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Shah Marai, AFP Kabul |
Seis periodistas, entre ellos el jefe de fotografía de la delegación de
la Agencia France-Presse, Shah Marai, se encuentran entre las 25 personas
asesinadas en un doble atentado suicida, cometido este 30 de abril de 2018 en
Kabul, que ha sido inmediatamente reivindicado por Daesh, en un comunicado en
el que denuncia a “los apóstatas de las fuerzas de seguridad y de los medios de
comunicación”.
Según fuentes oficiales, el segundo de los atentados iba directamente
dirigido contra los periodistas. Una fuente de la seguridad ha dicho
que el kamikaze del segundo atentado se había infiltrado entre los reporteros
“provisto de una cámara”.
A mediodía, el Ministerio del Interior afgano facilitaba un balance de al
menos 25 muertos y 49 heridos: “Entre los muertos en las dos explosiones
figuran cuatro policías y seis periodistas”, según el portavoz Najib Danish.
Shah Marai, de 40 años y jefe de
fotografía de la delegación de la Agencia France-Presse (AFP) en Kabul, donde
llevaba trabajando desde 1996, acudió al lugar de la primera explosión para
informar, resultando muerto en la segunda deflagración, que tuvo lugar media hora
después. Deja seis hijos, el último de pocas semanas.
Los otros cinco periodistas que han
resultados muertos, todos ellos víctimas de la segunda explosión, trabajaban en televisiones afganas; uno de
ellos era reportero del canal Tolo News, que ya resultó afectado en un atentado
de los talibanes en 2016, que causó siete muertos.
La dirección de la ha recordado « el valor, el
profesionalismo y la generosidad » de su periodistas que había cubiero
decenas de atentados “antes de resultar víctima de la barbarie”. Numerosos
mensajes de simpatía y condolencia están llegando a la oficina de la agencia en
Kabul que en marzo de 2014 sufrió la pérdida de otro periodista, Sardar Ahmad,
que perdió la vida junto con toda su familia, excepto un niño de tres años, en
un atentado talibán.
Según la Organización de Naciones
Unidas (ONU), Kabul es hora el lugar más peligroso de Afganistán par los
civiles, ya que se está produciendo una recrudescencia de atentados que reivindican
indistintamente los talibanes y el Daesh. En los tres primeros meses de 2018,
han muerto 763 personas y 1.495 han resultado heridas en atentados dirigidos
deliberadamente contra civiles. El último en el tiempo el que tuvo lugar el
domingo 22 de abril, que causó 60 muertos y 20 heridos en un barrio de mayoría chií:
un kamikaze del Daesh se explotó junto a un centro de expedición de carnets de identidad, necesarios para
participar en las elecciones legislativas previstas para el próximo 20 de
octubre. El 27 de enero tuvo lugar uno de los ataques más letales: la explosión
de una ambulancia-bomba causó 103 muertos y más de 150 heridos.