Nayib Bukele, presidente de El Salvador
El próximo 7 de
septiembre de 2021 El Salvador será el primer país que haga del bitcoin una
moneda de curso legal. Eso es, al menos, lo que su joven presidente, Nayib
Bukele, anunció durante la conferencia « Bitcoin 2021 », reunión
anual dedicada a las criptomonedas que se celebró los pasados 4 y 5 de junio en
Miami. Un anuncio que inmediatamente tuvo su repercusión legislativa en la Ley
aprobada el 9 de junio por 64 parlamentarios de los 82 que componen la Cámara
salvadoreña.
Los medios económicos internacionales han criticado la
decisión del presidente salvadoreño argumentando para empezar que solo el 45%
de la población salvadoreña tiene hoy acceso a Internet y solo hay dos
terminales en todo el país para cambiar los bitcoins en dólares, o comprar
bitcoins pagando en dólares (a lo que el gobierno de Bukele responde anunciando
una inyección de un millón de dólares para la construcción inminente de 1.500
terminales).
Otro argumento en contra es que los países en que un
porcentaje significativo de la población ha adoptado el bitcoin como medio de
pago han sufrido una fuerte inflación (es el caso de Líbano, Nigeria o
Venezuela, según el artículo publicado en el digital The Conversation por Jean-Michel
Servet, profesor honorario del Institut de hautes études internationales et du
développement, IHEID).
Y también porque dudan de que El Salvador, donde el 70%
de los habitantes carecen de cuenta bancaria y el 30% de la población vive por
debajo del umbral de la pobreza, “sea capaz de crear las condiciones técnicas
para un uso generalizado del bitcoin, y su aceptación social”.
Quizá porque comparte en parte esas dudas y para
favorecer el uso de la criptomoneda, el gobierno de El Salvador anuncia que va
a regalar el equivalente de 30 dólares en bitcoins a los ciudadanos que se
registren en una aplicación llamada Chivo, un monedero electrónico que permite
hacer pagos y recibir ingresos.
Todo parece indicar que los habitantes del país lo
tienen menos claro que su presidente: « según la Cámara de Comercio del
Salvador el 93%, de más de 1.600 entrevistados, se muestra contrario a aceptar
el bitcoin y el 93,5 % declaran que no quieren ser pagados en bitcoins ».
Un estudio del Citizens Research Center (CEC), de la Universidad Francisco de Gavidia, da como resultado que el
53,5 % de los salvadoreños piensan que « no son correctas las medidas
adoptadas para establecer el bitcoin como moneda de curso legal ».
« ¿Por qué –se pregunta el profesor Servet- el
país se lanza a lo desconocido al hacer de la criptomoneda una divisa oficial ?.
Uno de los principales argumentos del gobierno salvadoreño es que la medida va
a reducir el coste de las transferencias de los emigrantes, que en 2019
representaron el 20,9% del PIB”. Esas transferencias de los salvadoreños que
viven y trabajan fuera del país llegan a un millón de familias que, de media,
reciben 195 dólares mensuales. “Hace
veinte años, dada la importancia de las “remesas” que llegaban de los migrantes
salvadoreños instalados en Estados Unidos, El Salvador, lo mismo que Ecuador,
cambió su moneda nacional por el dólar”.
Siempre según el gobierno, la adopción del bitcoin debe igualmente impulsar
la economía del país « cuyo gasto público en educación ha disminuido del
4,6% al 3,6% del PIB desde 2010 y el gasto en sanidad ha caído del 8,24% al
7,1% del PIB”.
Recordemos que el
índice de criminalidad de El Salvador –donde las bandas de delincuentes,
conocidas con el nombre de « maras », causaron en 2016 más de un 80% de asesinatos por
cada cien mil habitantes- es uno de los
mayores del mundo. Y que, copiando el modus operandi de algunos gangs de países
occidentales, las maras han incorporado
a su panoplia de delitos los ciberataques con su correspondiente exigencia de
rescates, como le ocurrió recientemente a la compañía petrolera estadounidense Colonial
Pipeline.
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