Opera prima de Lucía
Alemany con Laia
Marull, Sergi López, Joel Bosqued y la joven promesa Carmen Arrufat es una
película fresca y sincera, un drama optimista sobre la adolescencia, que
respira libertad y aborda con naturalidad temas reales.
Lis, es una adolescente que sueña
con convertirse en artista de circo y salir de su pueblo, aunque sabe que para
conseguirlo tendrá que pelearlo duramente con sus padres. Es verano y se pasa
el día jugando en la calle con sus amigas y tonteando con su novio, unos años
mayor que ella. La falta de intimidad y el chismorreo constante de los vecinos
obligan a Lis a llevar esa relación en secreto para que sus padres no se
enteren. Pero acaba el verano y Lis descubre que está embarazada
"La inocencia" parte de la
experiencia personal de su directora, que regresa a la pequeña localidad de
Traiguera (Castellón) para contar sus años de adolescente. Escenarios reales, mucha
improvisación y actores –profesionales y no- que se desenvuelven con soltura
entre verbenas, procesiones y encierros. Cualquiera que haya pasado la infancia
en un pueblo se sentirá familiarizado con el argumento de esta película, donde
son más las cosas prohibidas que las que se pueden llevar a cabo.
Conservadurismo, maledicencia, nada que no sea el pan nuestro de cada día en la
microsociedad que es un pueblo, por turístico y “abierto al mundo” que se
pretenda.
Fácilmente reconocibles ese padre tirando
a bruto que al final hace siempre lo que quiere su mujer, y esa madre, herida
en lo que considera su fracaso, que reacciona de la única manera posible entre
personas civilizadas: con la solidaridad de género que se le supone. Y esa niña
que, de la manera más inconsciente, se convierte en adulta de un día para otro,
cuando ni siquiera he tenido tiempo de estrenar sus ilusiones.
Lo mejor de todo, la espontaneidad de la
protagonista, Carmen Arrufat, un descubrimiento.
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