En el libro titulado « Patriota. Memorias », escrito en inglés, publicado por la editorial estadounidense Knopf y cuyo lanzamiento a nivel internacional está previsto para el próximo 22 de octubre de 2024, Alexei Navalny, el líder de la oposición rusa a Vladimir Putin, dice que estaba seguro de que moriría en la cárcel. La edición en castellano es de Planeta.
Navalny, el más encarnizado
detractor ruso de Putín y uno de los fundadores de la ONG Memorial (actualmente
prohibida y con sus locales clausurados por la inteligencia rusa) murió a los
47 años–con toda probabilidad asesinado- el pasado 16 de febrero de 2024 en la
colonia penitenciaria de Iamalo Nenetsie, situada más allá del Círculo Polar
Artico y conocida popularmente como “El lobo polar”, un establecimiento
heredado del diniestro pasado de los gulags soviéticos, al que fue trasladado en los últimos días de
diciembre de 2023, para cumplir una condena de 19 años por “extremista”.
El propio Navalny publicó en sus
redes una fotografía del “minúsculo patio cubierto de la prisión donde le
permiten pasear por la mañana, muy temprano, cuando las temperaturas son
bajísimas”, según comentaba entonces el canal internacional Euronews.
Anteriormente, en 2020, Navalny
fue objeto de un intento de asesinato con el neurotóxico Novitchok, una substancia
creada en los laboratorios del KGB durante los años de la guerra fría, con la
impregnaron su ropa interior. Navalny perdió el conocimiento mientras viajaba
en avión desde Siberia, donde había participado en varios actos electorales.
Trasladado urgentemente a un hospital de Alemania, antes de que las autoridades
rusas tuvieran ocasión de impedirlo, estuvo debatiéndose entre la vida y la muerte y
posteriormente pasó allí varios meses desintoxicándose y en rehabilitación.
La revista estadounidense The New
Yorker y el diario británico Times han adelantado esta semana algunos extractos
de “Patriot”, el libro de memorias de Navalny, una obra póstuma que comenzó a escribir mientras recibía
tratamiento n Alemania, centrada en los últimos años del militante disidente,
incluidos los que pasó en la cárcel: “Pasaré el resto de mi vida en la cárcel y
moriré aquí- había escrito el 22 de marzo de 2022- No habrá nadie a quien decir
adiós, todos mis aniversarios se celebrarán sin mí. Nunca llegaré a conocer a mis nietos”.
Una vez recuperado del intento
de asesinato, Navalny regresó a Moscú en enero de 2021. No consiguió llegar a
su casa, fue detenido en la misma terminal del aeropuerto y pasó los treinta y
siete meses que le restaban de vida en la cárcel ocupado en redactar el libro
que está a punto de aparecer, en el que habla del empeoramiento progresivo de
su salud y del aislamiento a que se encontraba sometido.
Una tras otra, el Tribunal Supremo ruso fue
desestimando las continuas denuncias presentadas por Navalny sobre sus
condiciones de detención, y en particular sobre la prohibición de disponer de
libros cuando le encerraban en las celdas de aislamiento, lo que ocurría con
frecuencia, y el límite de 46 minutos que tenían los presos para ingerir
alimentos calientes
La revista The New Yorker afirma
que, durante su cautiverio, Navalny
consiguió que los miembros de su equipo publicaran
algunos fragmentos del diario en las redes sociales. David Remnick, el redactor
jefe de la revista, ha escrito que “es imposible leer el diario de la cárcel de
Navalny sin sentirse indignado por la tragedia de sus sufrimientos, y por su
muerte”.
En el último extracto publicado
por The New Yorker, que lleva fecha del 17 de enero de 2024, Navalny dice que
tanto otros detenidos, como sus guardianes, le preguntan por qué decidió volver
a Rusia. “La respuesta –dice Navalny- es muy simple. No quiero abandonar mi país,
ni traicionarlo. Si tus convicciones significan algo debes estar dispuesto a defenderlas
y a hacer sacrificios, su fuera necesario”
Según Pevtchokh, “a principios
de febrero se le propuso a Vladimir Putin intercambiar al oficial del FSB y
asesino a sueldo Vadim Krasikov, condenado a cadena perpetua por el asesinato en 2019, en un parque de
Berlín, de un ex separatista checheno, por dos ciudadanos estadounidenses y
Navalny”. Los estadounidenses, según la publicación Politico, serían el
periodista Evan Gershkovich y el ex marine Paul Whelan, ambos acusados de
espionaje y cumpliendo condena en Rusia.
En un vídeo publicado en
sus redes sociales, Maria Pevchokh explicaba que llevaban dos años negociando
un intercambio de presos, entre los que debía encontrarse Navalny, y que
« el plan fue aprobado en la primavera de 2023 ». Aseguraba que
Washington y Berlin participaban de la negociación, aunque no precisaba el papel exacto que jugaban, y que tras varios
meses con el asunto estancado, “volvió a ponerse sobre la mesa en diciembre
pasado”. La misma fuente afirmaba que el 15 de febrero de este 2024 le
comunicaron que las negociaciones se encontraban en la fase final.
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