« American Factory », realizado por Steven Bognar y
Julia Reichert y producido por Higher Ground Productions, la productora creada
por el matrimonio OBama, es un documental disponible en la plataforma
Netflix, sobre una fábrica
estadounidense de parabrisas comprada por un millonario chino.
Con “American
Factory”, largometraje documental presentado en el reciente Festival de
Sundance que analiza un ejemplo de “globalización a la inversa”, Michelle y
Barack Obama se inician en la producción de películas en colaboración con la
plataforma de streaming Netflix, con
la que el pasado mayo de 2019 firmaron un acuerdo para producir a lo largo de
los próximos años varios contenidos de denuncia de casos en los que peligren
los derechos de las personas, con el objetivo de revertir la situación
Los
realizadores de “American Factory”, Steven Bognar y Julia Reichert, recibieron
una nominación a los Oscars de 2009 por un trabajo sobre el cierre de una
fábrica de la General Motors en la ciudad de Dayton, en Ohio, que dejó a miles
de obreros en la calle. Lo que han filmado ahora es la compra de esa fábrica,
en 2014, por Cao Dewang, millonario chino y presidente de Fuyao Glass America,
uno de los mayores fabricantes mundiales de parabrisas y otros objetos de
vidrio para automóviles, la esperanza que despertó dicha compra, y los 3.000
empleos generados en una zona muy afectada por el paro, y después la desilusión
ante la severidad y las exigencias de la dirección china.
Los realizadores están llevando a cabo una gira
mundial para presentar el documental, que la crítica ha calificado de
“fascinante y a veces muy divertido
sobre el choque de culturas entre estadounidenses y chinos”, puesto de
manifiesto en la lucha de los dos mil
obreros americanos para modificar las condiciones impuestas por los métodos gerenciales de los chinos -12 horas de
trabajo diarias y solo dos días libres al mes-, obsesionados por la rentabilidad, y la crisis
con la dirección cuando decidieron
sindicarse.
El millonario chino Cao Dewang “está orgulloso de su
proyecto y nos ha dejado filmar incluso en los momentos más tensos”, cuenta la
realizadora Julia Reichert. Lo que se planteó
inicialmente como el relato de « una historia local se ha convertido
en nacional porque en la última década, como consecuencia de la
desindustrialización y la reducción del coste de la mano de obra en Estados
Unidos, muchos chinos han comprado fábricas en el país”.
En efecto, el de esta fábrica no es un caso aislado.
Inversores chinos han comprado fábricas en el Medio Oeste y el Sur de Estados
Unidos, que habían deslocalizado la producción en el México vecino. Donald
Trump debe una buena parte de su victoria electoral a los resultados
conseguidos en Ohio, Mihigan y Wiscosin, donde prometió en campaña que los
obreros despedidos por el cierre de las fábricas encontrarían un empleo gracias
a su política económica.
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