“Los
polacos sienten envidia hasta de los fracasos ajenos”
Basada en hechos reales, Dioses (Bogowie)
cuenta la historia del profesor Zbigniew Religa, cirujano autor del primer
trasplante de corazón humano en la Polonia en los años 1980. En contra de la
opinión de sus colegas, y luchando por sacar adelante su propia clínica, el
cardiocirujano Religa consiguió poner en pie un equipo de especialistas en el
Hospital Cardiológico de Zabrze, Alta Silesia, que inventaron el primer corazón
artificial polaco y fueron capaces de enfrentarse a las trabas administrativas,
burocráticas y éticas (más precisamente religiosas católicas) de un país que
difícilmente podía admitir que algunos hombres consiguieran llevar a cabo con
éxito un “acto contra natura” del calibre de un trasplante de corazón; o lo que
es lo mismo devolver la vida a un paciente tras dejarle biológicamente muerto
durante unos minutos (aunque la película no lo cuenta, porque es otra historia
y sucedió veinte años más tarde, en 2001 el mismo profesor Religa fue el primer
especialista que inyectó directamente en el corazón de un enfermo un preparado
que provoca el desarrollo espontáneo de nuevos vasos sanguíneos). El profesor
Religa pagó un alto precio por su osadía, incluso tuvo que defenderse de la acusación
de estar traficando con órganos…y de asesinar a pacientes “clínicamente
muertos” para usar su corazón en un trasplante.
Religa era un hombre muy alto y
delgado que caminaba un poco encorvado, habitualmente distendido y sonriente,
fuera del quirófano fumaba como una chimenea. Permitía que los jóvenes
cirujanos operaran, les animaba a tomar decisiones y a asumir su
responsabilidad. En contra de lo que era habitual en un cuerpo tan cerrado como
el de los especialistas médicos, Religa educó sucesores, jamás tuvo miedo de la
competencia. Las enfermeras le respetaban. Los pacientes le defendían,
convencidos de que iba a hacer todo lo posible para salvarles, y decían de él
que era “un hombre santo”, lo que en Polonia es decir mucho.
Emocionante y contada con fuerza,
Dioses es la última película de Lukasz Palkowski (Rezerwat). Tomasz Kot (La
guerra de la mujer-hombre, El fotógrafo, Premio de la Academia de Teatro de
Cracovia 2001) es el profesor Religa en una ficción donde aparece rodeado de un
puñado de ajustados personajes secundarios (pacientes, médicos, enfermeras y
auxiliares) que giran en torno al único héroe de esta película, que no quiere
ser una autobiografía sino un instante en la historia de un país muy peculiar
(entre otras cosas porque durante siglos los polacos no sabían lo que iban a
ser a la mañana siguiente).
Religa es el selfmade man, el
hombre que se hace a sí mismo en contra de la opinión general, un ejemplo de
voluntad, obstinación y coherencia, en los momentos del tardocomunismo –cuando
todavía la política era un obstáculo a la religión-, que en la película aparece
en forma de iconografía de la época (un Fiat 125, una taza de café, fotografías
amarillentas…) y de expresiones lingüísticas que la crítica polaca ha detectado
inmediatamente. La misma crítica que afirma: “La medicina aparece en Dioses
como el quinto poder. En una escena el médico hace huir a los agentes de su
servicio personal de seguridad. La autoridad del médico le permite abandonar
los prejuicios, ignorar la política y la religión en interés de los pacientes.
Ser un héroe carismático portador de un mensaje siempre positivo…seguramente
una rareza en el cine polaco».
No hay comentarios:
Publicar un comentario