![]() |
Foto Pressenza |
Como cada primer jueves de mes
desde 2015, en la Piazza Scala de Milán ha tenido lugar el 2 de noviembre de
2017 el acto conocido como “Marcia dei nuovi Desaparecidos” (Marcha de los
nuevos desaparecidos), cuyo objetivo es denunciar la desaparición de miles de
personas en el Mediterráneo, informa la agencia Pressenza.
La Marcha se inspira en las
organizadas en Buenos Aires por las Madres de la Plaza de Mayo. El Mediterráneo
está considerado ya como la mayor fosa común después de la Segunda Guerra
mundial.
El acto consiste en dar una
vuelta por la plaza, delante del Palacio Marino, sede del Ayuntamiento,
pidiendo Verdad y Justicia y exhibiendo las fotografía de migrantes argelinos y
tunecinos desaparecidos, entregadas por sus familiares a la Red Milano senza
frontiere.
Este jueves, junto al padre de un
joven argelino cuya desaparición se denunció en 2007, y la mujer de un tunecino
desaparecido en 2011, han participado en
la marcha Om Elkhir Ouirtatani, representante de la asociación El Massir, de
Túnez, y Bouk¡bekeur Seddik Sabouni, representante del Colectivo de Familias de
los Harraga de Annaba (Argelia). Después, los concentrados han podido escuchar,
vía skipe, las palabras de Feric Charden Datchoua, camerunés representante de
la Asociación para la sensibilización de las poblaciones víctimas de las
fronteras, quien no ha podido acudir porque la embajada italiana le ha negado
el visado.
Al finalizar el acto se ha
presentado el proyecto Missing at the borders, una página web creada para
recoger en vídeo los testimonios de las familias de los migrantes muertos y
desaparecidos, promovido por activistas y militantes de diversas redes
antirracistas y antixenófobas de ambos lados del Mediterráneo.
El Mediterráneo es ahora un “cementerio a cielo abierto.
Desde 2000 se han contabilizado más de 35.000 muertes y desapariciones. En 2016
se alcanzó la cifra record de más de 5.000 migrantes muertos, según la
Organización Internacional para las Migraciones (OIM). En los tres primeros
meses de 2017, la cifra se ha acercado a los 800. Según la doctora Cristina
Cattaneo, profesora del Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Milán,
el 60% de los desaparecidos no se identifican. Con frecuencia, una vez
recuperados, los cadáveres se entierran anónimamente o se dejan en el fondo del
mar. Esta especialista forense ha creado un laboratorio móvil que actualmente
se concentra en un centenar de cadáveres, recuperados en 2015. ”Es –ha dicho-
un desastre que dura desde hace años. Y, al contrario que en otros desastres,
no se ha hecho nada, no se ha invertido nada de
dinero, todo el trabajo lo hace gratuitamente la universidad. Pero no va
a durar eternamente”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario