Médicos sin Fonteras (MSF) informa
el 15 de febrero de 2016 de la muerte de al menos siete personas, y la
desaparición de otras ocho, tras el bombardeo de un hospital de la provincia de
Idlib, en el norte de Siria, bombardeado en la mañana de ese mismo día. Entre
los muertos hay cinco pacientes, un acompañante y uno de los guardias del
hospital. Los ocho desaparecidos, a los que ya se da por muertos, pertenecen al
personal del centro. También parece que se ha echado en falta a otros
pacientes, aunque de momento no es posible dar una cifra exacta.
Situado en Ma’arat Al Numan, el
hospital fue alcanzado por cuatro misiles en dos series de ataques, efectuados
con pocos minutos de intervalo. Al mismo tiempo, en la región han sido atacados
otros quince edificios.
“La destrucción de este hospital
deja sin atención médica a las 40.000 personas que viven en esa zona de
conflicto abierto”, ha lamentado Massimiliano Rebaudengo, jefe de misión de MSF.
El hospital de Ma’arat Al Numan
contaba con 30 camas y tenía 54 personas trabajando en él; disponía de dos
bloques quirúrgicos, un servicio de consultas externas y una sala de urgencias.
Al servicio de consultas externas acudían una media de 1.500 pacientes al mes,
la sala de urgencia recibía unas 1.100 consultas mensuales y se efectuaban
alrededor de 140 operaciones de cirugía ortopédica cada treinta días. MSF
colaboraba con la institución desde septiembre de 2015, principalmente
proporcionándole material médico y corriendo con los gastos de funcionamiento.
El hospital Al Salamah, situado a unos 100 kilómetros y con el que también
colabora MSF ya se ha hecho cargo de diez heridos de guerra.
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