“Llevamos desde el 20 de diciembre
de 2015 apadrinando a 616 personas (350 diputados y 266 senadores) que desde
hace más de un año no solo no cumplen su deber como gobernantes, sino que
además tampoco lo están cumpliendo como trabajadores, puesto que ni gobiernan
ni dejan gobernar”. Este es el comienzo de la petición, dirigida al Congreso de
los Diputados, que ha puesto en marcha en Change.org (https://www.change.org/p/los-diputados-y-senadores-deben-dejar-de-cobrar-su-salario-hasta-que-haya-gobierno)
la madrileña Txerra Pardinas, quien trabaja en marketing digital y cada mañana
pasa por la puerta del Congreso de los Diputados cuando se dirige a su lugar de
trabajo, y cada mañana se cabrea al comprobar que allí dentro no parece que
nadie esté haciendo nada. La historia de la reacción de esta “indignada” la
publica la periodista Elise Gazengel, en el digital francés Rue 89, que después
de ser durante varios años un brillante ejemplo de periodismo independiente
autofinanciado, ha sido adquirido por los propietarios de la histórica revista
Le Nouvel Observateur (ahora NouvelObs).
“A pesar de todo -continua la
petición- nuestros diputados siguen cobrando religiosamente un salario que
ronda los 60.000 euros brutos al año (4.600€ al mes) para los diputados y otros
56.000€ para los senadores.Son aproximadamente 30 millones de euros sin contar
extras, dietas para viajes y demás gastos superfluos para un país sin Gobierno
(…) Exigimos que hasta que haya acuerdo de gobierno. Sus señorías dejen de
cobrar el salario que nosotros les estamos pagando por hacer un trabajo que no
están haciendo. Es lo más justo y lo más responsable”.
Hasta ahora ha recogido más de
140.000 firmas, cuando llegue a las 150.000 Txerra Paradinas las depositará en
el Registro del Congreso de los Diputados.
En la petición, Txerra habla no
solo de los salarios de diputados y senadores; también se refiere a los 600.000
euros gastados en el primer trimestre de 2016 en viajes al extranjero, los 4
millones en desplazamientos interiores y las indemnizaciones “de transición”
(paro para parlamentarios) que pueden reclamar a partir del momento en que se
disuelven las cámaras (a las que, al parecer, solo han renunciado 26 diputados
de los 350 que integran el Congreso).
A todo lo anterior hay que añadir
las subvenciones a los partidos, en función del número de electos, las facturas
de electricidad, agua y teléfonos, que han alcanzado un total de 37 millones.
“El país –resume la periodista
francesa (*)- ha gastado 387 millones de euros desde diciembre de 2015, un
millón y medio diario, según cifras oficiales. El equivalente a los recortes en
sanidad efectuados en el país en 2014, más que un avión Rafale y tres veces lo
que el Manchester United ha pagado por el traspaso de Pogba”.
(*) La redactora asegura haber
contactado en distintas ocasiones con parlamentarios de todos los partidos; la
única respuesta recibida ha sido un email de dos párrafos, procedente del
gabinete de prensa de Ciudadanos:
- que “entiende el cabreo de los
españoles por el bloqueo político”, y
-que sus diputados “preparan el
trabajo legislativo, se reúnen con la sociedad civil y responden al mandato
recibido de los ciudadanos).
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