miércoles, 31 de julio de 2024

"EL MONJE Y EL RIFLE": en el país del índice de felicidad bruto

“- La democracia traerá la felicidad

- Nosotros ya éramos felices antes”

 


La historia que cuenta esta película no podría ocurrir en ningún lugar que no fuera Bután, el reino de Bután, en cuya Constitución está escrito negro sobre blanco que la felicidad es uno de los derechos fundamentales del pueblo (1).

 

 “El monje y el rifle” (The monk and the gun”), el nuevo trabajo de Pawo Choyning Dorji ( inolvidable su anterior  “Lunana, un yak en la escuela”),  segunda intentona de este realizador para alcanzar el Oscar a la mejor producción internacional en 2024, es una deliciosa y conmovedora parábola sobre el momento, en el año 2000, en que el rey de Bután decidió abdicar para encabezar la transición de la monarquía a la democracia, y la imposibilidad de avanzar por ese camino sin tener en cuenta el pasado. .

 

Los actores Tandin Wangchuk, Deli Lhamo, Pema Zangmo Sherpa, Tandin Sonam, Harry Einhom y el monje Keisang Chejay, entre otros, nos hablan del momento en que el monarca  Jigme Khesar Wangchuck, quinto de la dinastía Wangchuk, coronado en diciembre de 2008 con veintiocho años (lo que le convertía en el rey más joven del mundo) con el título de Druck Gyalpo de Bután (el País del dragón  del pueblo) -símbolo de la unidad del reino y del pueblo, tras la abdicación de su padre, Jigme Singye Wangchuk- declaraba iniciado el “camino hacia la democracia” más joven del planeta. .

 

Entre otros mandatos, el rey de Bután –budista y como tal defensor del Chhoe-sid -doble sistema de política y religión, temporal y laico-, cuya fotografía preside la casi totalidad de los hogares del país,  tiene el de defender todas las religiones, así como “proteger y hacer respetar la Constitución en el interés superior” y para el bienestar y la felicidad del pueblo.

 

En pleno Himalaya, atascada entre India y China, Bután, una monarquía budista de 700.000 habitantes que no conoció la televisión hasta 1999 y  que aplica un “impuesto de desarrollo sostenible” (o impuesto turístico) de 100 dólares diarios a los viajeros internacionales, es conocida mundialmente porque en su Constitución, que data de 2008, aparece “el derecho a la felicidad nacional bruta” (FNB),

 

Como preparación a la celebración de las primeras elecciones que iba a transformarles de súbditos en ciudadanos, el gobierno butanés organiza simulacros de votaciones en las que participan todos los habitantes. Ante la inminencia de los cambios que se avecinabn, un viejo lama de la ciudad de Ura encarga a un monje que le consiga dos fusiles con los que piensa “devolver las cosas a la normalidad”.

 

Narrado como un cuento naif, “El monje y el rifle” (2), como el anterior trabajo del escritor y realizador Pawo Choyning Dorji, es una comedia minimalista y una bocanada de aire fresco que llega a través de la ventana abierta sin prejuicios a la cultura de un país en las antípodas de los accidentales, con sus códigos, sus rituales y sus tradiciones.

 

(1) Curiosamente Bután –único país en cuya Constitución figura el derecho a la felicidad de sus gentes-  no figura en el Informe Mundial que anualmente publican la Universidad de Oxford y las Naciones Unidas (ONU), sobre el grado de felicidad exstente en ciento cuarenta y tres territorios del mundo, según publica el canal estadounidense CNN y reproduce el digital francés Slate.

.”Nuestro pueblo era feliz pero hoy, a causa de todas esas cosas modernas, todas esas tecnologías, tenemos tendencia a estar más deprimidos, más tristes”, resume Tandin Phubz, creador de la página de Facebook Humans of Thinphu (Timbú en castellano, es la capital de Bután, la única del mundo donde no existen semáforos). Otra consecuencia de la modernización  es que cada vez son más los jóvenes que se marchan al extranjero, a estudiar o a trabajar. Según los datos del gobierno,el ingreso per cápita en Bután es de 115,787 ngultrums (unos 1,280 euros) anuales.

 

 

(2) « El monje y el rifle se estrena en Madrid el próximo 2 de agosto de 2024.

 

 

 

 

martes, 30 de julio de 2024

“10 Vidas”, animación para todas las edades


« 10 vidas », entretenida película de animación dirigida por Mark Koetsier y Christopher Jenkins (“Aladdin”, “La Sirenita”, “Pocahontas”…) cuenta la historia del gato Beckett, un animal muy mimado que,  tras perder sus nueve vidas pedirá, al guardian  del cielo de los gatos, una segunda oportunidad  para demostrar que ha apredido de sus errores. Su deseo le será concedido, pero con ciertas condiciones.

Se encargan de poner voz a los personajes el conocido humorista y presentador de televisión inglés Mo Gilligan, quien debuta como actor en la voz del dulce Beckett, Simione Ashley (“Sex Education”, “Pokemon”,“Detective Picachu”) que interpreta a la encantadora señora Rose, Bill Nighy (“Love Actually”, “Bienvenidos al fin del mundo”). Dylan llewellyn (“Derry Girls”) y Zayn Malik(cantante del grupo One Direction y compositor de bandas sonoras de películas como “Aladdin” o  “Malas madres”).

Rose adopta a Beckett cuando le atropella con su coche por accidente, tras escapar de la perrera. Le mima hasta el punto de que acaba convirtiéndose en un gato egoísta y malcriado.  Cuando Beckett pierde su novena y última vida gatuna llega a las puertas del cielo y le pide al Guardián una última oportunidad para regresar y poder continuar su vida con Rose.  Desobedeciendo al Guardían, Beckett escapa y regresa a la tierra con otras nueve vidas pero, en esta ocasión, se  reencarnará en un animal diferente en cada una de ellas y regresará como ratón, cucaracha, mofeta, perro, etc.

Película familiar muy apropiada para estos meses veraniegos, que entretendrá a los niños con las diferentes transformaciones que va sufriendo Beckett, y a  los adultos con algunos mensajes subliminales sobre la política británica.

 

(1) “!0 vidas” se va a estrenar en los cines madrileños el próximo viernes 2 de agosto de 2024.  

 

lunes, 29 de julio de 2024

“Dogman”, de Luc Besson: un cuento terrorífico y excesivo

“Cuando un hombre tiene problemas Dios le envía un perro” (Alphonse de Lamartine)

 


Mélodrama, thriller de serie B, cuento para adultos y farsa cruel,  ‘DogMan’ es todo esto a la vez, torpe y sincero… (culturepoing.fr); y es también el regreso, tras cuatro años de ausencia de las pantallas-  del  director francés Luc Besson (“Le Grand Bleu”, “Nikita”, “El quinto elemento”, “Lucy”) en una película magistralmente interpretada por el texano Caleb Landry Jones (“Nitram”, Premio de Interpretación en el Festival de Cannes 2021, “Tres anuncios en las afueras”), en el papel de un antihéroe discapacitado del que se ocupa una jauría de perros a los que dedica todo su amor.  

 “Dogman” es un cuento negro, excesivo y fascinante sobre Douglas, un niño maltratado por su padre y su hermano mayor, que le encierran en una jaula con perros, y acaban disparándole y dejándole tullido. Convertido en un adulto discapacitado, herido física y psíquicamente por sus experiencias infantiles,  vive al margen de la sociedad organizando pequeños robos en las casas de los ricos, y trabajando como drag-queen en un cabaret donde interpreta canciones de Edith Piaf.

Sin más refugio que el amor de los perros, únicos aliados que  le acompañan, llega a adoptar su forma de vid a–como el Mowgli de nuestros sueños infantiles- , consiguiendo comunicarse con ellos de una manera que ignora el realismo,  casi fantástica, y en este punto nos remite a aquellos “101 dálmatas”, cuando decenas de perros.se reunían en torno al personaje de la dama enjoyada y emplumada.

El  actor Caleb Landry Jones confiesa tener un punto en común con Douglas, el personaje de “Dogman” (1): la pasión por el teatro, lo que le permite “convertirse en algo distinto de lo que el mundo físico no le permite ser”.

 

(1) “Dogman” se podrá ver en los cines de Madrid a partir del viernes 2 de agosto de 2024.

domingo, 28 de julio de 2024

“Regreso a Córcega”, refrescante comedia veraniega al sol de Cócega


Estrenada en la Sección Oficial del Festival de Cannes de 2023, “Regreso a Córcega” (“Le retour”), la última película de Catherine Corsini (“La fractura”) –también autora del guión junto a Naila Guiguert (“El inocente”)-  es un entretenido cuento de verano que habla sobre la identidad y las dinámicas familiares en la sugestiva isla de Córcega (“L’île de beauté”, la isla de belleza la llaman los franceses), interpretado por Suzy Bemba ( la promesa emergente del cine francés que pudimos ver en 'Pobres Criaturas'),  Aissatou Diallo Sagna (quien también trabajó con Corsini en “La fractura”) y Esther Gohourou, cuya participación en una escena de carácter erótico suscitó grandes polémicas en el momento de la presentación en el Festival, habida cuenta de que durante el rodaje aún no había cumplido dieciséis años.

Tras el escándalo y los numerosos mensajes que inundaron las redes sociales haciéndose eco de supuestos momentos de acoso durante el rodaje, mensajes que no dudaron en reproducir dos periódicos, finalmente el Consejo de Administración del Festival de Cannes zanjó los rumores y las difamaciones añadiendo la película a las que, en la sección oficial, competían por la Palma de Oro.

Quizá más propia de una novela ilustrada, “Regreso a Córcega” cuenta la historia de Khédidja, una mujer negra que trabaja cuidando durante el verano, en Córcega,  a los niños de una adinerada familia parisina, lo que para ella representa la oportunidad de regresar a la isla que abandonó quince años atrás, y poder enseñársela a sus dos hijas, Jessica y Farah.

Mientras Khédidja se enfrenta a todos sus recuerdos, las dos adolescentes viven unas vacaciones de lo más típicas, conociendo a gente nueva y estrenando sus primeras aventuras amorosas


Con unas destacables interpretaciones, “Regreso a Córcega” –que quizá aborda demasiados temas para lo que pueden dar de sí menos de horas de proyección- da un repaso a casi todos los arquetipos que conocemos de otras películas que abordan el mismo tipo de argumento.

“Retreso a Córcegas” (1) es una fábula de personas sensubles que se sienten más o menos afectadas por los problemas de identidad, de inmigración, de racismo casi inconsciente; de las relaciones de clase, el peso del pasado, los amores de verano, el descubrimiento de la sensualidad  y el enfrentamiento entre generaciones (en este caso la madre y las hijas) que quieren hacer valer sus propios deseos. Y emociones.

(1) “Regreso a Córcega” estará en la cartelera madrileña a partir del próximo viernes 2 de agosto de 2024

 

 

 

"El mayordomo inglés”, un aburrimiento de castillo

Casi como una saga en los viñedos californianos y lo más parecido a un culebrón venezolano, “El mayordomo inhlés) (“Mr. Blake at ypur service”) la opera prima del escritor francés Gilles Legardinier, es un cuento de hadas con su castillo, sus almenas, su parque interminable y su castellana; sus hermanas  -que no hermanastras- que cocinan y planchan, su mago milagrero capaz de transformar un contrato de venta de la mansión en escandalosos puñados de billetes de banco y, para que no falte nada, su lenta nevada final cayendo fuera de la puerta que se cierra detrás de unos personajes que han encontrado la felicidad” (un espectador decepcionado).



“El mayordomo inglés”,  película “previsible e indolente ( La Voix du Nord), donde todo suena a falso, protagonizada por John Malkovich ("En la línea de fuego""Como ser John Malkovich""Las amistades peligrosas") y Fanny Ardant ( “La familia”, "8 mujeres""Los jóvenes amantes"), está basada en la novela “Días de perros” del propio director, un best seller de 2015 en las librerías francesas, traducido a veinte lenguas y editado en veinticuatro países (en España por Planeta). Completa el reparto Émilie Dequenne ("Rosetta", "El pacto de los lobos", "Close"), Premio a la Mejor Actriz en el último  Festival de Cannes por su papel en “C a vous”.

  

La inverosímil –aunque eso no es lo peor-historia cuenta el caso de Andrew Blake,  un adinerado empresario británico quien, tras la muerte de su esposa y cansado de un mundo que ha dejado de interesarle, viaja a Francia para regresar al lugar donde conoció a la mujer de su vida y donde, como consecuencia de un equívoco se encuentra trabajando de mayordomo en uno de los múltiples castillos que salpican la campiña bretona francesa, Allí  nadie conoce su identidad y espera encontrar el reposo que necesita para buscar una salida a su nueva dicavida. El encuentro con personas ajenas al mundo que acaba de abandonar, -y al resto de los mundos también-  y las situaciones que vive con sorpresa aunque voluntariamente,   le llevarán en una dirección que no se parece nada a lo que esperaba.  

 

 “El mayordomo inglés” (1),  soporífera  película del género “todo el mundo es bueno”, es un melodrama que podría haberse escrito hace dos siglos, alejado de cualquier mundo, no necesariamente real pero al menos aceptable,  por mucha buena voluntad que le pongamos. Tanto las situaciones como los diálogos son inverosímiles, ni siquiera lo salva  el franés “so british” de un John Malkovich que, por una vez, no es el malvado seductor empedernido de sus peóculas “de época”, pero  lamentablemente tampoco es el inefable  Malcovich de “Como ser John Malkovich”.

Tampoco una actriz con tanto encanto y  personalidad como Fanny Ardant ha encontrado en esta película el papel de su vida, ni siquiera un papel discreto que –hanpasado inexorables los años- le sirva para mantenerse en el firmamento que un día guraba en torno siyo.

 

Y lo mismo para el resto del reparto de esta torpe comedia dramática –Emilie Dequenne,  como la criada marimandona,, Philippe  Bas en el jardinero al que las mujeres tienen comida la moral, y Eugénie Anselm, la “planchadora” embarazada y abandonada por su novio-  más antigua que Cascorro (guiño para los habitantes de la capital; el original “más viejo que la Tana” seguramente está dedicado a alguna de las muchas Cayetanas que se han hecho un hueco en nuestra historia de reyes y cerilleras).

 

Lo mejor que se ocurre decir es aquello de “zapatero a tus zapatos”. Gilles Legardiier, un escritor que los franceses aprecian por sus novelas servidas con ironía y humor, se ha equivocado malgastando su talento  literario, y el talento actoral de sus tres personajes,  pasando al otro lado de la cámara pera realizar algo que más bien parece una antigua obra teatral, salpicada de bromas que maldita la gracia que tienen, y choques culturales entre el falso mayordomo británico y las insufribles mujeres que atraviesan el decorado, con el resultado de que nos parece estar asistiendo a” un mediocre telefilm de los años ‘80”. .

 

(1) “El mayordomo inglés” estará en las salas madrileñas a partr del viernes 23 de agosto de 2024

 

viernes, 26 de julio de 2024

“El buen italiano”, drama bélico de la Segunda Guerra mundial

“En el mar todos estamos a la misma distancia de Dios, a la distancia de una brazada. Esa que te salva” (naúfrago ruso rescatado por un comandante ucraniano, marzo 2023)




Edoardo De Angelis -director, guionista y productor napolitano autor de “El buen italiano” (“Comandant”)-, realizador en 2011 de “Mozzarella Stories”, “Pérez”,  la multipremiada “Indivisible” (Premio a la Mejor Película en el Festival de Venecia y casi un centenar de galardones en festivales de todo el mundo, y “El vicio de la esperanza” que, en 2018 le valió, entre otros, el Premio del Público en el Festival de Cine de Roma, los de Mejor Director y Mejor Actriz en el Festival Internacional de Tokio, un David di Donatello (equicalente italiano a los Goya), tres Cintas de Plata y tres Ciaks de Oro.

En 2020 y 2021, Edoardo de Angelis rodó tres películas para la televisión pública italiana (RAI) basadas en obras de Eduardo De Filippo “Natale in Casa Cupiello”, “Non ti pago· y “Sábado, domingo y lunes”. En 2022 dirigió la serie “La vida mentirosa de los adultos”, basada en la novela homónima de la misteriosa escritora Elena Ferrante, y en otoño del mismo año se publicó el libro “Comandante”, una novelización de la película que hoy nos ocupa, escrita a dos manos por el realizador  y  Sandro Veronesi, dos veces Premio Strega, el máximo galardón de las letras italianas  (publicada en España por Anagrama).

Los hechos se remontan a octubre de 1940. Tras ser atacado mientras navegaba por el Atlántico, el submarino Cappellini –uno de los ciento veinte barcos con que cuenta la Marina italiana- hunde un buque mercante  belga que había abierto fuego contra ellos en la oscuridad.

Con un guión que firman el realizador y el escritor Sandro Veronesi, el drama bélico “El buen italiano” (1), que pasa a la historia en su calidad de héroe moral que permanece fiel a los principios de la ley del mar, por encima de intereses patrióticos, posicionamientos ideológicos e incluso órdenes de sus superiores, cuenta la historia de Salvatore Todaro, comandante del  submarino Capellini durante la Seguda Guerra mundial, interpretado por Pierfrancesco Favino (“Guerra mundial Z”, Rush”), al que acompañan en el reparto Giuseppe Brunetti (“Mimi-Príncipe de las tinieblas”, “La vida mentirosa de los adultos”), Giorgio Cantanrini (“La vida es bella”, “Gladiator”) y el actor belga Johan Haldenberdgh (“Quo Vadis Aida?”, “Traición”).

El capitán del sumergible, un viejo lobo de mar con una minusvalía quien decidió permanecer en la armada del Duce en lugar de aceptar la jubilación que le proponían, tiene que llevarsu barco al Atlántico en misión de reconocimiento. Tras pasar el estrecho de Gibraltar, se cruza con el kanalo, un barco conpabellón belga, al que consigue hundir sin demasiado esfuerzo. Y, em ese momento se presenta el problema: ¿qué hacer con los 26 supervivientes ?  ¿Las leyes de la guerra rienen también vigencia en el mar ?

Salvatore Todaro estuvo al frente de distintos submarinos fascistas, de los que atacaban posiciones republicanas durante la Guerra Civil Española. Una parte de su biografía que no se explica en El buen italiano,  recuerda la hazaña clave de este militar: durante la Segunda Guerra Mundial arriesgó la integridad de su tripulación para salvar a los náufragos de naves enemigas que él mismo había mandado torpedear.

En la introducción a la novela “Comandante” escrita a partir del guión de esta película, Veronesi cuenta que la inspiración les llegó en el verano de 2018, un período de recrudescencia xenófoba a causa del incremento del número de desembarcos de migranti que huían de los campos de detención en Libia intentando alcanzar a cualquier precio –incluido el de su vida- las costas sicilianas y calabreses.

 Fue entonces, cuando leyendo un artículo del peródico “Avvenire”, que reproducía las declaraciones de Giovanni Pettorino, entonces Comandante de la Guadia Costera y hoy Almirante, en las que hablaba de Salvatore Todaro, destinado a una base naval de la Francia ocupada y al mando del sumergible “Comandante Capellini” quien, durante el último conflicto mundial salvó, cerca del archipiélago de las Madeira,  a varios miembros de la tripulación del velero belga “Kabalo” -en aquel momento oficialmente neutral, que transportaba material bélico británico-  que previamente había ordenado hundir a cañonazos,  desoyendo las órdenes de sus superiores y “las bárbaras leyes bélicas” en nombre del ideal superior de solidaridad.

Salvatore Todaro, el comandant del sumergible, un viejo lobo de mar con una minusvalía quien decidió permanecer en la armada del Duce en lugar de aceptar la jubilación que le proponían, tiene que llevar su barco al Atlántico en misión de reconocimiento. Tras pasar el estrecho de Gibraltar, el 16 de octubre de 1940  se cruza con el KaBalo, un barco mercante con pabellón belga, al que consigue hundir sin demasiado esfuerzo. Y, en ese momento se le presenta un problema de conciencia: ¿qué hacer con los 26 supervivientes ?  ¿Las leyes de la guerra rienen también vigencia en el mar ?

En un primer momento, Todaro decidió escoltar a los  veintiséis supervivientes –hacinados en una lancha de salvamento- hasta la isla de Santa María; pero, una vez que naufragó la frágil embarcación, les subió a bordo del sumergible, poniendo en peligro a su opropia tripulación durante tres días ya que un sumergible sobrecargado esta obligado a permanecer en la superficie, convirtiéndose e blanco para el enemigo.

En palabras de De Angelis: “Salvatore Todaro hunde los barcos enemigos sin piedad. Pero un enemigo indefenso ya no es un enemigo, es solo un hombre más, y entonces lo salva”, porque la persona verdaderamente fuerte es la capaz de tender la mano a los débiles.  Salvatore conoce las leyes eternas que rigen el cielo y el mar, y sabe que son superiores a cualquier otra ley: quien salva a un hombre, salva a la humanidad.

“Promotor de una mística militar basada en los conceptos de devoción, disciplina, jerarquía y hermandad, a veces rodeado por un amenazador halo sagrado (siempre lleva encima un pedazo de papel en el que figuran algunos versos de “La Iliada”, que para él son una especie de mantra sagrado (…)  Todaro encarna todas las contradicciones que reproduce la película, incierta entre sobresaltos heroicos (típicos de una war movie), suspensión lírica en el tiempo inmóvil de la navegación, reconstrucción histórica y anacronismos...(cineforum.it)

 

 (1) “El buen italiano” está en la cartelera madrileña desde ayer 25 de julio de 2024.

 

jueves, 25 de julio de 2024

“El concurso de piano”, una historia de sacrificio y superación


El concurso de piano” (“The Chapel”),  escrita y dirigida por el belga Dominique Deruddere (“Quiero ser famosa”, candidata al Oscar), es una historia universal de amor, sacrificio y superación basada en el concurso musical belga Queen Elisabeth.  

Protagonizada por una joven Taeke Nicolaï (conocida por la serie finlandesa “Transport”) en su primera interpretación principal en el cine, es una talentosa pianista que trata de olvidar un oscuro trauma infantil. Completan el reparto la actriz, productora y escritora teatral Ruth Becquart (actriz en la serie de televisión flamenca “Clan”) y Kevin Janssens (·Rescate en el mar”, “Missing”, “Revenge). 

Jennifer Rogiers,virtuosa pianista de 23 años de origen flamenco, vive en Nueva York con su madre, pintora. Durante la mayor parte de su vida; Jennifer ha oultado un terrible secreto. Cuando su profesora de piano le asegura que está suficientemente preparada para participar en el concurso más célebre del mundo, Jennifer se traslada a Bélgica para competir en el  Queen Elisabeth. Allí, viviendo en una familia de acogida, conocerá a los otros once participantes, llegados de de distintos rincones del mundo.

En “El concurso de piano”, el realizador Dominique Deruddere ha utilizado el agobiante universo del concurso de piano Reina Elisabeth para dar forma a un drama psicológico en torno a la historia de la pianista Jennifer. Seleccionada entre los doce finalistas, deberá vivir la semana anterior a la prueba en “la capilla”, un lugar que parece desconectado del resto del mundo –donde el reglamento exige que transcurra esas dos semanas totalmente desconectada, ni siquiera le permiten quedarse con el teléfono. Allí, dirigidos por una especie de ama de llaves francesa, solo hay un puñado de futuros genios y música ; mucha música que escapa de todas las habitaciones e inunda los pasillos.  

En “El concurso de piano”, el realizador Dominique Deruddere ha utilizado el agobiante universo del concurso de piano Reina Elisabeth para dar fiorma a un drama psicológico en torno a la historia de la pianista Jennifer . Seleccionada entre los doce finalistas, deberá vivir la semana anterior a la prueba en “la capilla”, un lugar que parece desconectado del resto del mundo que le devuelve a una noche de su infancia y despierta los traumas del pasado, de una infancia en la que se madre se sacrificaba para conseguir hacer de ella una virtuosa mientras que su padre –alcohólico y violento- se negaba a proner su talento por delante de todo.

En palabras del productor Bart Van Langendonck: “En esencia, “El concurso de piano” (1) es la historia de una virtuosa pianista y los sacrificios que ella y su madre tuvieron que hacer para llegar a la cima. Los personajes con ambición siempre capturan la imaginación del público en general”. 

Pese a reunir una serie de atractivos ingredientes –suspense, traumas, rivalidades, celos, y mucha música- mi impresión es que se trata de una de esas historias de infancias robadas: de madres (o padres) que obligan a sus hijos a una férrea disciplina con la excusa de que un día alcanzarán la fama. Y es un asunto que me desagrada profundamente.

 

(1) “El concurso de piano” se puede ver en Madrid a partir de esrte jueves 25 de julio de 29024.

 

miércoles, 24 de julio de 2024

"Que la fiesta continúe", melancólica historia de amor y política

No ganas si te empeñas en perder




El director y guionista francés Robert Guédiguian (“Ultimo verano”, “El dinero da la felicidad” “La casa junto al mar” - https://periodistas-es.com/la-casa-junto-al-mar-de-robert-guediguian-un-regreso-a-las-raices-100899,  "El cumpleaños de Ariane" - https://periodistas-es.com/el-cumpleanos-de-ariane-55811) dirige a  Ariane Ascaride (“Divertimento”, “Prohibido”, “La villa”, Copa Volpi a la Mejor Actriz en el Festival de Venecia), Jean-Pierre Darrousin (“Largo domingo de noviazgo”, “Gloria mundi”, “El teorema de Margarita”), Lola Naymark (El señor Ibrahim y las flores del Corán”) y Robinson Stévenin (“Las nieves del Kilimanjaro”) en la comedia coral “Que la fiesta continúe” (“Et la fête continue!), un bonito cuento que rezuma amor por todos sus poros ambientado en Marsella, metrópoli profundamente cinematográfica que además es la patria chica del realizador.  

“Que la fiesta continué” cuenta la historia de Rosa, una mujer de sesenta años, vitalista y militante de causas justas, que ha consagrado toda su vida a la familia y la política, con idéntico interés y dedicación. En vísperas de una fecha electoral, ha llegado el momento de que Rosa intente, por enésima vez, lograr que se una toda la izquierda del barrio. A punto de conseguir el objetivo, el azar decide intervenir y Rosa se enamora de Henri, un buen tipo que además es el padre de la novia de su hijo. Por primera vez en su vida, Rosa enfrenta el presente con miedo a comprometer un futuro cuando menos incierto, ante  la acuciante presión de su familia.

“Que la fiesta continúe”, película que hace el número dieciocho en la extensa carrera del realizador marsellés, quien la dedica a los habitantes de su barrio, plantea un repertorio de cuestiones sociales –vivienda, sanidad, educación, migrantes y exiliados, entre otros- especialmente delicados y tantas veces ignorados por los responsables políticos, situándolos en la que es quizá la ciudad más conflictiva del país, la urbe que el resto de franceses considera cuna de delincuencia por excelencia y plataforma desde la que distintas drogas –blandas y duras- inician su periplo europeo.

“Que la fiesta continúe” es una película optimista en la que todas las historias terminan bien, pese a que se inicia con un acontecimiento dramático que los vecinos recuerdan como “la tragedia de la rue d’Aubagne”: aquel 5 de noviembre de 2018 cuando se vinieron abajo los insalubres inmuebles números 63 y 65 de un popular barrio del centro de Marsella –uno de los edificios era propiedad municipal-, causando la muerte de ocho personas y terminando con la carrera política del alcalde Jean-Claude Gaudin, quien llevaba encadenados cuatro mandatos.

Es también un relato de compromiso, sobre la familia, las familias “abiertas” que se van ampliando con los amigos, los amigos de los amigos, los novios y las novias de las hijas y los hijos, los vecinos que prestan la sal y piden el favor de una silla, los habitantes del barrio con los que cruzamos saludos tempraneros, y además toda esa izquierda que se “refunda” después de cada contienda electoral para después ir dejando caer el ideal de unión que, en palabras que el realizador toma prestadas del filósofo italiano Antoio Gramsci para responder a una entrevista, “necesitamos aliar el pesimismo de la inteligencia con el optimismo de la voluntad”.

Y, finalmente, la película –sensible y melancólica-  habla de amor, del amor a todas las edades y en todas las circunstancias. Rosa y Henri bailan y se enamoran: “No sucede muy frecuentemente, pero sucede”

“Esta película –explica el veterano realizador de 70 años- no es una constatación de todo lo que hoy no funciona. Es una película que se aventura a hacer algunas propuestas para que las cosas vayan mejor”.

Inspirado en la carrera política de Michèle Rubirola, elegida alcaldesa de Marsella en 2020, quien dimitió cuando solo llevaba cinco meses en el cargo, el realizador Guediguian asegura que “comparte” todo lo que se plantea en el largometraje: “…grosso modo la idea era: la catástrofe es inminente, y la fiesta continúa. Todo va mal y la fiesta continúa! La fieta continúa con el signo de admiración que lleva el título original en francés porque hay lugares en los que la fiesta continúa, y lugares donde no continúa. Y también porque somos nosotros, los autores, quienes decimos que debe continuar”.

 Y porque en  realidad la fiesta es la lucha, el combate, la vida (…) “la fiesta molesta a la dictadura porque es libertad, inversión de los valores y, por tanto, peligrosa para el poder!

No quiero terminar este comentario sin mencionar la maravillosa canción “Emmene-moi” – “llévame…llévame al país de las maravillas…”- , compuesta y cantada por Charles Aznavour en 1968 (el año de todos los posibles) para el álbum “Entre dos sueños”, que sirve de fondo a varios momentos impregnando toda la película de un dulce aroma a Armenia.

 

(1) “Que la fiesta continúe”, se podrá ver en los cines de Madrid a partir del jueves 25 de julio de 2024.

martes, 23 de julio de 2024

Detenido en Groenlandia Paul Watson, fundador de la ONG Sea Sheperd

El militante ha caído en una emboscada tendida por Japón, que le persigue desde 2012

 

Paul Watson (Foto Wikipedia)

Agentes de la policía danesa detuvieron el pasado domingo en Nuuk, la capital del territorio autónomo danés de Groenlandia, al veterano militante ecologista Paul Watson   -quien posee la doble nacionalidad estadounidense y canadiense y es el fundador de la ONG de defensa de los océanos “Sea Sheperd” y de la “Fundación Capitán Paul Watson” (CPWF) -, de 73 años y nacido en Toronto,  cuando se disponía a repostar carburante para su barco “John Paul Dejoria” (del nombre de un multimillonario filántropo estadounidense), antes propiedad del servicio de guardacostas de Estados Unidos, registrado en Dominicana, que navega sin bandera conocida.

 

Según la organización, Paul Watson podría ser extraditado a Japón, donde en 2012 se dictó contra él una orden de detención de Interpol, acusándole de causar daños a un barco ballenero japonés y  herir a miembros de su tripulación durante unos enfrentamientos  con cazadores de ballenas que tuvieron lugar en el Océano Antártico en 2010. Y donde, recuerda el comunicado de Sea Sheperd, existe la pena de muerte.  

 

Un comunicado de la policía local precisa que, tras ser interrogado por el juez Stig Nørskov-Jensen, del tribunal de Groenlandia, Paul Watson de  momento permanecerá detenido hasta el 15 de agosto mientras se decide si conceder, o no, su extradición. Una  decisión que corresponde tomar al Ministerio de Justicia danés.

 

Según el abogado François Zimeray, uno de los defensores de Watson, “la orden de detención japonesa es ilegal, viola todos los tratados internacionales sobre derechos humanos”. Zimeray considera que, de producirse la extradición, “Dinamarca violaría su propia Constitución y la Convención Europea de derechos humanos”.

 

En una entrevista al diario Le Parisien,  la exactriz francesa Brigitte Bardot, creadora de una fundación de defensa de la causa animal, ha dicho que “el gobierno japonés ha puesto en marcha una auténtica caza al hombre (…) y Paul Watson ha caído en la trampa”.

 

Paul Watson fue uno de los fundadores de Greenpeace, que abandonó en 1977 para crear Sea Shepherd (pastor de los mares), organización de defensa de los océanos y de la biodiversidad.  Perseguido judicialmente por Japón y Costa Rica, tras pasar una temporada detenido en Alemania, protagonizar una fuga clandestina a Holanda y pasar quince meses “exiliado” en alta mar, acrualmente Paul Watson vive exiliado en Francia desde 2015, cuando se casó en París, por cuarta vez, con una ciudadana kazaja de nombre Yana, treinta y cuatro años más joven que él, con la que ha tenido una hija.

 

Uno de sus primeros triunfos como militante ecologista fue  el hundimiento del ballenero “Sierra”, en pleno puerto de Lisboa. Desde entonces, Paul Watson presume de haber hundido una decena de barcos y haber salvado la vida de decenas de miles de ballenas

.Junto con Noruega e Islandia, Japón es uno de los últimos países del mundo que practica la caza de ballenas con fines comerciales.

 

“NORBERTA”: el derecho a ser lo que sentimos


“Norberta”, comedia coral qie marca el debut en la dirección de Sonia Escolan, es una historis otiginal, ágil, con mucho amor y verdad y  un trasfondo de solidaridad con lsas minorías LGTBIQ+. Un refrescante relato de personajes muy normales que no esconden sus peculiaridades.


Con un guión de la propia Sonia Escolano, está protagonizada por un convincente Luis Bermejo (“La tribu”, “Un amor”, “Teresa”) en el papel estelar, junto a la siempre eficaz  Adriana Ozores (“Gran Hotel”, “Invisibles”, “Galgos”), Mariona Terés (“Looser”, serie “La pasión turca”) y  María Romanillos (“Las consecuencias”, Biznaga de plata a la mejor Actriz en el Festival de Málagra, “No mires a los ojos”, serie “Paraíso” ; juntos forman una familia que se sale de la norma, pero es cualquier cosa menos disfuncional. Al contrario, si hay algo que les une son el cariño y el respeto que se tienen.  Completan el reparto  Adelfa Calvo (“Viaje a la habitación de una madre”), Carme Balagué (“Nadie es perfecto”), María Lanau (“Hermanas”), Ramon Agirre (“Las 13 rosas”), Xavier Deltell (“Torrente” 3 y 4)  y César Tormo (“Vasil”).

Inspirada en muchas historias reales y con vocación de servir de

 inspiración a otras muchas, “Norberta” explica con honestidad y sencillez lo que ocurre cuando nos atrevemos a abandonar la impostura para ser sencillamente lo que somos, no solo cuando nos miramos al espejo, también cuando nos presentamos ante los demás reclamando la comprensión y el amor que estamos seguros de merecer.

Norberto lleva toda una vida casado con María. Son una pareja humilde, de barrio, que sobrevive con lo justo y de vez en cuando lleva a cabo pequeños atracos nocturnos en los que Norberto participa vestido de mujer; solo se llevan la recaudación de la caja, sin causar víctimas, para “redondear” los finales de mes, e incluso para echar una mano a algún amigo en apuros. Tienen una hija y una nieta adolescente. Pero ha llegado el momento en que Norberto confiesa a su mujer que necesita dar un giro para sentirse vivo, libre, para convertirse en Norberta, aspiración que en realidad lleva arrastrando desde la infancia, cuando aparecía en las fotos familiares con ropa “de chica”.

Película sobre el género y sus variopintas realidades que se desarrolla saltando de la comedia al drama, y que gira en torno a la “transición” que hace Norberto para convertirse en Norberta. Un camino que recorre junto a “los de siempre”–familia y amigos- quienes, pese al estupor, la negación y la sorpresa iniciales, acaban asumiendo que cada cual –en cualquier momento, a cualquier edad, y lo mismo si acaba de despertar de la adolescencia como si es un respetable abuelo- tiene derecho a ser lo que siente.

Evidentemente esa realidad no es un camino sencillo, pero las directoras de esta película que rezuma amor y comprensión han optado por privilegiar los momentos de amor y solidaridad.

 

(1) “Norberta” se puede ver en los cines de Madrid a partir del jueves 25 de julio de 2024

lunes, 22 de julio de 2024

„¿Quien teme al pueblo de Hitler?“, o la necesidad de que los pueblos asuman su historia

“Una vez terminada la guerra, aquellos adultos se limitaron a poner el reloj a cero, como si la época nazi nunca hubiera existido. Pero la época nazi había existido y estaba en todos ellos“.

 


Hitler solo volvió una vez a Braunau, el pueblo austriaco muy cercano a  la frontera alemana donde había nacido (“un lugar que muchos austriacos querrían empujar hacia Alemania” intentando deshacerse de la parte del peso de la historia que les corresponde). Para entonces, Hitler ya se había convertido en el Führer asesino y ni siquiera se dignó hacer un alto par a mirar la que había sido su casa que, cuando nació el fundador del Partido Nacional Socialista, era “una ciudad socialdemócrata y obrera, donde gran parte de la vida giraba en torno a una gran fábrica que empleaba entre cuatro y cinco mil trabajadores”.

“Quien teme al pueblo de Hitler?” (Wer hat Angst vor Braunau?), el último largometraje del cineasta Günter Schwaiger (“Desde que el mundo es mundo”, “La maleta de Marta”, “Ibiza Occident” , “El paraíso de Hafner”, “Tierra de nadie”), austriaco -radicado en Madrid desde hace más de 30 años-  lleva el subtítulo “Una casa y el pasado en nosotros”, llega a nuestros cines acompañado del impacto que ha causado en Alemania y en Austria.

Rodado en Braunau, en el Alto Austria, el pueblo natal del hombre que ordenó el Holocausto, que incluye imágenes del interior de la casa donde nació -conocida popularmente como “la cuna del mal”-,  apoyándose en los rumores y las polémicas que no han dejado de tenerlo como protagonista y sirviéndose de distintas voces equivalentes a diferentes  puntos de vista, el realizador de este documental –que nació y creció a 20 kilómetros de Salzburgo y a 50 de Braunau am Inn, o lo que es igual “justo entre Mozart y Hitler”- los dos ciudadanos austriacos  más buscados en Google- y en el punto exacto de lo que muchos de sus conciudadanos consideran “el origen del mal”, estigmatizado a sus habitantes y  la manera en que gestionan su pasado, intenta  buscar  las secuelas escondidas de ese pasado nazi,  y  averiguar qué parte de ese pasado sigue vigente y continúa transmitiéndose a las nuevas generaciones.

“En Austria, como en Alemania, la mayoría de los crímenes nazis quedaron impunes tras la guerra.. Desde 1955 hasta hoy, en Austria solo ha habido 20 condenas en más de mil procesos. La tragedia de Austria, quizá de casi todos los países, no es solo que se evita un análisis a fondo de los crímenes del pasado; la tragedia es que los conflictos no resueltos se trasladan a las generaciones futuras”, lastrando sus vidas una y otra vez”

 ¿Por qué hasta ahora no se ha hecho en Austria una película sobre el lugar del nacimiento de Hitler? Esta fue la pregunta que se hizo el director Günter Schwaiger cuando en 2018 empezó a trabajar en la película. Poco antes, en 2016, el gobierno de la República de Austria había expropiado la casa, oficialmente “para evitar que caiga en las manos equivocadas”, después de que circularan rumores acerca de que querían comprarla un diputado de la Duma rusa y una oscura asociación alemana, y de que algunos responsables políticos abogaran por convertirla en una comisaría de policía.

 

Un artículo del diario “Braunauer Warte am Inn” del 10 de mayo de 1939 cuenta que “el jefe ha puesto su casa natal a disposición de la dirección del distrito. Su deseo es que se transforme en oficinas… » Adolf Hitler quería que la casa situada en la calle Salzburger Vorstadt  número  5 se utilizara con fines administrativo: “Es una ironía que sean casi idénticas las intenciones del dictador y la de los actuales representantes de la República”, dice el historiador Florian Kotanko, responsable de los archivos municipales de Braunau.

 

Con una mirada muy personal, durante cinco años Gunter  Schwaiger acompañó las distintas opciones barajadas en torno a la reutilización de la casa natal de Hitler. Desde el cuestionamiento del cliché de la "ciudad nazi" hasta algunos  sorprendentes e indignantes descubrimientos, el camino recorrido acabó conduciéndole a su propia historia familiar.

 

A través de este largometraje tan sentido,. Schwaiger plantea "la metáfora de un país que sigue cambiando fachadas en lugar de profundizar en su historia como nación de descendientes de nazis, y simpatizantes de ellos. La memoria enterrada de los verdugos, y la dificultad de enfrentarse a todo ello como país, confiere a la película un mensaje universal".

Cuatro años después de debutar en el cine con el drama “The Diver Inside” (un psicothriller sobre los efectos, la represión y la aceptación de la violencia familiar, contado por diferentes personajes implicados), el realizador Gunter Schweiger cuenta ahora, en “Quién teme al pueblo de Hitler?” (1) una historia controvertida a través de diversos puntos de vista, entre ellos los de sus padres-que eran niños durante el nazismo, fallecidos hace diez años- , su hermano Erwin, propietario de una granja vecina, la educadora Melanie Klein quien, en una escuela local, inicia con alumnos adolescentes un debate sobre el papel de los espectadores de tragedias o el centenario Léa Olczak, niño en la época nazi y más tarde adjunto al alcalde de Braunau,  creando un puzle de vivencias y sentimientos a los que añade su experiencia personal mediante imágenes que compara con las que le proporcionaron otros habitantes de la ciudad y  algunos de los muchos turistas que acuden al lugar para fotografiarse junto a la piedra que, en la acera frente al portal de la casa, no habla de quien fuera su inquilino sino que recuerda a los millones de muertos del nazismo que nunca podrán acercarse hasta allí para visitar Braunau.

A la pregunta que plantea el documental sobre quien teme al pueblo, y a la casa de Hitler, la respuesta es evidente nadie, nadie teme ni al pueblo ni a la casa, sino lo que representan. Pero ¿qué razones hay para condenar un lugar cuyo único delito es que en su interior vivió un niño durante tres años? La respuesta está en el temor a que se convierta en lugar de peregrinación para neonazis.

 Hasta el punto de que un responsable ministerial ha avanzado la necesidad de “neutralizar” el lugar y retirar la piedra que en la acera recuerda los crímenes nazis; neutralizar incluso los escombros de una posible demolición, eliminándolos “en secreto”.

Algunos analistas políticos actuales creen que ni siquiera una renovación evitaría la metáfora en que se han convertido la casa y el pueblo, al que cada 20 de abril –fecha del aniversario de Hitler- acuden desde Alemania dos individuos que plantan una corona sobre el alfeizar de una ventana de la planta baja del edificio, encienden algunas velas “y se dejan entrevistar por la prensa local. La policía no les detiene, y tranquilamente se marchan después a Munich para participar en otra ceremonia. Más tarde, llegan algunos agentes de civil. Los que encendieron las velas serán condenados a tres años de cárcel por ‘reactivación”. (y llegados a este punto, suenan los aplausos del público en los varios festivales que ham exhibido el documental).

El profesor Embacher, historiador de la Universidad de Salzburgo, tiene una explicación: lo que pesa “son los conflictos no resueltos, transmitidos a las siguientes generaciones. La casa es un símbolo que debe ser normalizado, no borrado ni exaltado  La casa, que se ha convertido en un estigma para los habitantes de la ciudad, es también un controvertido lugar al que acuden a ‘rezar’ tanto los nostálgicos del nacional socialismo como quienes condenan firmemente el totalitarismo”.

"Braunau", dice el realizador Schwaiger, "me abrió los ojos". El resultado de su trabajo es una película didáctica que debería formar parte del material recomendado a los estudiantes de secundaria de toda Europa. El mensaje que muy inteligentemente transmite va en el sentido de que los hechos, de cualquier índole que sean, no pueden ocultarse detrás de las fachadas, por mucho que se remodelen o repinten. La Comisión austriaca de cine para jóvenes lo recomienda « a partir de los 14 años » subrayando que « gracias a una descripción diferenciada de testimonios contemporáneos el pasado se hace tangible (…) La película demuestra de manera impresionante cómo la complicidad de las generaciones pasadas moldea las siguientes”.  

“En mi primera película rodada en Austria- ha comentando el realizador- he tenido ocasión de comprobar hasta qué punto mi país ha progresado en el proceso de reconciliación con los nazis”.  A veces, ante historias como la de este documental nos preguntamos si son ciertas o forman parte de la ficción. Pero no hay duda: estamos ante una de las que retratan la realidad tal y como es,  por dolorosa que resulte y por lejana que parezca

(1) El documental “¿Quién teme al pueblo de Hitler?”, que recomendamos encarecidamente dadas las muchas similitudes con nuestra propia historia, y la de otros países europeos, se estrena en Madrid el próximo viernes 26 de julio de 2024.