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El dictador Obiang y su hijo corrupto en la sede de la ONU |
En el proceso conocido como de
“bienes mal adquiridos”, iniciado en París en
junio de 2017, la justicia francesa ha condenado, el 27 de octubre, a
tres años de cárcel –con el cumplimiento de la pena en suspenso- y una multa de
30 millones de euros –también suspenso- al vicepresidente ecuatoguineano, Teodorín
Obiang, de 47 años, primogénito del dictador Teodoro Obiang, por blanqueo y abuso de bienes sociales,
desvío de fondos públicos, abuso de confianza y corrupción.
Ambos mandatarios, padre e hijo,
figuran en los primeros lugares de todas las listas de corruptos reconocidos
internacionalmente. Al filo de los años, Teodorín Obiang se había hecho en
Francia con un escandaloso patrimonio.
El tribunal ha ordenado también
la confiscación del conjunto de los bienes embargados anteriormente al político
guineano, entre los que hay muebles, cuadros, automóviles de alta gama y una
suntuosa mansión-“hotel particular” lo llaman en Francia- en la lujosísima
Avenue Foch, en París.
Mientras que la defensa del
político guineano ha anunciado que va a apelar la sentencia, intentando de paso
recusar al tribunal por “injerencia en los asuntos de un estado soberano”, el
propio tribunal ha estimado que es competente para juzgar a Teodorín Obiang
porque solamente se ha interesado por la “infracción de blanqueo cometida en
Francia” para su “uso personal”.
La instrucción ha establecido que
entre 2000 y 2001, el vicepresidente guineano compró en Franci –directamente o
a través de intermediarios y sociedades pantalla- un importante patrimonio
mobiliario e inmobiliario, cuya pieza maestra es el palacete de 2.835 metros
cuadrados y 101 habitaciones (y en el que el agua salía por grifos de oro)
en la Avenue Foch, por el que pagó 25 millones de euros y en el que realizó
obras por otros 12 millones, además de doce automóviles de lujo, comprados por
un total de 7,5 millones de euros, obras de arte, joyas y ropa de marca. Se
sospecha que ha pagado todos esos gastos con el producto de “la corrupción, el
desvío de fondos públicos y otros delitos cometidos en Guinea Ecuatorial (…)
Habría recurrido entre otras cosas a efectuar trasferencias desde una cuenta
abierta en el banco Sociedad General de GuineaEcuatorial por la compañía Somagui Forestal, que
controlaba como Ministro de Agricultura y de bosques. Obligaba a las compañías
forestales que operan en su país a pagarle, directamente o a través de Somagui,
cantidades de dinero a cambio de los permisos para exportar madera, según
declaraciones del presidente de esa sociedad”. (cf. Le Monde).
Teodorin Obiang tiene pendiente todavía otra causa en Suiza,
donde la justicia abrió una investigación en noviembre de 2016 por “Corrupción”
y “blanqueo de dinero”. La fiscalía de Ginebra tiene embargados un barco y once
vehículos de lujo de su propiedad.
« El dinero cae
sobre algunos hombres como una moneda en una alcantarilla »
El 6 de julio pasado, en pleno proceso de los “bienes mal adquiridos”, el
diario NouvelObs publicó un artículo firmado por los periodistas Caroline Michel, Mehdi Benyezzar y Céline
Lussato , que comenzaba con esta frase de Séneca
pronunciada el día anterior en la sala por el abogado de la parte civil William
Bourdon, representante de las ONG’s
Transparency International y Sherpa, quien definió al acusado (ausente)
como “un cleptócrata” y “pequeño Ubu rey de carnaval y de
casino”
« En nombre de pretendidas relaciones
diplomáticas privilegiadas, –escriben los autores del artículo- de esta
Franc-Africa (Africa francófona) convertida en
el « tapavergüenzas » de Africa, durante mucho tiempo los
sucesivos gobiernos han acogido con los brazos abiertos las fortunas ilícitas y
han visto como prosperaban. ‘Era la impunidad absoluta’, ha añadido el fiscal
en su requisitoria contra Teodorin Obiang quien entre 1997 y 2011, cuando era
Ministro de Agricultura en su país, invirtió en Francia 150 millones de euros”.
Teodorin
Obiang pasaba temporadas en París, en Malibú, en Brasil… lugares en los que
posee magníficas propiedades, « su patrimonio imobiliario está estimado en
100 millones de euros », según la edición francesa de Global Voices.
« Cuando todavía podía salir de su país (ahora no puede porque sobre él
pesa una orden de detención internacional), lo hacía con millones de dólares en
efectivo, en sus maletas”.
La justicia francesa está investigando también si los
patrimonios que otros dirigentes africanos poseen en Francia se han creado
gracias a los fondos públicos desviados de sus países, y entre ellos los de
familiares de Denis Sassou Nguesso (ex
presidente de la República Popular del Congo y
presidente en ejercicio de la República del Congo desde 1997, fecha en
que derrocó con un golpe militar al
presidente Pascal Lissouba,9), Omar Bongo (presidente de la República de Gabón
hasta su fallecimiento en Barcelona en 2009, donde se había hospitalizado para
que le trataran un cáncer, evitando hacerlo en Francia donde estaba denunciado
por “bienes mal adquiridos”), y François Bozizé presidente de la República
Centroafricana llegado al poder con un golpe de estad el
15 de marzo de 2003 y derrocado el 24 de marzo de 2013, quien actualmente vive
exiliado en Camerún.
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