Basada en la historia real del Dr. Werner Teske, un economista con una carrera brillante por delante, reclutado por la Inteligencia de la República Democrática Alemana (Stasi) para ser enviado espía a la República Federal y posteriormente acusado de espionaje y ejecutado, la película “El espía honesto” (“Nahschuss”) es un emocionante drama, escrito y dirigida por la realizadora alemana Franziska Stünkel (“Vineta”) y protagonizado por Lars Eldinger (“El profesor de persa”, “Viaje a Sils Maria”), que –en palabras de su autora- refleja “la complejidad de existir entre dos polos: el bien y el mal, la orientación y la desorientación, la fuerza y la debilidad, la proximidad y la distancia, el autor y la víctima, la verdad y la mentira”.
El
1 de agosto de 1975, la Conferencia
sobre Seguridad y Cooperación en Europa terminó con la firma del Acta de
Helsinki, en la que treinta y cinco países reconocieron la validez de los
Derechos Humanos, renunciando a la pena de muerte. El gobierno de la República Democrática alemana, que había
firmado el Acta, se encontró ante el dilema de tener que justificar más de 150
ejecuciones de criminales nazis, delincuentes sexuales y opositores políticos;
pero lo más importante es que no estaba dispuesto a renunciar a seguir
aplicando la pena máxima. A partir de ese momento las ejecuciones, que se
declararon oficialmente como “fallecimientos por insuficiencia cardiaca”, se
llevaban a cabo mediante un disparo en la cabeza del condenado, que no veía a
su verdugo situado estratégicamente detrás. Una fórmula copiada del modelo
soviético.
En
“El espía honesto”, el ingeniero Franz Walter, que espera suceder en la cátedra
a su profesora de la Universidad Humboldt de Berlín-Este, se prepara para
viajar a Etiopía en una misión de ayuda al desarrollo, cuando recibe la oferta –más
que oferta, orden- de trabajar durante un año en la oficina de información
exterior de la Stasi, la temible policía política de la Alemania comunista.
Walter no es “trepa” ni un oportunista, aunque si un poco ingenuo, y acepta
pensando que un año se pasa rápido.
Y
a partir de ese momento su vida cambia
radicalmente para acabar convirtiéndole en una marioneta de la Stasi: de ser el
joven mimado al que proporcionan un apartamento con el que ningún ciudadano
como él podría soñar, pasan a organizarle una boda a la que no puede asistir
ninguno de sus amigos, y a enviarle en “viaje de negocios” a Hamburgo, ciudad a
la que nunca tuvo intención de ir. Su misión allí consiste en persuadir a un
futbolista de renombre, escapado de la RDA y refugiado en el Oeste, para
regrese. Y para obligarle a hacerlo, empiezan a chantajearle con su vida
privada, y a presionarle con su mujer, que permanece en el Este y a la que un
falso médico ha diagnosticado un cáncer.
En
fin, una historia de dictadura, terror y absoluta inmoralidad, con su moraleja
correspondiente: una vez que caes en las garras de una Stasi, no hay
escapatoria posible, vivirás el tiempo que te concedan en el interior de una
burbuja donde todo tiene un sentido único y el círculo se irá estrechando poco
a poco hasta acabar contigo.
Leo
en una reseña alemana que la historia que cuenta la película “El espía honesto” es la combinación de dos
casos reales: los del economista Werner Teske y el futbolista Lutz Eigendorf –ambos
procedentes de Alemania oriental- realizada por técnicos y actores occidentales.
El autor de la crítica se lamenta de que en el cine sigan existiendo “las dos
Alemanias” y de que haya una “fijación occidental con las historias de la Stasi”.
Será fijación pero la realidad es que Werner Teske fue ejecutado de un tiro en
la nuca en 1981.
Visto
desde aquí, donde también conocimos lo que es una policía política a la que se
le caían los detenidos por la ventana de la Dirección General de Seguridad (hoy
convertida en palacio para dirigentes locales), me parece válido cualquier enfoque
que se dé a la denuncia de sistemas basados en un terror invisible y
omnisciente, cuyos tentáculos llegan a los últimos rincones del territorio.
“El espía honesto” es a la vez un thriller
psicológico y un drama político de alta tensión, que relata un capítulo sombrío
de la reciente historia alemana, representado en la lucha de una persona sola
contra un poderoso aparato que cuenta con un sistema de vigilancia al que es imposible
escapar y que acaba, implacablemente, destruyendo al individuo. También es un
recordatorio de la responsabilidad de cada cual en las decisiones que tomamos.
(1)
“El espía
honesto” se estrena este miércoles, 5 de enero de 2022
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