martes, 3 de septiembre de 2024

“Un silencio”: Hay silencios que gritan

 


 


Estrenada en el pasado Festival de San Sebastián, “Un silencio” (1), del director belga Joachim Lafosse (“Los caballeros blancos”, “Después de nosotros”, “Un amor intranquilo”), está inspirada en un caso real – el del abogado Victor Hissel, condenado por guardar en su ordenador material pedocriminal-  y protagonizada  por Daniel Auteil, Emmanuelle Devos, Mathieu Galoux, Jeanne Cherbal y Louise Chevillotte.

 

Un drama que está contado desde el punto de vista de Astrid, la esposa discreta y sumisa de un famoso abogado que lleva la defensa de un caso muy mediatizado, que ve como la tranquilidad de su familia se tambalea cuando sus dos hijos investigan un suceso familiar ocurrido treinta años atrás, del que nunca se ha querido hablar. El caso provocó un enorme escándalo en Bélgica y en Francia, exponiendo a todos los miembros de la familia a ver su historia aireada en los medios de comunicación.

 

Película difícil de digerir por tratarse de un asunto de enorme actualidad, Daniel Auteil interpreta al célebre abogado denunciado por su hijo, quien primero intentó asesinarle. Como indica el título, la película está hecha a base de largos silencios que dicen mucho  sobre lo que en realidad ocurrió, y sobre la complicidad que se mantuvo en el tiempo de la pareja protagonista: excelentes Auteil y Devos en sus papeles.  

La historia real

En 2010 Victor Hissel, abogado de las familias de las víctimas del célebre pederasta Marc Dutroux, fue condenado por posesión de imágenes pornográficas de menores.  

En 1995 desaparecieron  Julie Lejeune y Melissa Russo, de 8 y 9 años respectivamente. Un año más tarde, sus cuerpos aparecieron enterrados en el jardín de uno de pederastas más famoso del siglo veinte. Julie y Melissa fueron las primeras víctimas de Marc Dutroux.  Las dos familias recurrieron al abogado Victor Hissel, entonces de 40 años, que a lo largo del tiempo acabó por convertirse en una celebridad que encabezaba las “marchas blancas” contra los criminales, violadores y asesinos de niños. En 1998 abandonó la defensa de las familias de los dos niños, supuestamente por haber recibido presiones.

Diez años más tarde, su nombre reapareció en los periódicos, aunque esta vez no se trataba de elogiar su trabajo. Una investigación internacional, apodada “Koala”, le situaba entre los propietarios de ordenadores que contenían material pornográfico de menores.  En los interrogatorios, reconoció los hechos y declaró que habían abusado de él cuando era niño, pero negó haber delinquido asegurando que tan solo había “visionado” el contenido de los archivos incriminados, cuando la ley belga de entonces lo que condenaba era la impresión de imágenes. .

En 2009, Víctor Hissel fue apuñalado por su hijo Romain, de 20 años,  en uh intento  de asesinarle. Refugiado primero en el silencio, el  joven acabó por reconocer que el móvil fueron las tendencias pederastas de su padre. Juzgado por intento de parricidio, fue absuelto ya que el tribunal le reconoció demencia pasajera en el momento de los hechos.

Por el contrario, Victor Hissel fue condenado  por un tribunal de Lieja a 10 meses de cárcel, por posesión de material pedopornográfico: recurrida la sentencia, perdió la apelación y la casación,  y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dio su recurso por no recibido. Además, fue expulsado del Colegio de Abogados de Lieja: en este caso ganó el recurso en Bruselas, donde el Consejo de disciplina le dio una segunda oportunidad, suspendiéndole solo durante un año.

(1) Un silencio” se estrena en los cines de Madrid el viernes 6 de septiembre de 2024

 

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