
El vehículo efectúa un recorrido
semanal por los campos de refugiados que rodean Atenas y los barrios
desfavorecidos de la ciudad, «para hacer la cultura accesible a todos», según
ha explicado la estadounidense de 25 años Esther Ten Zijthoff, una de las
promotoras del proyecto, bautizado como “We need books” (Necesitamos libros). También
en el mismo centro de Atenas se ha instalado una biblioteca “fija”, en el local
de una ONG internacional que se ocupa de cinco inmuebles donde residen temporalmente
mujeres y niños sirios.
Los usuarios de estas bibliotecas
son refugiados bloqueados en el país desde 2015, en espera de que se resuelva
su solicitud de asilo o de poder reunirse con familiares que se encuentran en
otros países de la Unión Europea (UE). Según otra de las fundadoras, la griega
Ioanna Nissiriou, ex periodista de 38 años, “We need books” dispone de la mayor
colección de libros en persa que existe en la capital griega”, con más de 150
títulos llegados de Afganistán; el volumen más solicitado es “Las mil y una
noches”.
La biblioteca dispone también de
diccionarios ilustrados y organiza cursos de idiomas, entre otros de árabe y
francés.
“Intentando llenar el vacío dejado
por la escasez de bibliotecas públicas en Grecia -escribe Culturebox- ese tipo
de iniciativas forman parte de una plétora de proyectos solidarios impulsados
en el país por la crisis económica y la afluencia de refugiados. En la plaza
central de Atenas, la biblioteca ambulante se estaciona entre un camión que
distribuye alimentos y un furgón donde están instaladas lavadoras para uso
gratuito de los más desfavorecidos”.
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