Unos periodistas de la BBC Arabic se han hecho pasar por una pareja de Kuwait que busca
una empleada doméstica : en la aplicación 4Sale, hasta 57 contactos les
han propuesto comprar mujeres. Casi todos les han recomendado confiscar el
pasaporte de la futura doméstica, mantenerla encerrada en casa, negarle
cualquier permiso y limitar el acceso a un teléfono: ”Créame –asegura un
vendedor que dice ser policía en su país- es muy educada, tiene siempre una
cara sonriente. Incluso si tiene que estar despierta hasta las cinco de la
madrugada, nunca se quejará”.
En Kuwait –escriben en el digital Slate que ha
publicado la información- nueve de cada diez hogares poseen al menos una
trabajadora doméstica « en condiciones que están en los límites de la
legalidad cuando no son abiertamente ilegales”.
Según los perfiles y las
preferencias deseadas, incluso criterios racistas, por menos de 2.000 euros se
puede comprar una doméstica en Kuwait, Qatar, Arabia Saudí, Líbano y otros
países de Oriente Medio, donde la ley
establece que la edad mínima de una trabajadora doméstica debe ser 21 años,
pasar por una agencia oficial y estar registrada en el sistema de la kafala (forma de adopción por el que una
familia se compromete a tratar a la doméstica como si fuera su propia hija);
pero usando aplicaciones como 4Sale o Instagram que puede acceder a un mercado negro que convierte en mercancía a
esas mujeres, -cuyos rostros, clasificados por etnias, desfilan por la pantalla
del teléfono o la tablet- que pueden ser
“compradas” en países muy pobres de Africa (Guinea, Ghana, Etiopía. Sudán…) o
de Asia (Filipinas, Nepal, India…). Mujeres
que a cambio de un trabajo sin horario ni descansos recibirán unos pocos
cientos de euros, con los que a duras penas conseguirán ayudar a sus familias
en los países de origen.
El comercio ilegal de
trabajadoras domésticas, “que funciona como una red de tráfico de seres
humanos”, prospera en aplicaciones como Instagram (perteneciente a facebook),
4Sale o Haraj, disponibles en Google Play y la App Store de Google.
“Lo que hacen –advierte
Urmila Bhoola, relatora especial de la ONu sobre las formas contemporáneas de
esclavitud- es promover un mercado de esclavas en línea. Google, Apple,
Facebook, o cualquier otra compañía que tiene aplicaciones como estas, debe ser
considerada responsable”.
Tras la revelación de la
BBC, Facebook ha anunciado la prohibición de uno de los hastags implicados, mientras Google y Apple han dicho que se van a
esforzar para evitar cualquier actividad ilegal en las aplicaciones que
promocionan, y 4Sale ha
retirado el apartado dedicado a los anuncios de trabajadoras domésticas.
Pero, asegura la propia BBC, « el tráfico
continúa en otros canales ».
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