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Frontera franco-italina del col d'Agnel |
Benoît Ducos, socorrista y encargado de
seguridad de las pistas en Briançonnais (Hautes-Alpes), junto a la frontera
franco-italiana, tiene que responder ante la policía francesa de fronteras de
un « delito de solidaridad », por el que fue detenido la noche del
pasado 11 de marzo. En resumen, lo que Benoît hizo fue llevar en su coche, al
hospital de Briançon, a una familia de cuatro personas sin papeles que acababan
de atravesar la frontera con Italia. Eran un hombre, dos niños de 2 y 4 años y
una mujer embarazada de ocho meses y medio, que tenía contracciones.
El testimonio de Benoît Ducos es
terrible : « La madre estaba encinta. Le acompañaban el marido y dos
niños. Acababan de atravesar la frontera en medio de una tempestad, con las
maletas en una mano y los niños en la otra. La madre estaba agotada, no podía
dar un paso más”.
Hicieron el viaje hasta el hospital
contando el tiempo entre las contracciones. A cuatro kilómetros de Briançon, el
coche tuvo que pararse en un control aduanero. El conductor insistió en la
necesidad de llevar a la mujer al hospital, pero se encontró con la negativa de
los aduaneros. Al diario digital Hiffngton Post, Benoît Ducos ha explicado la
tozudez de los agentes, intentando aplicar los protocolos establecidos mientras
la madre se retorcía de dolor sentada en la parte trasera del vehículo:
“Estuvimos a punto de que ocurriera una catástrofe”.
Según su relato, los bomberos llegaron
una hora más tarde y trasladaron a la mujer al hospital donde se le practicó
una cesárea y dio a luz un niño. También ha dicho que, a petición de los responsables
del hospital, el padre y los niños no serán devueltos a Italia y de momento permanecerán
junto a la madre.
La prefectura de Hautes-Alpes ha negado
este relato de los hechos, asegurando que los agentes actuaron con humanidad y
respetando las leyes de la República.
El socorrista no acusa a los aduaneros
sino “al sistema legal que no se corresponde con la gravedad de la crisis
humanitaria que tiene lugar en territorio francés. Los aduaneros aplican consignas sin
reflexionar”.
“No son excesivos, aunque tampoco excepcionales–escriben
en la página web del canal internacional France 24- los ejemplos de este tipo
en la frontera franco-italiana que va de Hautes-Alpes a Alpes-Maritimes. Las
asociaciones que ayudan a los migrantes denuncian ‘persecuciones en moto-nieve’
y ‘devolución de mujeres embarazadas en plena noche”. En febrero de 2018,
Amnistía Internacional estimaba en 27.000 el número de migrantes y refugiados
devueltos a Italia entre enero y julio de 2017, “incluidos menores no
acompañados”, sin respetar su derecho a solicitar asilo en Francia.
Benoît Ducos se arriesga, por su “delito
de solidaridad”, a que le condenen a 5 años de cárcel y multa de un máximo de
30.000 euros, que es la pena para quienes “pasan” ilegalmente migrantes. En el próximo
mes de mayo, el Parlamento francés tiene que estudiar una propuesta de los grupos
comunista y ecologista para suprimir el “delito de solidaridad”, que debería
quedar en vigor únicamente para quienes lo ejerzan con “ánimo de lucro”.
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