodeados de una numerosa escolta y estrechamente vigilados, efectúan una visita a la mayor gloria del
régimen y sus dirigentes en la que solo pueden ver y fotografiar lo que sus guardianes quieren que vean y
retraten, y no pueden hablar con nadie que no haya sido entrenado para
responder: visitan poblados vacíos, viajan por terrenos desérticos en los que
algunas –pocas- personas son solo vagas siluetas realizando faenas agrícolas
y asisten a las manifestaciones del culto a la personalidad de Pol Pot, el “Hermano
número 1”. Rithy Panh, el realizador de “Camboya 1978”, tiene
60 años. Nació en Phnom Penh, la capital del país, y a los 11 años, perseguido por el régimen atroz que acabó
con toda su familia, fue internado en
un campo de rehabilitación. Huérfano, llegó a Paris a los 16 años, allí
estudió en una escuela de cine. Después no ha cesado de contar, por todos los
medios a su alcance, la tragedia, el genocidio camboyano, la masacre que
comenzó por los intelectuales del país, “los que llevaban gafas”, que
acabaron todos presos o muertos . El resultado son una veintena de películas que de
una manera u otra hacen referencia al período en que estuvo vigente el
régimen de los Jemeres Rojos y en las que intenta contar la locura asesina de
una ideología radical, explicar el
vacío dejado por la desaparición de millones de personas, comprender la
paranoia de quienes decidieron llevar a cabo la política de exterminio -cuatro años terribles en los que funcionó a
todo pulmón la maquinaría de la muerte, cuatro años en los que el régimen
cruel acabó con la vida de más de dos millones de camboyanos (cerca del 25%
de la población del país). Una veintena de películas que comenzaron con el documental “S21, la maquinaría de muerte Jemer Roja”,
en la que describía el centro de torturas y asesinatos de Tuol Sleng,
instalado en el centro de la capital y dirigido por el célebre
torturador “Duch”, cuyo verdadero
nombre era Kaing Guek Eav. Responsable directo de la muerte de miles de personas,
condenado en 2010, por un tribunal especial camboyano, por “crímenes contra
la humanidad” y fallecido a los 77 años en 2020. (1) “Camboya
1978” llegará a la cartelera madrileña el próximo viernes 22 de noviembre de
2024. |
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