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Manifestación de mujeres en Cachemira (foto Global Voices) |
En el transcurso de los dos últimos meses, al menos
200 mujeres del Cachemira indio han denunciado haber sido agredidas en plena
calle, por individuos enmascarados, que después les han cortado las trenzas,
informa el 1 de noviembre de 2017 el periodista que firma Rezwan en la
publicación digital francesa Global Voices.
Según las declaraciones de varias de las víctimas, los
emboscados les han tenido una trampa cerca de sus domicilios. En algunos de los
casos, les pulverizaban encima productos químicos que les hacían hecho perder
el conocimiento.
Hay que tener en cuenta que, en Cachemira, el largo de
los cabellos de la mujer se asocia con su honor. A pesar del gran número de
agresiones denunciadas, las autoridades no han resuelto ninguna por lo que en
la región –famosa por su inestabilidad política y social- está aumentando la
tensión y se multiplican las manifestaciones de protesta.
Muchos habitantes de la zona, acostumbrados a vivir
con fuerte presencia militar en sus calles, dudan de que las fuerzas de
seguridad ignoren, como aseguran, la existencia de estos ataques a las
mujeres ; algunos acusan directamente al gobierno de orquestar las
agresiones, para obligar a a población a someterse.
En el diario digital independentista The Citizien, un
tal Seema Mustafá explica: « Es difícil creer que esas personas puedan
actuar con tanta facilidad, realizar sus ataques y luego huir de Cachemira, un
país donde se persigue incluso el batir de las alas de los pájaros y los
movimientos de las hojas de los árboles. Los servicios de inteligencia, capaces
de desalojar a los manifestantes en el último rincón del país, ignoran ‘la
identidad de esas personas que siembran el pánico en la población”, y por las
que ha llegado a ofrecerse recompensas en metálico, para animar a la gente a
denunciarles.
Mucha gente piensa que resurgen las viejas tácticas de
Nueva Delhi, consistentes en engendrar miedo y psicosis en la población, para
terminar con sus deseos de libertad. Como reacción a la falta de respuesta de
las autoridades, los habitantes han empezado a organizar patrullas nocturnas,
que ya han detenido a algunos “cortadores de trenzas”, todos inocentes según la
policía
La desconfianza en las autoridades y ese terror que
están creando los ataques en Cachemira han provocado algunos incidentes de
violencia colectiva como el que terminó con la vida de un hombre de 70 años, al
que lincharon los vecinos de Anantnaq, al confundirle con un « cortador de
trenzas ».
La población del valle de Cachemira lleva tres décadas
reclamando a las autoridades indias el derecho a organizar un referendum sobre
su independencia. En este tiempo, explica el informador, han muerto más de
68.000 personas en esporádicos levantamientos populares, y en la posterior
represión de los mismos. El ejército indio ha sido acusado de repetidas
violaciones de los derechos humanos y de la desaparición forzosa de más de
8.000 personas.
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