Está dispuesto a entregarse a la policía británica si la ONU no le da la razón
En caso de que el grupo de trabajo
de la ONU sobre detenciones arbitrarias dictamine en contra suya, Julian
Assange -el fundador de Wikileaks que lleva tres años refugiado en la Embajada
de Ecuador en Londres- piensa entregarse a la policía británica, según ha
anunciado el 4 de febrero de 2016 y han difundido los medios internacionales.
La decisión se espera para el viernes 5. La BBC ya ha adelantado que la ONU le
va a dar la razón.
"Si mañana la ONU anuncia que
he perdido mi reclamación contra el Reino Unido y Suecia, saldré de la embajada
a mediodía para que la policía británica me detenga”, ha dicho en un
comunicado. “Sin embargo, si gano la causa y se reconoce que esos estados han
actuado ilegalmente, espero que me restituyan inmediatamente el pasaporte y
pongan fin a todos los intentos de detenerme”.
Assange, australiano de 44 años,
está acusado por una mujer sueca de violación (exactamente, al menos hasta hace
poco, de “penetración no consentida”), cometida en agosto de 2010. En los
comienzos del caso, plagado de complicaciones diplomáticas y jurídicas, las
mujeres, que entonces eran dos, manifestaron que habían consentido tener
relaciones sexuales con Assange pero que después él había insistido en repetir,
esta vez sin su consentimiento. Por su parte, él se ha declarado siempre
inocente.
Objeto de una orden de detención
europea, lleva recluido en la Embajada de Ecuador en Londres desde el verano de
2012; ningún otro país quiso entonces acogerle. Se niega a ser trasladado a
Suecia porque teme que desde allí le extraditen a Estados Unidos, donde tendría
que responder de la publicación en Wikileaks de más de medio millón de documentos,
considerados secretos de defensa, sobre Irak y Afganistán, y de 250.000
telegramas y comunicaciones diplomáticas.
En septiembre de 2014, Julian
Assange presentó una denuncia contra Suecia y Gran Bretaña ante el Grupo de
Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias (WGAD), organismo dependiente de Naciones
Unidas, pidiendo que su encierro en la embajada ecuatoriana sea considerado
detención ilegal.
En una carta abierta publicada en
el diario Le Monde el 3 de julio de 2015, Julian Assange pedía al gobierno
francés que hiciera un gesto humanitario y “le acogiera en su territorio”. El
Eliseo tardó menos de una hora en responder negándose a las pretensiones de
Assange, que algunos medios galos interpretaron, erróneamente, como una
petición de asilo. Poco después, el digital Mediapart aseguraba que desde la
presidencia del gobierno indicaban a Assange que, en caso de desearlo,
presentara una demanda de asilo en regla…añadiendo que, sin ninguna duda, la
rechazarían lo mismo que habían hecho con los deseos manifestados en la carta
abierta.
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